Mundo verde

Acaba de salir el primer número del fanzine Green day editado por el nyamnyam de Ariadna Rodríguez e Iñaki Álvarez.

Fanzine Green day de Nyam Nyam

Me siento honrado de que me hayan invitado a firmar el texto central del fanzine, que os copio más abajo. El primer número está dedicado al pesto. Hay recetas de platos con pesto y fotos de Jaume Parera de todo el proceso de elaboración de la salsa pesto que el nyamnyam ha creado para la ocasión con Aurora del Camp, colaboradores suyos que les proveen de las verduras que utilizan para cocinar desde su huerto del Masnou. El diseño es de Albert Cano de adicciones porquesí.

El nyamnyam es un espacio de Poblenou que mezcla arte y gastronomía en eventos puntuales. Además de que te traen un sabroso menú semanal a casa o al trabajo, si se lo pides. A mí me han pagado así, con ese menú, y doy fe de que está para chuparse los dedos. Si me diesen de comer así por cada artículo que escribo no me lo pensaría dos veces. Merece la pena seguir al nyamnyam de cerca. El día 14 de diciembre presentan la nueva temporada, para la que han liado ya a Aimar Perez Galí, Cris Blanco, Marc Vives y el Conde de Torrefiel, entre otros. Por supuesto la presentación será al estilo nyamnyam, desde la hora del vermut y hasta que se acabe la comida o el hambre. El nyamnyam se caracteriza, a parte de por su buen gusto artístico y gastronómico, por dar de comer y de beber muy rico y a muy buen precio. Pero en esta ocasión, además, es gratis.

Mi texto se titula Mundo verde en homenaje a un tema del inconmensurable grupo gallego Fluzo. Un tema que también suena al inicio de Community Master, la tercera temporada de Master. A los que hayáis escuchado ese programa de radio también os sonarán alguna de las ocurrencias de este texto, en el que hablo de Santa Coloma de Gramenet y el río Besòs pero también de Vázquez Montalbán y Carvalho y de lo que tienen en común los gallegos y los sicilianos. Sin más rollos aquí os dejo el texto.

MUNDO VERDE

Juraría que Manuel Vázquez Montalbán escribió en alguna parte que Catalunya será charnega o no será. El charnego Vázquez Montalbán ya no está con nosotros para que él o su detective Carvalho puedan iluminarnos y mostrarnos el camino. El ayuntamiento de Barcelona le homenajea poniendo su nombre a la plaza más chunga que han podido encontrar en el barrio que le vio nacer y crecer: el Barrio Chino. Una plaza que tiene todos los ingredientes de todo lo que él combatió en vida. Hay homenajes que se parecen más a puñaladas por la espalda que a otra cosa. Vázquez Montalbán y Carvalho son charnegos de origen gallego, como yo. En vez de nacer en el Chino, donde vivo desde hace casi 10 años, yo nací en Santa Coloma de Gramenet. Santaco, durante un corto pero apasionante tiempo conocida también como Gramenet del Besòs, es la ciudad europea peor construida de la historia. En los ochenta decían que en las universidades japonesas estudiaban el modelo urbanístico de mi ciudad para mostrar qué es lo que nunca se debe hacer. Cuando ves fotos antiguas de Santa Coloma ves montañas, intuyes verde por todas partes (digo intuyes porque las fotos de esos años son en blanco y negro) y el discurrir de la naturaleza sólo se ve interrumpido muy de vez en cuando por alguna que otra masía. Dicen que la gente cazaba jabalíes al lado del río. Eso se acabó en los sesenta, cuando la gente de bien del país decidió hacer su agosto en pleno desarrollismo franquista construyendo pisos para vendérselos a futuros padres de charnegos, sin respetar nada, sin respetar ni siquiera las montañas en las que los íberos hace 3.500 años se establecieron en idílicos poblados que miraban al mar. Los constructores lo destrozaron todo y les dejaron a los empresarios la tarea de convertir el río Besòs en el río más contaminado de Europa. De ahí la canción que mis compañeros de colegio y yo cantábamos al cruzar el puente cuando volvíamos de excursión en autocar. Decía así: Respirar / ha ha / a todo pulmón / ha ha / la mierda que sale del fondo del agua del río Besòs / ha ha. Aún y así, yo he vivido rodeado de verde. El balcón de mi casa daba a la montaña desde donde los íberos veían el mar. Desde el balcón, a lo lejos, podía ver la torre Pallaresa que da nombre a mi calle, una preciosa construcción de estilo gótico-renacentista del siglo XVI rodeada de bosque. Y delante de casa estaban las casas de los vecinos de Santa Coloma de toda la vida, con sus huertos en la parte de atrás, a quienes comprábamos la fruta y verdura que comíamos en casa. Una familia gallega tiene que tener siempre la nevera llena, esto es así. Pero a pesar de estos detalles verdes, el contraste entre mi ciudad en el estado en el que me la encontré al nacer y la aldea gallega de donde proviene mi familia era algo para volverse bastante loco. La aldea de mis padres es un desparrame de casas de piedra que cuelgan en un desfiladero que da al cañón de un río por donde aún nadan las nutrias. A pesar del tópico del clima gallego la aldea es una especie de vergel conocido por su fruta, gracias a un microclima que le da un toque casi mediterráneo. Me niego a dar su nombre y su ubicación porque sospecho que un día se enterarán los alemanes y se acabará el chollo. A la gente de allí lo que le preocupa es que la aldea se queme o se muera porque ya sólo viven ahí una docena de personas. A mí me preocupa más que vengan los alemanes y la cosa se convierta en una mierda de turismo rural para modernos con pasta. Allí he tenido la gran suerte de experimentar lo que el inclasificable grupo de música Fluzo llama Mundo verde. Os recomiendo esa canción. Traducida al castellano, hay un trozo que dice así: muchos pringados e ignorantes hablan de otros lugares / donde llueve vino y vives en un orgasmo continuo / el brillo de las luces cegó sus ojos / ellos son los que no tienen cojones / me mojo los pies todos los días y las flemas son mis tags / expandiendo mis conceptos / como un ángel que escupe mierda / la hierba con el rocío / calmará las plantas de nuestros pies / antes que todo somos compañeros de viaje / nadie puede comprar el aire / todo estará ardiendo / no quiero moverme hasta que todo caiga y muera / decadentemente / pasar por encima de la ceniza pisar la mierda moderna / que nos cagan encima hombres de traje elegante / macDonalds o Burger King elige tu futuro / están por todas partes quieren comerlo todo / hoy que todavía anda despacio / que podemos disfrutar de lo que nos regala la tierra / respira mundo verde no remolinos de arena / que llueva que llueva / yo soy feliz siendo triste / “vamos a la pulpería porque creemos en la libertad”. Siempre he pensado que ver comer a mi familia gallega al completo es como ver comer a una familia siciliana. Si cambias el italiano por el gallego y el pesto por el pimentón el resto, más o menos, es lo mismo. Pero ahora acabo de descubrir que el pesto siciliano o pesto trapanés, llamado mataroccu en Marsala, lleva tomate y apio y es ¡de color rojo! Manda carallo.

