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Moira Millan sobre LANDING (a ritual of empathy) de Eszter Salomon
Tenía pendiente desde hace semanas colgar esta información que en su día me llego a mi movil. En el Moira Millán, activista mapuche y miembro del lof Pillan Mahuiza habla sobre la pieza LANDING (a ritual of empathy) de la coreógrafa belga Eszter Salomon.
Cuelgo a continuación el texto de Millán y las imágenes que lo acompañan y el texto que Salomon tiene en su web como presentación de la pieza. Y lo hago en ese orden porque así los leí yo. Y lo hago porque como creador y parte de Azkona&Toloza todo este tema nos toca muy de cerca y por muchos lados. Y porque junto a la coreógrafa mexicana Anabela Pareja Robinson pensamos, en su momento, que sería bueno hacerlo.
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Por Moira Millán, Resumen Latinoamericano 24 de febrero de 2020
Hace unos días me topé con un video que me llenó de rabia e indignación. Se trata de la presentación de un trabajo de la coreógrafa Eszter Salamon en el festival Kunsten Festival des Arts, el cual se realizó el 5 de Mayo del 2017, en centro de arte Wiels en Bruselas, Bélgica. Esta obra fue mostrada como el rescate de una danza ancestral Mapuche extinta. En el video de publicidad se ve a un grupo de jóvenes bailarines con sus rostros pintados de diversos colores, usando a modo de Poncho una manta metalizada, aquellas que suelen ser usadas popularmente por los rescatistas que ayudan a los refugiados que llegan a Europa.
Se oía un Tahiel Mapuche que era cantado por estos jóvenes. Reconozco el Kawel Tahiel, el canto sagrado del caballo. Estos jóvenes bailan en circulo. Todo me parece burdo, vacuo, banal, denota ignorancia y desaprensión. Como mujer Mapuche creyente y respetuosa de la espiritualidad de mi pueblo me afecta profundamente que una danza que es parte de las ceremonias en las que pactamos la relación armónica con la tierra sea representada fuera de contexto, sea ridiculizada, y peor aún, presentada como una danza extinta.
Mi intención con este texto no es sólo denunciar la atrocidad cultural que comete esta afamada y conocida coreógrafa, sino fundamentalmente a través de este ejemplo, declararle la guerra a estas prácticas extractivitas, consciente de que el sistema no ha creado herramientas punitivas que penalicen y criminalicen ni la apropiación cultural como tampoco el extractivismo cultural.
Es necesario definir la diferencia sustancial entre ambas categorías. La apropiación cultural es la cosificación de una expresión cultural de un pueblo que la cultura dominante oferta dentro del mercado, tanto puede ser una artesanía como una danza, mientras que el extractivismo cultural es la sustracción de un saber, conocimiento o arte de un pueblo oprimido para destruirlo. Ejemplo de ello es aprender un idioma para vaciar el sentido de sus palabras, o tergiversar el origen conceptual de las palabras, y en algunos casos reemplazarlo por otras.
En los últimos tiempos se ve con frecuencia la legitimación que adquieren empresas de moda, artistas snobs, hasta altos funcionarios de gobierno, con practicas tanto de apropiación cultural como extractivistas.
Inmediatamente la voz europea y supremacista legitima esas conductas confiriéndole una mirada exotista, posmoderna y cool. La tradición europea de robar con diferentes nombre y categorías. La hipócrita Europa capitalista pretende redimirse. Creyendo a sí misma el cuento del mesías que va a liberar a los pueblos esclavizados, cuando ella ha sido la gran esclavista.
El extractivista cultural asume que es el neo-pirata. Sale en su aventurera búsqueda, cree que será el descubridor de tesoros desconocidos, de los cuales no solo se apropiará, sino que los arrancará para llevárselos a su lugar de origen.
El neo-piraterismo llega de diversos modos; lo vemos con Benetton, apropiándose de extensos territorios Mapuches y disfrazando sus campañas mercantilistas con propagandas que revindican la diversidad racial y el integracionismo, bajo el slogan “United Colors of Benetton”. Mientras, financia la represión contra nuestro pueblo, dirige la política local, y define la agenda belicista erigiéndose como un innovador en la moda por su pseudo anti-racismo.
Ester Salamon es otro ejemplo de ello, le roba a mi pueblo un canto sagrado y una danza. Pero ese robo no lo pudo hacer sola, lo logró gracias a un otro ladrón que la antecedió, poniendo su cámara extractivista en una ceremonia Mapuche, filmando las danzas, filmando los cantos, y colocándolo en YouTube
¿Como fue posible esto? Por el abuso de hospitalidad y confianza que nosotros los pueblos indígenas solemos generar no poniendo limites. La hospitalidad debe tener limites. Universidades, artistas, O.N.G.’s, gobiernos, empresas, se articulan como tentáculos precisos para saquear el espíritu de los pueblos y sus territorios.
