El fin de semana pasado Anna Pahissa se encerró dos días en su librería, Múltiplos, en el Raval (Carrer Joaquim Costa, 30), para leer todos los libros que había dentro y ordenarlos por secciones según una personal lógica esotérica (en sus propias palabras). Luego, a los que asistimos el domingo al mediodía a la última sesión de la segunda temporada del ciclo Todo lo que me gusta es ilegal, inmoral y engorda del Nyamnyam, nos enseñó lo que había estado haciendo y nos habló prácticamente de cada uno de los libros que había clasificado. Múltiplos se dedica a la subespecie de libros llamados libros de artista. Hace un mes, en la primera sesión de Anna Pahissa en el Nyamnyam, nos contó que a ella lo que le gusta es estar cerca de los artistas. Artistas. En Barcelona hay unos cuantos. Muchos de ellos forman parte del catálogo de Múltiplos. Algunos de ellos estaban el domingo en Múltiplos. Una librería en la que, para entrar, tienes que pasar antes por una exposición. El domingo pasado la exposición era de Enric Farrés Duran, el de De begades penso en Palafrugell (cita de Josep Pla con escandalosa falta de ortografía con una curiosa historia detrás) y el fake de París no se acaba nunca (el libro de Vila-Matas, que se prestó para presentarlo él mismo con escándalo de las señoras del público, que se pensaban que el libro lo había escrito el famoso escritor).
Dice Anna Pahissa:
Me interesaba desbancar el sistema de clasificación hegemónico en librerías, aplicando un método subjetivo y una nomenclatura final que no cayera en usos estandarizados (ni del ámbito de las librerías, ni del del arte contemporáneo). El resultado no previsto, una librería con secciones de tintes un tanto esotéricos. Las conclusiones: las etiquetas y clasificaciones en los libros –como en tantos otros “objetos”- son muy, muy frágiles.
Finalmente, esta clasificación subjetiva busca una liberación, para despistar los prejuicios que todos tenemos a la hora de acercarnos a los libros en una librería, y ampliando así las posibilidades para sorprendernos e interesarnos por otras narrativas, lenguajes y formatos. Al final, todo acaba siendo bastante coherente. Una librería “esotérica” que estimula el acceso a aquello que queda oculto.
Me quedé con las ganas de encerrarme un par de días en Múltiplos para emular a Anna Pahissa y leerme todos los libros. Al final de la sesión le regalé a Anna una idea de negocio: alquilar estancias en Múltiplos para encerrarte durante un par de días a leer sin que nadie te moleste, noche y día. En cualquier caso, podéis visitar esta muy frágil clasificación por secciones durante esta semana. El domingo se nos hizo muy tarde, había hambre y el Nyamnyam había organizado un picnic en los jardines de Sant Pau que fue la envidia de todos los que pasaban por allí (se veía en sus caras). Ahora a esperar al año que viene, a ver si Todo lo que me gusta… continúa alegrándonos la temporada en Barcelona. Eso si no les ponen a dirigir el Mercat de les Flors o el CCCB, que es lo que cabría esperar de una ciudad en plena revolución de ciencia ficción como Barcelona. Cosas más raras (y esperanzadoras) se han visto.
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