El primer número del fanzine Green day vale 2€ y lo podéis conseguir escribiendo a espai[arroba]nyamnyam.net

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Community Master, la soledad del creador de fondo

La tercera temporada de Master.
Un programa de radio realizado con público en directo el sábado 16 de noviembre de 2013 en el Musac de León dentro de Un encuentro llamado 987 y emitido por TVtron.
Audio editado para ajustar volúmenes.

Rubén Ramos Nogueira realizando el programa de radio Community Master en el Musac de León

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Estreno de la tercera temporada de Master en Un encuentro llamado 987 en el Musac de León y en directo en TVtron

El sábado 16 de noviembre a las 13:30 estaré en el Musac de León para realizar en vivo y en directo Community Master, la soledad del creador de fondo, la tercera temporada de Master, una temporada extraordinariamente comprimida en un programa de radio de 8 microcapítulos que se estrenará dentro de Un encuentro llamado 987. Si no podéis ir a León lo podréis escuchar en directo en TVtron.

Cartel de la tercera temporada de Master

Si la primera temporada consistía en una serie de entrevistas a algunos colegas de Master que acabó tomando forma de libro y en la segunda temporada publiqué un videodiario del propio Master del año 2010 que encontré en uno de sus discos duros, esta vez la tercera temporada va a ser un programa de radio en directo que girará en torno a la relación de Master con la comunidad, qué comunidad no importa. Aprovechando la invitación que me hizo el Laboratorio 987 para realizar una acción sobre la comunidad de las artes en vivo, el sábado estaré en el Musac ante el micro y a los mandos de la realización para seguir recordando a Master, ese negro charnego, colega y amigo, que desapareció sin dejar rastro hace ya más de dos años y medio pero a quien seguimos recordando y enviando mensajes en botellas que lanzamos al mar en forma de ondas con la esperanza de que algún día, Master, te decidas a abandonar esa playa donde debes estar ahora mismo tomando el sol, des por acabada esta performance y salgas a saludar de una vez. No te olvidamos, Master.

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Green Day en el nyanyam

Green Day en el nyamnyam

El sábado al mediodía el muy recomendable espacio de arte y gastronomía nyamnyam celebra el restaurant day, una iniciativa nacida en Finlandia con el propósito de que todo el mundo monte su restaurante por un día. Ellos aprovecharán para celebrar un GREEN DAY en el que presentarán la producción de 59 botes de pesto 100% eco en colaboración con sus productores de verdura ecológica Aurora del Camp, que el cocinero titular Iñaki Álvarez utilizará para cocinar pasta de mil maneras y otros platos sorpresa. Además presentarán el primer número del nuevo fanzine del nyamnyam, dedicado en esta ocasión al pesto, en el que tengo el placer de colaborar junto a Albert Cano de Adicciones Porquesí y el fotógrafo Jaume Parera. Con los 15€ comes, bebes y te llevas un ejemplar único del fanzine y por 5€ más puedes hacer un minitaller de pasta fresca. De postre tienen de invitadas a Universos Silvestres, con una pequeña muestra de sus terrarios con muñequitos escondidos entre lo verde. El nyamnyam es un espacio que hay que seguir de cerca. Además de sus nutritivas actividades relacionadas con el arte y la gastronomía, dos disciplinas para las que demuestran muy buen gusto, os recomiendo que le echéis un vistazo a su proyecto nyam al buit para proveerse de comida rica a domicilio cuando lo necesites y a un muy buen precio.

GREEN DAY
PRECIO: 15€ Incluye comida, bebida y el fanzine. Taller de pasta 5€.
RESERVA: espai@nyamnyam.net
LUGAR: Espai nyamnyam. Pallars 94-96, 6è 1era, Barcelona

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Sólo de lo negado…

Sobre lo negado... El domingo a las 21:30 acompaño en un par de temas a Félix Pérez-Hita con el casiotone en el Heliogàbal en una cosa que se llama Sólo de lo negado. Habrá canciones, versos y textos de Agustín García Calvo, Isabel Escudero, Rafael Sánchez Ferlosio, Chicho Sánchez Ferlosio, Georges Brassens, Blai Bonet, Andreu Vidal, Miguel Hernández, Guillermo Trujillano, Félix Pérez-Hita… Participan Isabel Escudero, Guillermo Trujillano, Ricardo y Félix Pérez-Hita y Joana Maria Abrines, entre otros.

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Ping-pong con Pablo Fidalgo Lareo

Pablo Fidalgo Lareo

Pablo Fidalgo Lareo, nacido en Vigo en 1984, ha escrito celebrados libros de poemas como «La educación física» (Pre-textos, 2010) o «Mis padres: Romeo y Julieta» (Pre-textos, 2013). Ha formado parte de la compañía La tristura desde el año 2004. Recientemente nos lo hemos encontrado colaborando como comisario independiente con el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO), donde desde este mes de octubre se puede ver Material Memoria, un ciclo de artes escénicas y cine comisariado por él que dio comienzo el 12 de octubre con el estreno de su performance «O estado salvaxe. Espanha 1939». En el ciclo, además de las intervenciones de Pablo Fidalgo, encontramos a El Conde de Torrefiel, Andrés Duque, Gastón Solnicki, Eloy Enciso, Rui Catalão, Patricia Caballero, Xurxo Chirro, Miguel Boneville, Claudia Dias, Ramiro Ledo, Lagartijas Tiradas al Sol, Nicolás Pereda, Olga Novo y Fon Román. Esta programación en un centro de arte de un territorio algo abandonado como es el gallego resulta realmente prometedora. Aunque, como me acostumbra a pasar, al aproximarme más al proyecto acabo descubriendo claroscuros que despiertan mi espíritu crítico tengo que reconocer que me descubro pensando que es casi un milagro que algo así suceda en algún lugar de la Península Ibérica.