La inocencia demostrada desde hace 500 años frente al saqueador, debe tener fin. Ezster Salamon no está robando tan sólo una danza, un canto, sino que contribuye a destruir nuestro ecosistema spiritual. Sin embargo ella se presenta como una redentora que recupera una danza perdida y que ella como una gran heroína entrega a la humanidad trasmutada por su mirada occidental y blanca.
El mesianismo blanco eurocéntrico posee la fantasía de que siendo culpable de las mayores atrocidades del mundo se le puede otorgar la redención. Se convencen que pueden ser los salvadores. No interpelan sus privilegios, no ceden la palabra, monopolizan el discurso y establecen las normas estratificadoras y su puesta en valor.
Curiosamente ha denominado a esta serie Monumentos. Mientras que aquí en estas partes del mundo hablamos de desmonumentalizar a los genocidas, que es una forma de quitar del pedestal el modelo civilizatorio, esta serie pretende emplazar en el inconsciente colectivo un lenguaje museológico que no es otra cosa que un lenguaje de aniquilación.
Los monumentos son el claro discurso vencedor de la blanquitud supremacista. Debemos re-emplazarlos por memoriales cuyo discurso será colectivo y desde los pueblos. Alguien debería decirle a Ezster Salamon que esa danza no sólo no está perdida, sino que nuestro pueblo está más fortalecido que nunca en sus saberes en su espiritualidad.
Mientras Ezster Salamon anunciaba el rescate de una danza desaparecida, de un pueblo casi extinto, en la Walljmapu, tanto de Puelmapu como de Gulumapu los territorios eran arremetidos por disparos de gendarmes represores y carabineros torturadores. Ese pueblo “casi extinto” llamado Nación Mapuche cuenta con poco menos de cuatro millones de personas. Se extienden al sur de Suramérica como guardianes de la vida, enfrentando a empresas extractivistas y contaminantes, mercenarios latifundistas y funcionarios corruptos.
En ese mismo instante en que la coreógrafa ponía en su bolsillo la paga significativa en euros, muchos de nosotros juntábamos monedas para trasladarnos a los juzgados cercanos a denunciar la cacería. ¿Era consiente Ezster Salamon de la realidad de mi pueblo? ¿Quiso homenajear la lucha del Pueblo Mapuche? ¿Creyó que la única manera de visibilizar a una pueblo es robándole una danza?
Finalmente Ester Salamon dice en su texto que acompaña la presentación del video que “rechazara el ‘chantaje identitario’”. Lo cual me resulta gracioso e irónico. Ya que la primera chanta identitaria es ella. El extractivismo cultural como la apropiación son crimines que deben ser juzgados por los pueblos víctimas de esos actos. Mientras que no tengamos armas legales para que los estados nación condenen con cárceles o multas, convoco a los pueblos indígenas a decirle: Basta a Europa! Esto debe terminar!
Moira Ivana Millán 23 de Febrero 2020 Aquí el link del video de la obra Monumento de Eszter Salamon.
https://www.youtube.com/watch?v=LePgHOx3Hw4 (el video ha sido removido de youtube por quien lo había colgado)
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Imagine people living on the Southern part of a continent. Imagine people from a distant continent migrating to that same land hundreds of years ago. Imagine the local people defending their lands from the invaders and the Republics created in their territories for centuries. Imagine the conflict escalating into a genocide hundreds of years later. Imagine the Republics implementing national policies promoting migration in order to develop the local economies at the dawn of the last century.
Imagine people from the distant continent escaping poverty and wars and once again fleeing to this land. Imagine the local people’s lands ending up in the new settlers’ hands, leaving them in poverty. Imagine these people’s efforts in securing rights to land and natural resources. Imagine how this planted the seed of one of the most drawn out land disputes in history.
Through embodiment and transformation of dancing and singing rituals of the Mapuches, LANDING not only conjures amnesia; it also imagines a future caring for the common and the sharable. This transfigured ritual activates a temporary landscape, ‘a possibility of living’, where past and present trace each other, and where the local and the global reverberate.
Un encierro tropical
Querida,
Lo primero es que espero que al recibo de esta carta estés bien. Tranquila dentro de lo que cabe. Tranquila dentro de la tormenta.
