Últimamente hay palabras que, dependiendo del uso y contexto, me molestan, me chirrían. El sistema capitalista las han transformado y corrompido respecto de su origen. Uno de los escenarios que con mayor fidelidad representa este sistema hegemónico es la entrega de los
premios Oscar de Hollywood. En este escenario tienen lugar muchos ejemplos de las relaciones que el individuo traza en relación con este sistema traga-traga que se apropia y deglute todo lo que encuentra a su paso.
Una de las palabras que más me molesta es MEJOR. Mejorar es un verbo útil y necesario. Trato de mejorar en mi día a día, es una frase que me resulta positiva. Pero cuando la
conjugas con alguna cuestión comparativa, la escena parece que toma otro cariz.
MEJOR que qué? MEJOR que quién?
Qué ganamos con eso? Quién gana? Quién lo dictamina?
MEJOR:
Superior a otra cosa y que la excede en una cualidad natural o moral. Con más calidad.
GANAR:
Obtener lo que se disputa en un juego, batalla, oposición, pleito, etc.
Conquistar o tomar una plaza, ciudad, territorio o fuerte.
Lograr o adquirir algo.
Aventajar, exceder a alguien en algo.