He entrevistado a Pablo Fidalgo para que nos hable sobre este ciclo, aunque de paso he aprovechado para preguntarle por otros temas relacionados con su trabajo. El mismo entrevistado fue quien me propuso hacer esta entrevista, algo que me sorprendió por lo directo de la proposición pero a lo que accedí por varias razones. Una, personal, porque hace tiempo que ando dándole vueltas a la idea de jugar con el formato de la entrevista pero me estaba costando más de la cuenta dar el primer paso. Y dos porque, como he dicho ya, el ciclo me parece interesante, no parece gozar de mucha difusión y alguna gente cercana me preguntaba por lo que estaba sucediendo allí. La entrevista se realizó vía email, siguiendo la secuencia pregunta-respuesta. Me negué a enviar una lista de preguntas como sugería el entrevistado porque, aunque no tengo la costumbre de realizar entrevistas, me pareció un procedimiento frío y desmotivador. Si vamos a jugar una partidita al menos que haya un poco de ping-pong. Durante la entrevista me hice ciertas preguntas sobre lo que me parecía lícito y lo que no en una entrevista. Tengo que decir que he sufrido bastante intentando jugar lo mejor posible el papel de periodista que yo mismo me permito. La ventaja de tener un blog y ponerse a jugar a periodistas es que nadie te lo puede impedir ni nadie te dice lo que puedes o no puedes hacer. La desventaja es que no tienes a nadie a quien recurrir cuando las cosas se ponen complicadas. Cuando llega el caso suelo acabar llamando a un periodista de guardia que responde a mis dilemas por amistad. Se lo agradezco enormemente pero al final en esto siempre estás solo y eres tú el que pones la cara. En ciertos momentos de esta partida de ping-pong he sufrido como nunca esa soledad.

Al documentarme para hacer la entrevista me llamó la atención que el comisario del ciclo tuviese tanto protagonismo en las actividades que él mismo programa. Esta práctica, común por otra parte, siempre me hace levantar el hocico. En la publicidad del ciclo, en la propia puerta del MARCO, para mi sorpresa, los artistas que participan en el ciclo aparecen entre paréntesis a continuación del nombre del comisario. Para explicarlo bien y no ser tendenciosos, hay que decir que el comisario, que a su vez es invitado como artista, aparece entre la lista de nombres de la exposición Veraneantes, dentro de la cual se programa el ciclo. Pablo Fidalgo, en esta entrevista, da sus razones del porqué de esta auto-programación, que él defiende que no debería recibir ese nombre que yo le doy. En todo caso a mí es algo que me parece, como mínimo, confuso. Por otra parte el ciclo comienza con algunos problemas de organización que, en mi opinión, tienen que ver con la falta de costumbre de un centro de arte a la hora de enfrentarse con las artes en vivo pero también con el hecho de que las responsabilidades artísticas y de gestión no estén convenientemente separadas (intuyo que por falta de medios). Por lo que he podido comprobar parece que existe la voluntad de poner remedio a esos problemas iniciales. Espero y deseo que así sea y que esto sólo sea el primer paso para que el MARCO profundice en esta línea de programación que ahora comienza.

La publicación de esta entrevista no sé si servirá para algo (espero que sí y con esa esperanza la publico) pero os aseguro que yo he aprendido muchas cosas enfrentándome a ella. Sin más, aquí dejo este juego de preguntas y respuestas con Pablo Fidalgo.

Vigo

Material Memoria es un ciclo que ofrece un nutritivo menú de artes escénicas y cine realizado por jóvenes creadores gallegos, ibéricos y latinoamericanos, comisariado por alguien nacido en los 80, con una periodicidad prácticamente semanal desde octubre a marzo, dentro de otra exposición, Veraneantes, donde predominan los artistas jóvenes gallegos, en un museo, el MARCO, construido en lo que fue la cárcel de Vigo, que funciona más bien como centro de arte contemporáneo desde 2002. Cuando la escasez en la escena contemporánea es la tónica predominante en la Península Ibérica sorprende ver este fabuloso despliegue en Galicia. ¿Es una ilusión o algo se mueve en Vigo?

El MARCO ha hecho un trabajo fantástico desde el inicio, es uno de esos pocos lugares que han sido bien pensados y bien gestionados, que no han derrochado y que son capaces de transformarse en el tiempo sin perder su idea original. El edificio, que fue la antigua cárcel de Vigo, es precioso, y la remodelación para convertirlo en Museo fue muy buena. En ese sentido sí es una isla. Dentro de la península también existe Portugal, donde la crisis está golpeando más, pero donde hay unos modelos de gestión y una forma de trabajar el arte que no ha habido nunca en España. Además allí se han rebelado contra la figura del gestor cultural. Allí algunos de los creadores que más me interesan han puesto en marcha en sus lugares de origen festivales o espacios que son una referencia para mí. Hablo del trabajo de Rui Horta en Montemor-o-Novo, el de Tiago Guedes en Alcanena, o el de Ana Borralho y Joao Galante en Lagos. He aprendido lo que he podido de ellos y he copiado algo de esa forma de hacer. La solución para que Galicia no se quede atrás pasa por Portugal, un país mucho más abierto a Europa y al mundo. Vigo es la ciudad central de Galicia, y es una pena que los políticos aún no lo hayan entendido. Al ser una ciudad obrera, sufrimos una marginación histórica (con respecto a Santiago o La Coruña) que nos pesa bastante. A cambio, en Vigo no hay una burguesía enferma como en la mayoría de las ciudades, y eso se nota. Tenemos la libertad de estar trabajando en la periferia, fuera de las estúpidas leyes del mercado, y con un ritmo diferente. Algo ha empezado a moverse, pero ahora está en manos de la ciudad que el movimiento se consolide.

Antiguo edificio del MARCO de Vigo

Hace un par de años comisariaste un ciclo en el MARCO que se llamaba Resistencias. Dias de acción y pensamiento en el que estaban Juan Domínguez y Olga de Soto. En tu blog en Teatron comentabas entonces que esperabas que el ciclo se realizase «dos o tres veces al año si el mundo no se acaba antes», pero si no me equivoco no tuvo mucha continuidad. ¿Material Memoria viene de ahí? ¿Cómo ha surgido la idea de este ciclo?

Pero es que el mundo se acabó. Además la pieza que Olga mostró en 2011 tiene mucho que ver con lo que ahora he propuesto. Yo llevaba años escribiendo un libro sobre mi familia, centrado en la historia de mis padres, que acaba de publicarse en Pre-textos. Cuando creí que había llegado al final de la historia de mis padres, de forma natural pasé a la de mis abuelos. Mi abuela, que tiene 85 años, hizo teatro en su adolescencia y después fue prácticamente obligada a llevar una vida de ama de casa. Ahora hemos escrito su biografía en escena como un acto de justicia poética. En ese momento recibí la invitación del MARCO para retomar la idea de comisariado de 2011, y pensé que debía estar centrado en la memoria familiar, política y generacional, abordada desde muy diferentes lugares. El desastre actual se produce por el desconocimiento de la historia, por la amnesia pactada entre varias generaciones. Eso afecta a nuestro día a día y a nuestras relaciones. Sigue habiendo miedo y silencio por todas partes, y creo que la única manera de salir de ahí es seguir mostrando las heridas y las fracturas que las dictaduras producen en la gente común. Todas las piezas que están programadas en el ciclo son frágiles pero contundentes en su revisión de la historia. Y todas responden a su manera a una pregunta general que me ha acompañado últimamente: ¿Fui un hijo deseado? ¿Mis padres vivieron un amor verdadero? Supongo que ahí empieza y acaba todo.

Me da la impresión de que el ciclo apuesta por las generaciones que se encuentran por debajo de los cuarenta años. ¿Es un dato anecdótico o hay razones poderosas detrás de esa elección?