Nosotras en casa, con la familia, conectados a internet y siguiendo las noticias por televisión. Jugando al cole en casa y al fútbol con la cría y viendo pelis en Filmin con L y su familia por la noche. Tirando de todo lo que se puede tirar para sortear este confinamiento momentáneo, al igual que unos cuantos.
Otras muchas, ya sabes, que te voy a decir, no tienen ni Filmin, ni conexión a internet, ni cría, ni fútbol, ni casa, ni familia. Otras están confinadas al igual que nosotras, contra su voluntad al igual que nosotras, con la gran diferencia que cuando todo esto pase seguirán estándolo. Siento dolor al pensar que todo esto es parte del sistema que nos hemos inventado para vivir bien, para vivir con tranquilidad. Como si vivir bien y tranquilos fuese el objetivo de vivir. Como si vivir fuese seguir ese manual de instrucciones que hemos ido generando con el paso de los años, muchas veces, contra nuestra propia voluntad.
Pero todo esto del encierro para mi no es tan nuevo. Hace unos años me pasé días y días confinado en casa frente a una pantalla de ordenador mirando la vida pasar. Como ahora. Horas y horas observando, pegado a la pantalla, la vida de los otros pasar. La mía.
Es raro pero en esa época me pasaba gran parte del año entre aviones y hoteles visitando sitios que nunca había pensado visitar. Lejos de casa y de los gatos con los que compartía casa. Lejos de mis amigas. Y cuando volvía, cuando llegaba a casa, en vez de salir a encontrarme con mi gente y recorrer con ellos mi ciudad o sentarme en un bar a ver a mis vecinas, yo me encerraba en casa, encendía la pantalla y abría la ventana. Una ventana al azar, una cualquiera. La primera que el algoritmo y el buscador me propusiesen.
Alguna vez leí que, neurológicamente hablando, el placer estético que suponía ver una playa en directo era el mismo que el hecho de verla en una pantalla. Y yo me lo creí, aunque fuese una chorrada. Supongo que en ese momento eso me servía de justificación a mi encierro. No sé, tampoco lo he pensado mucho. Como tampoco supe en su momento que el hecho de grabar todo lo que veía se acabaría transformado en un algo posible de enseñar.
Lo que sí se es que esas infinitas horas de quietud y de contemplación de acciones mínimas y espacios vacíos, sin salir de casa, me salvaron del encierro.
Supongo que es lo que le pasa a la gente que medita. Supongo, porque ya sabes, que a mi eso de la meditación no me va ni me viene.
En esa época, una de las personas que más me han hecho compañía en mi vida vio una obra que acababa de estrenar y me dijo: no sabía que tú también lo habías pasado tan mal.
Cuando por fin cerré la ventana y vi las imágenes acumuladas, puestas una detrás de otra, yo mismo me dije: no sabía que tú también estabas tan solo.
Soledad en tiempos de confinamiento compartido, vaya cosa más normal, vaya mierda de paradoja.
¿Qué porque te escribo todo esto? Nada, el otro día me escribió Fer y me dijo que llevaba días pensando en este video y que si lo podía colgar en Teatron. Y lo le dije que sí, que claro. Tú ya me conoces, lo de colgar mis trabajos en internet y “compartirlos” nunca me ha motivado, ni siquiera lo entiendo, y menos ahora con la sobre explotación de creadores colgando sus trabajos para hacer más llevadero el encierro. Pero Fer me lo pidió a nombre de Teatron y a Teatron yo no sé decirle que no. No a la comunidad, que es un concepto que tampoco entiendo mucho. A Teatron, a la gente que le pone el cuerpo.
Así que aquí va.
Por cierto, Fer dice que está bien. Guay fue la palabra que utilizó. Y me sacó una sonrisa de solo pensarlo. Me alegro mucho por él.
Por favor, cuídate.
Un abrazo, apretado. Y un beso enorme, ensalivado.
Te extraña.
T*
PD: Ojalá que el enlace funcione.
Trópico #2. De la possibilitat d’estar a tot arreu. from MiPrimerDrop on Vimeo.
Erro Group in da haus!
Esta semana, Pedro Bennaton de la compañía de teatro ERRO Grupo defiende su tesis doctoral sobre el Teatro de situaciones en la Universidad de Barcelona. Y nosotras estamos muy contentas. Entre otras tantas cosas porque conocemos el trabajo de los catarinenses desde hace años, porque Pedro y Luana son nuestros amigos y porque además en la comisión examinadora esta nuestro querido Óscar Cornago.
Y de paso Oscar y Pedro darán una conferencia en la sesión inaugural de MUTIS, III congreso de investigación y prácticas performáticas.
Estáis avisadas!.