Es un dato anecdótico. Hay varios creadores que superan los cuarenta. ¿Cuando ves a Patri Caballero en escena te acuerdas de que tiene 25 años? Todos están en Material memoria porque sus trabajos tienen que ver con esa memoria familiar, en un diálogo con la tradición que atraviesa las generaciones. Por otro lado, la mayoría están programados porque son raros, marginales. Me gustan esos raros y ver cómo esas rarezas se relacionan entre si. La edad no es importante, la rareza a veces aumenta con los años, pero casi siempre, cuando uno es raro, lo es igual a los 7 años que a los 77.

Interior del MARCO de Vigo

¿Cómo es eso de programarse a sí mismo, práctica común entre todos los directores de teatros públicos y privados pero que a mí me despierta ciertas dudas?

Yo no me programo a mí mismo, el MARCO me programa, y yo planteo un proyecto en el que invito a otros creadores que han trabajado el mismo material que yo trabajo. Un proyecto escénico y audiovisual, levantado desde un Museo, realizado con un presupuesto muy escaso, y que se realiza gracias a las ganas (y a veces la amistad) de los artistas. No se puede comparar de ninguna forma con la cantidad de dinero que maneja un teatro público.

¿Entonces podríamos ver Material memoria como un proyecto de Pablo Fidalgo que podría girar por otros lugares que no sean el MARCO? Es decir, igual que hemos podido ver en el Guggenheim de Bilbao, dentro de la programación del Festival BAD, O estado salvaxe. Espanha 1939, la performance en la que llevas a tu abuela a escena, ¿se podría mover todo el proyecto Material memoria, que incluye esta performance y otras piezas escénicas y audiovisuales, a otros lugares?

Sería lo ideal, se ha programado con esa ilusión. Igual que las exposiciones son itinerantes, el arte de acción puede serlo también. Los trabajos se relacionan y se completan a muchos niveles, y a mí, en este momento, me parece importante poder trabajar de este modo. Que las cosas no pasen y se pierdan tan fácilmente. También es cierto que el proyecto tiene la intención de intervenir la realidad gallega y la ciudad de Vigo. En cada lugar este ciclo significaría una cosa distinta. De momento los apoyos vienen de Portugal y de Euskadi, como de costumbre…

Y en el MARCO, ¿vamos a ver una continuidad en la programación de artes en vivo? ¿Va a jugar el MARCO en esta liga en la que parece que se incluyen cada vez más los museos de arte contemporáneo: MUSAC, Fundació Tàpies, MACBA, Reina Sofía, etc…?

El MARCO no puede jugar en esa liga simplemente porque su presupuesto es muy inferior. Es un territorio de batalla político. Cada cosa que allí hacemos es un milagro, se tienen que alinear los astros para que suceda. Realmente no sé si vamos a tener continuidad, yo desarrollo proyectos específicos que me piden. A los creadores nos gustaría que todo fluyese, colaborar de forma estable con los lugares, pero cuando entras en la gestión ves qué complejas y qué lentas son las estructuras aquí. Y empiezas a comprender la situación histórica, comprendes por qué estamos por detrás en tantas cosas, por qué los programadores extranjeros pasan de España, etc… Es evidente que los Museos están obligados a atender al arte del cambio, al arte de la revolución. Y ese arte viene del pensamiento escénico, del encuentro, de la asamblea, de la confrontación. Los Museos pueden ser el arma que los teatros no han logrado ser, estamos aún muy lejos, pero sucederá.

Interior del MARCO de Vigo

Pre-Textos acaba de publicar tu libro de poemas Mis padres: Romeo y Julieta, tu cuarto libro si no me equivoco, que está en el germen de Material memoria y de la pieza que acabas de estrenar. El festival BAD se acaba de inaugurar con la presentación de tu libro en Bilbao. También lo has presentado en Buenos Aires donde, por cierto, he oído que coincidiste con Viggo Mortensen, que te contraprogramaba y aún así parece que conseguiste salir airoso de eso. Todo el mundo habla muy bien del libro. O, en cualquier caso, si alguien habla mal apenas se le oye. Tú escribes todos esos poemas, solo, en tu casa o donde sea y un día se publica el libro y comienzas a viajar para hacer presentaciones y lecturas en público en un ambiente literario que tiene sus propios códigos y circuitos. ¿Cómo vives eso de embarcarte en la promoción de tu propio libro de poesía?

¿Promoción? Qué palabras usas Rubén Ramos!! Ni promociono ni vendo nada, mi posicionamiento vital está en las antípodas de eso. He presentado el libro en Vigo, lo hago porque estoy en mi casa, para mi familia, para los que están conmigo desde el principio y no han fallado nunca. Lo presento en Madrid, en la Alberti, una de esas librerías resistentes, románticas, donde he pasado muchas horas de mi vida. En Lisboa lo presento en Paralelo W, otra de mis casas en el mundo, una librería que es una habitación más pequeña que mi cuarto. En Montevideo lo presenté en un sitio mítico, la Ronda de poetas, una especie de emisora de radio junto al mar, donde la gente aguantó una lectura al aire libre, de noche, y bajo la lluvia. Lo he presentado también en Bilbao, una ciudad que siempre me ha tratado muy bien, en el Festival BAD. Como tú decías, es extraño y bonito que un Festival de teatro se inaugure con una lectura, y yo creo que una lectura es el acto escénico más simple, más directo y más verdadero. Muchos de los textos del libro fueron escritos en un pueblo de Costa da Morte de 400 habitantes. El otro día, mientras estaba allí sentado en el muelle, varios marineros amigos me dijeron que había visto una entrevista mía en la prensa, y que así podíamos empezar una gran revuelta. Ese es el paisaje y las conexiones por las que sigo adelante ahora mismo. Te explico todo esto para que sepas que con cada lugar hay una historia especial, y que solo viajo por eso. No me interesa el ambiente teatral y tampoco el literario, creo en los trabajos que se hacen en silencio, que un día se comparten, y listo. Este sábado (por el sábado pasado) es la última presentación, en Lisboa, y ahí se acaba el libro hasta que alguien se vuelva a acordar de mí.

Ya me pasarás el enlace a esa entrevista incendiaria… Oye, nadie se atreve a preguntároslo: ¿se acabó La tristura?

Yo no trabajo con La tristura, nada más.

¿Estás escribiendo algo nuevo? ¿Algún proyecto para la escena?

Estoy revisando el texto de la pieza que acabo de estrenar, que se publicará en Enero, y trabajando en una nueva pieza con Miguel Bonneville. Ahora hay que acompañar un poco más O estado salvaxe y el libro de poemas. También estoy empezando una conferencia escénica que presentaré en Pamplona en Diciembre: En nuestros jardines se preparan bosques.

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Notas que patinan #34

Cuando llevas un cierto tiempo dando vueltas por el circuito de artes en vivo español (¿artes en vivo?, no me acostumbro) es inevitable sentir la presencia de algo a lo que puedes llamar de muchas maneras: comunidad, pueblo o mundillo. Pero el caso es que está ahí, da igual si eres de los que se suben al escenario, de los que se quedan en la cabina, de los que escriben luego en su casa, de los que deciden quién se sube al escenario o de los que pertenecen a eso que llaman público. Y te das cuenta que está ahí cuando llegas a, por ejemplo, Bilbao el día que se inaugura el BAD, te vas a ese bar que da tan buen rollo, el Marzara, y comienzas a encontrarte a gente de cualquier punto de la geografía hispánica. Gente que se combina entre sí en configuraciones diferentes a la última vez que los viste. Cambian los roles, cambian las geografías, cambian los escenarios, cambian los trabajos, cambian las conexiones pero la gente permanece. Y esa gente trae consigo una energía y la energía ni se crea ni se destruye, ahí está, en conexión con el cosmos. Esa gente trae consigo información y esa información se comparte y se intercambia. Así, desde Bilbao, me entero de que Sergi Fäustino llenó el otro día Pradillo con Nutritivo, aunque el primer día la sala estaba prácticamente vacía. El mismo informador, cuando le pregunto qué tal aguanta Nutritivo 10 años después, me contesta que Nutritivo le parece un clásico moderno y que el segundo día las morcillas no pasaron de la primera fila.

Luego nos vamos a la presentación del último libro de Pablo Fidalgo, Mis padres: Romeo y Julieta, editado por Pre-textos, en el sótano de Consonni, que está al lado del Marzana. Allí nos encontramos con otras partículas de energía porque esa es la modesta inauguración del BAD: en un sótano donde un puñado de personas se apretan y se sirven vino y cervezas que cada uno coge directamente de la nevera, acompañadas de empanadillas, fuet y patatas fritas. Mucha gente joven. Harkaitz Cano presenta el libro leyendo un texto que ha escrito para la ocasión. Pablo lee algunos de los poemas. Al día siguiente presentó en el Guggenheim O estado salvaxe. Espanha 1939, la pieza en la que pone a su abuela en escena. La acaba de estrenar en el MARCO de Vigo, en el ciclo Material Memoria, que él mismo comisaría. Nota mental: preguntar a Pablo Fidalgo cómo es eso de programarse a sí mismo, práctica común entre todos los directores de teatros públicos y privados pero que a mí me despierta ciertas dudas. El libro de Pablo está siendo muy alabado en círculos literarios, periodísticos y otras partículas de energía. Habrá que leerlo. Tiene relación con la memoria y la familia, que son los temas en los que anda trabajando Fidalgo en solitario, desprendido ya de La Tristura.

Jon Andoni Goikoetxea

Al día siguiente cada partícula ocupa su espacio y se dedica a lo suyo. Algunas partículas, entre las que me encuentro, nos pasamos el día en el seminario de Bulegoa z/b Las patatas y las cosas que retransmite en directo la televisión de Teatron. Un tema bien curioso: las patatas. Una excusa para hablar de todo un poco, de biología, de historia, de dominación, de ecología y de poesía. Jon Andoni Goikoetxea, un poeta de 83 años (me dicen) que se viste con mono de obrero para recitar, es el que remata la jornada con una Oda a todas las patatas más algún que otro pintxo de degustación poética que consigue entusiastas adhesiones en el chat de TVtron de algún televidente que sigue la retransmisión desde Madrid. Bilbao y Madrid gritando al unísono Oh patata gracias al obrero poeta. No me digan que no es curioso.

Para reponer fuerzas comemos (como no podría ser de otra manera en este contexto) tortilla de patatas, lo que en otros lugares se conoce como tortilla española, aunque sea el pincho por antonomasia en Bilbao. Por lo visto, tal y como nos contó Emmánuel Lizcano en su intervención La guerra de las patatas, en el siglo XVIII la iglesia francesa lanzó el bulo de que las patatas producían lepra. No fue hasta la época de Parmentier que los franceses se lanzaron a comer patatas. Este señor lo consiguió regalándole una flor de patata a María Antonieta, lo que le abrió las puertas a que el rey le concediera un pequeño trozo de tierra en las afueras de París para cultivar patatas. Parmentier hizo rodear la tierra de una guardia custodia. La gente, al ver tamaño despliegue comenzó a preguntarse qué se cocía allí. Parmentier dio la orden de que la guardia hiciese la vista gorda de vez en cuando para que la gente pudiese robar ese oscuro objeto de deseo. Gran técnica de márketing para introducir de nuevo la patata en la cadena alimenticia francesa. Deberíamos aprender de Parmentier.

Posthumos de Idoia Zabaleta

Aún me da tiempo de llegar a la Merced para ver, dentro de la programación del BAD, Posthumos de Idoia Zabaleta, donde me encuentro a otras partículas entre el público. Una partícula me dice que el trabajo de Idoia se pudo ver en Valencia a finales del año pasado (aún sin acabar) y en la Fundición de Bilbao hace unos pocos meses. Tres chicas nacidas en los 80 y más acá nos hablan de la vida y la muerte a través de las letras y la música de grupos ochenteros y noventeros como Mecano, Franco Battiato y Eskorbuto, con la ayuda de tres esqueletos humanos y de recursos coreográficos y vocales sencillos pero potentes.

Son tres chicas jugando con las canciones y los lemas de la época en la que Idoia Zabaleta tenía la edad que ellas tienen ahora. Hay alegría, hay rabia, hay sensualidad, hay humor, juego y mucha energía que nos recuerda muchas cosas que ya sabemos los que compartimos aproximadamente la misma generación que Idoia. Pero está muy bien que alguien nos recuerde cómo éramos hace veinte años, no desde la nostalgia sino utilizando el presente como un tiempo relativo donde podemos encontrar todos los tiempos pasados y futuros superpuestos actuando a la vez. Yo sigo siendo yo hace veinte años pero a veces me echo de menos porque no me acuerdo de mí mismo. Me sirve echar la vista atrás para que mi presente se conecte de nuevo con mi universo de hace veinte años y el espacio-tiempo pueda continuar fluyendo impregnado de esas partículas que según las ecuaciones que rigen ciertas teorías de la física moderna teóricamente podrían circular hacia atrás en el tiempo. Posthumos es fresca y gamberra pero también muy tierna. Me interesa especialmente lo bien que encaja ese universo de nuestro pasado reciente con mi universo presente. Dan ganas de montar un grupo post-punk. O algo. Dan ganas de montar algo. Lo que sea. Y gritar mucho. Y bailar mucho. Lo que sea.

Vuelvo a Barcelona triste por no haber podido ver el estreno de La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento de El conde de Torrefiel. Las partículas con las que estoy íntimamente conectado a pesar de la distancia me cuentan que El Mercat se ha llenado para verlos. Y lo mejor: gente de todas las edades y de todos los pelajes, como tiene que ser. Las partículas dicen que siguen profundizando en el camino que emprendieron con Haneke. Dicen que en la línea dura. Espero conseguir ver La chica algún día. Que la programen sólo dos míseros días en la ciudad donde vivo, que es la misma donde trabajan ellos, no ayuda mucho, la verdad. Habrá que irse a Madrid para poder verlos en Pradillo durante dos semanas. Manda cojones.

Lucy Suggate

Pero llego justo a tiempo de ver a Lucy Suggate y Sònia Gómez. Hace mucho tiempo desde la última vez que vi algo de Sonia. Único día en el Graner, en la programación del SÂLMON<, como El conde. El Graner, ese espacio que tenía que ser una fábrica de creación al servicio de los creadores gestionado por el ganador de un concurso público de proyectos pero que finalmente gestiona El Mercat como una extensión de su feudo. Algún día saldrá el documental que cuente la apasionante historia reciente de este lugar. Mientras tanto tapémonos la nariz y vamos allá, en sitios con historias más truculentas hemos estado y no lo hemos pasado mal. ¿Os habéis fijado que los centros culturales suelen ponerlos en sitios que antes han sido orfanatos, mataderos o cárceles? En fin, una fábrica, aunque fuese de Philips, no puede ser para tanto. E incluso en sitios así hemos visto nacer proyectos bien interesantes que ahora echamos de menos. Ojalá sea el caso. Da la impresión de que la fuerza que une las diferentes partículas subatómicas del Mercat comienza a diluirse en favor de una mayor independencia de cada una de las partículas. Una impresión mía que me parece que permite mayores grados de libertad en ese peculiar sistema atómico barcelonés. Soy de los que pienso que la libertad suele traer cosas buenas.

Llego al Graner agotado por el viaje y la interacción con tantas partículas energéticas, pero llego. La idea de The Inquisitive middle es bailar sobre la música del último álbum de James Holden, The Inheritors. Lucy está sola en una escena vacía con linóleo y humo blanco. Le dan al play del disco y durante una hora y quince minutos escuchamos el álbum de principio a fin. De vez en cuando, algún texto se proyecta en la pared, comentando lo que ahí está pasando, aunque los comentarios a veces se van muy lejos, sugiriendo otros planos de una realidad fantástica. En todo caso, el texto interviene de una forma muy ligera. Al final de la pieza la controversia entre algunas partículas allí congregadas es sobre la necesidad de esos textos. Esta partícula tiene que decir que, a pesar de que en un inicio se alineaba con las partículas que no quieren ser distraídas por el texto, a medida que pasaban los minutos fue agradeciendo la intervención del texto como un corte que limpiaba su atención y disparaba su mente a otras imágenes que le ayudaban a enfrentarse de nuevo con lo que allí estaba sucediendo entre Lucy Suggate y la música de ese Stravinsky moderno, como en algún momento el texto se refería a James Holden. ¿Cómo se debió sentir Nijinsky la primera vez que escuchó La consagración de la primavera de Stravinsky? Lo que sucedía en escena era muy potente. Es un regalo enorme haber podido contemplar a Lucy Suggate en escena durante más de una hora casi sin parar. En todo ese tiempo Lucy sólo se permite algún que otro descanso en un lado del escenario donde se sienta unos instantes para secarse el sudor con una toalla como si fuese un jugador de tenis. El despliegue de esta coreógrafa británica afincada en Dinamarca fue una cosa tremendamente emocionante, llena de energía y riqueza de recursos. El retorno de Sonia Gómez no pudo encontrar mejores aliados: Lucy Suggate y James Holden. Pocos elementos pero tremendamente potentes. Mucha teoría, poca diversión. Las partículas se alegran del retorno de estas añoradas formas de energía.

Lucy Suggate y Sònia Gómez

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Notas que patinan #33

Secció Irregular del Mercat de les Flors

Hace poco recibí en el buzón de mi casa una revistilla de 50 páginas con el programa de la nueva temporada del Mercat de les Flors editada por Time Out. El caso es que, como de costumbre, la mayoría de la programación que publicitan me interesa poco, la verdad. Lo curioso es que la parte de la programación que me interesa entre bastante y mucho, la despachan en dos páginas. Pero más curioso que eso es que cada una de esas dos páginas en realidad son unos 15 espectáculos, si lo he contado bien. Pero en vez de que cada uno de esos espectáculos tenga su propia página, como pasa con cada uno de los del resto de la programación, los 15 espectáculos están reseñados en sólo dos páginas. Estoy hablando de la Secció Irregular y al Sâlmon. Todo esto es muy curioso porque luego resulta que, de los cuatro tipos de abonos que ofrece el Mercat, hay un abono específico para esas dos secciones. O sea que saben que hay gente a quien nos interesa. Saben que se va a petar, como se ha petado la inauguración de la Secció Irregular, este miércoles. Siguiendo con las curiosidades, ese abono se llama Pack CREA, cuando los demás abonos no tienen nombre. No sé qué intentan decirnos. Me parece un auténtico despropósito. En el Sâlmon está programado lo último de El Conde de Torrefiel y de Sònia Gómez, por poner dos ejemplos, y en la Secció Irregular (que, por cierto, en el calendario que incluye la revista aparece al final de todo aunque es un ciclo que dura varios meses y, por si fuera poco, además está relegado a la última página de la revista antes de la guía de restaurantes recomendados), encontramos a la magnífica Alix Eynaudi que vimos esta semana, Norberto Llopis, Jorge Dutor y Guillem Mont de Palol, Amaranta Velarde (a la que confunden en el programa con dos personas: Amaranta y Velarde), María Jerez y Chico y Chica, por poner algunos ejemplos. A ver, Mercat, aceptadlo ya de una vez. Tenéis una programación que si tiene algo de singular es, en gran parte, gracias a estos creadores a los que despacháis en dos páginas cuando en realidad ocupan la mitad de la programación. Es de esquizofrénicos lo que estáis haciendo. Los programáis porque, aunque os cueste aceptarlo, funcionan y hacen que se siga hablando de vosotros, pero los tratáis como si fuesen comparsas, cuando no lo son. Se merecen ser cabezas de cartel. Aceptadlo ya de una vez. Estas programaciones ocultas se petan aunque no le deis la más mínima de las publicidades ni la mitad del apoyo que se merecen. El día que se lo deis lo vamos a flipar. ¿De eso tenéis miedo?

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Notas que patinan #32

El sábado pasado se inauguró la exposición Jo em rebel·lo, nosaltres existim en la Fundació Palau de Caldes d’Estrac. Estaba lleno. Mucha gente de Barcelona, aprovechando el autocar gratuito que fletó la organización. Martí Sales y el director de la fundación, Pere Almeda, son los responsables de la idea y la coordinación de esta exposición que se puede visitar hasta el 14 de diciembre. Es una buena excusa para pasar el día en este pueblo costero del Maresme.

Mejor reservar un par de horas como mínimo para dedicarle a la expo. Hay algunos vídeos largos que necesitan algún tiempo. Hay bastante papel, muchos textos que leer. Además te llevas de regalo un periódico de 80 páginas con firmas interesantes, algunas presentes en la exposición y otras no. Hay una intervención de Mireia Sallarès que, para visitarla, te envía a un edificio de la calle Muntaner de Barcelona donde encontraremos más textos de Peio, Núria Martínez-Vernis, Martí Sales y Marc Caellas. Participan en la expo 26 personas y colectivos. Gente que promueve nuevas maneras de participación ciudadana en la transformación social. Es una expo valiente. No creo que sirva para despertar conciencias en la gente que fuimos a la inauguración. Pero nunca se sabe quién puede entrar a verla. Aunque no es gratis, vale 5 euros, que no es mucho pero puede resultar un problema. Pero digo que me parece valiente, por ejemplo, porque se exponen obras que han sido censuradas en otros lugares. Como la de Núria Güell sobre el trabajo de final de master en Políticas Públicas de Seguridad de la UOC escrito hace tres años por un alto mando de los mossos d’esquadra, que desvela lo que todos deberíamos saber a estas alturas: las tácticas de la guerra sucia policial para desactivar determinados movimientos contestatarios haciéndolos parecer peligroso vandalismo antisocial o cosas peores. En concreto, el documento firmado por el mosso, subitulado en catalán La Síndrome de Sherwood (por el bosque de Robin Hood), se centra en los okupas/antisistema del distrito de Gràcia de Barcelona. La artista simplemente se limita a subrayar lo que le parece más destacable. Es suficiente. Es que es un documento que sería casi humorístico si no fuese porque va en serio. En la rueda de prensa de la presentación de esta exposición Núria Güell cuenta cómo los mossos y el alcalde de no sé qué localidad catalana donde iba a presentarse esta obra se encargaron de retirarla. La verdad, no sé de qué tienen miedo. El documento se puede encontrar en internet, a pesar de que, según Núria Güell, fue retirado al mismo tiempo que tuvo lugar la censura. En fin, ya sólo por el periódico que te llevas de regalo por visitar la expo, ya vale la pena ir a verla. Hay ahí escritos interesantes y valientes (de nuevo). Hay reflexiones muy razonadas sobre temas tabú como el uso de la violencia desde puntos de vista desacostumbrados, por ejemplo. La guinda de la exposición me pareció la salita que conecta la rebelión actual con la revolución del 36 en Barcelona, unos hechos aún poco divulgados y conocidos, a pesar de todos los libros y artículos que gente como George Orwell hayan podido escribir sobre ellos.

Con la inauguración de la expo Roger Bernat presentaba en primicia Re-presentació: Numax, una reconstrucción de la asamblea que vemos al principo de la genial peli Numax presenta de Joaquim Jordà, del año 1980. Para los que se lo perdieron, el día 23 de octubre Roger Bernat y su equipo la presentan en el Temporada Alta de Girona. Al final hubo que hacer dos pases porque había mucha gente. Pequé de inocente porque no caí en que una reconstrucción de Roger Bernat, después de sus últimas obras, no podía ser de otra manera que del tipo público-haced-el-trabajo-para-que-esta-representación-llegue-a-buen-puerto-y-haya-algo-que-ver-como-público. Reconozco que, aunque sé de qué van todos estos últimos trabajos, no he visto ninguno de ellos. No tengo nada en contra, me parece lícito, no voy a entrar en esta vieja polémica (aunque la dejo aquí – crítica y respuesta – para que los recién llegados comprueben que antes de la aparición de Perro Paco también se armaban polémicas interesantes en Teatron). Sólo diré que, ahora que ya no es ninguna novedad ni provoca ningún escándalo (creo) el mecanismo de estos trabajos de Roger Bernat (por lo que sé, siempre diferentes pero con un nexo común basado en que la pieza sólo camina gracias al trabajo activo del espectador), a pesar de la pereza que sentí como espectador obligado a trabajar o, si me negaba, obligado a ver cómo los demás trabajaban para mí y aguantar mi complejo de culpa judeocristiana, el caso es que me pareció que a estas alturas uno ya se puede centrar en el tema en cuestión, más que en el mecanismo que lo sujeta (aunque tiene mucho que ver uno con lo otro, por supuesto). Y lo que pasa es que la asamblea de Numax es muy pero que muy interesante, la verdad, y aunque ya la conocía no por eso dejó de excitarme. Me parece que está muy bien revisitarla justo ahora. Por eso, al final, como muchos de los presentes, sin saber cómo, yo también me descubrí dándole a la manivela. La magia del post-teatro-posmoderno, ¿no?

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Notas que patinan #31

La semana pasada echaba en falta gente en Teatron que nos contase lo que está pasando en los escenarios. Unos días después discutía sobre la necesidad de que esa narración fuese colectiva y descentralizada. Al día siguiente, el domingo, y en días sucesivos (hasta hoy), Perro Paco la ha vuelto a liar parda en Teatron para dejar prácticamente obsoleta esta discusión. Perro Paco lleva camino de convertirse en el Anonymous de los escenarios. No recuerdo nada igual desde la aparición del Crítico con peluca de Quim Pujol allá por el año 2008 y su explosión en el 2009 durante el Festival LP’09 de La Porta en Barcelona. Lástima que el Crítico con peluca tuvo una vida breve y nadie recogió el testigo, al menos con ese ímpetu. Hasta que este verano llegó Perro Paco. Hay quien dice conocer quién se esconde detrás de Perro Paco. Bueno, eso es como decir que sabes quién es Anonymous. Desde la aparición de Perro Paco cuento ya, como mínimo, ocho voces diferentes escribiendo en ese blog, cada uno con su firma, seudónimos prácticamente todos (sólo ha firmado con su verdadero nombre uno de los invitados a escribir las Cartas a un joven imbécil, Pablo Caruana). Me juego lo que queráis a que ni Perro Paco sabe quiénes son todos los perros y perras que escriben en su blog. Y el número no para de crecer. Me parece que, igual que Anonymous, esta es su fuerza. Narración colectiva, descentralizada y… anónima. Hasta la semana pasada, las discusiones que oía sobre si es lícito o no ejercer la crítica desde el anonimato me llevaban a referentes antiguos, libelos y cosas así. Esta semana lo que me sugiere es algo así como Anonymous, con todas sus connotaciones. No sé si es curioso o es absolutamente lógico que este cambio de modelo haya llevado consigo la explosión de críticas y crónicas sobre lo que ha pasado en los escenarios madrileños durante estos últimos días. Quizá era necesario dejar de firmar para poder hablar con libertad. También es curioso que el fenómeno Perro Paco haya nacido y se alimente exclusivamente (por el momento) de la escena madrileña, tradicionalmente menos inclinada a publicar en Teatron hasta hace poco. Pero el tapón ha explotado con una energía descomunal, puede que proporcional a la represión acumulada. Las visitas de Teatron se han duplicado a raíz de las últimas y jugosas críticas sobre lo último de Angélica Liddell (1 y 2) y Apuntes en sucio de Pradillo (1, 2 y 3), sobre todo. Lo curioso es que ahora que Perro Paco ha pisado el acelerador queda en evidencia lo poco que se publica desde el resto de la geografía teatronera para contarnos lo que está pasando. Perro Paco reclama insistentemente que alguien le cuente lo que vio en el TNT de Terrassa, por ejemplo, pero nadie contesta. ¿Se convertirá Perro Paco en un fenómeno local? Espero que no. Es más, no lo creo. No está de más recordar que la puerta de Perro Paco está abierta a quien quiera publicar en su blog. No será porque Perro Paco no ponga de su parte. En su Twitter hasta escriben en gallego y catalán. Con alguna falta de ortografía menor, de acuerdo, pero se agradece el esfuerzo del perro madrileño, ¿no?

Pero yo quería rellenar algunos huecos de los que Perro Paco no ha hablado todavía. Querría hablar de los Apuntes en sucio de Pradillo, pero en concreto de algunos de los que nadie ha hablado. Fui el último día a Pradillo, el domingo. Para empezar comencé presenciando en primera fila los apuntes de Itsaso Arana, Gabriel Azorín y Celso Giménez. Tenía mucha curiosidad. Itsaso y Celso son dos de los componentes de La Tristura, un grupo que nadie se atreve a preguntar si se ha disuelto o no. Yo tuve la oportunidad y tampoco se lo pregunté. Corren rumores de que sí pero otros dicen que no. No se sabe. El caso es que detrás de las nuevas gradas de Pradillo esta gente hacía días que habían instalado una especie de bosque con árboles de verdad. El domingo los árboles avanzaron para convertir el escenario de Pradillo en un bosque. Bastante espectacular, la verdad. Me recordó a La mélancolie des Dragons de Philippe Quesne. Pradillo convertido en un bosque otoñal. Ya sólo por eso agradecí estar ahí. Se apagaron las luces. El bosque tenía una pantalla gigante enmedio y un chico, Siro Ouro, se paseaba entre los árboles. La cosa se llamaba Alegrías del incendio. Como si alguien escribiese en la pantalla, la pantalla comenzó a hablar a Siro. Y entre otras cosas, le dijo que le iba a mostrar lo que era la alegría para él, para el que escribía. Luego vino una sucesión de imágenes de películas. Reconocí pocas porque tengo una cultura cinematográfica muy rara, siendo un poco condescendiente conmigo mismo. Reconocí Pierrot le Fou de Godard, algo que me pareció Kusturica y poco más. Pero creo que había de todo: dibujos animados y cine americano. A la salida recogí alguna indignación sobre el uso del cine que no acabé de entender. Y más cuando Gabriel Azorín es cineasta, como acabo de descubrir. Yo me quedé embobado ante la pantalla hasta que Siro me devolvió a este mundo con un increíble playback de una canción sesentera (supongo) en castellano que no supe identificar. Una actuación deliciosa, divertidísima y emocionante, interpretada con todo lujo de detalles. La canción me pareció algo así como el equivalente español al Satisfaction de los Rolling. Nada me satisface, creo que repetía. Si alguien sabe de qué canción estamos hablando agradecería que me deje la referencia en los comentarios de este post. Todo esto me dejó agustito, calentito, tiernecito y emocionado. Tengo que reconocer todo esto y no pienso darle más explicaciones ni buscarle ningún pero ni porqué ni ningún tipo de justificación. Me pilla harto de las disecciones quirúrgicas, frías y cerebrales. La vida también es pura emoción y sentimiento. ¿Por qué en eso la música, el cine, el teatro, la danza, la performance, el cómic, la literatura y el deporte deberían ser diferentes? A punto para el siguiente plato.

Sandra Gómez de Losquequedan

El siguiente plato fue The love thing piece de Sandra Gómez. Esta vez me fui a la última fila, arriba del todo de la grada. La cosa es algo así: Sandra pincha una serie de temazos pop y electrónicos (por ejemplo, Daft Punk) desde su ordenador conectado al equipo de sonido de Pradillo y comienza a caminar en círculo por el escenario, al ritmo de la música y con una cara de pocos amigos, entre triste y de muy mala leche. Cuando lleva ya algunas vueltas la cosa me comienza a resultar hipnótica. Entonces Sandra comienza a hacer pequeñas variaciones en sus pasos sin dejar de dar vueltas. Poco a poco, sin cambiar su expresión, cada vez irá más rápido hasta ponerse a correr, cambiará de ritmo y romperá el recorrido circular para moverse en otras direcciones, pero siempre en relación directa con el ritmo de las músicas, quizá también hay momentos de silencio, no estoy seguro. No estoy seguro porque al cabo de un rato me descubrí con las pulsaciones aceleradas y tan emocionado que tuve que hacer esfuerzos para controlarme. Acompañando con la mirada los movimientos de Sandra, dando vueltas por la sala, con esos sutiles microrritmos, con esa cara de enorme tristeza y esa actitud como de rabia, se me pusieron los pelos de punta y un nudo en la garganta. Relájate, pensé, te estás poniendo fatal. Y luego respiré hondo y me dije, que le den por culo a todo. ¿Qué está haciendo esta chica? ¡Qué nos está haciendo esta chica! Vamos, Sandra, joder. Vamos a salir ahí fuera, a unirnos con el cosmos y a quemarlo todo, hostia puta. Tanto concepto y tanta polla. Tanta vana palabrería. Belleza. ¡Quiero belleza y emoción!

Por suerte, luego de este increíble despliegue de Sandra que nos dejó conmocionados a unos cuantos, según tuve ocasión de comprobar después (y algunos dicen que el viernes aún fue más fuerte), Sandra se puso a hacer el Nilo Gallego artista sonoro con el acople de un minijack y a palpar las paredes y no sé qué más porque no me acuerdo de nada. Sólo pensé: menos mal que no ha acabado con el subidón porque si salgo en ese estado a la calle no respondo de mí mismo. Hoy, investigando en la web de Pradillo sobre lo que vi, he encontrado unos PDFs que Sandra había adjuntado para los que quisiesen más información (1, 2 y 3) y, la verdad, están llenos de citas de Perec y Lipovetsky y Foucault y habla del sujeto y los afectos y ya no sé qué pensar.

Esto es más o menos lo que quería decir hoy. Que muy intensos estos Apuntes en sucio, Pradillo. Recojo sensaciones positivas sobre Pradillo y su renacimiento. En las próximas semanas pasarán por ahí Sergi Fäustino, Norberto Llopis, El Conde de Torrefiel… Se hace supernecesario un lugar así en Madrid. Espero que vaya a más.

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