El sábado pasado se inauguró la exposición Jo em rebel·lo, nosaltres existim en la Fundació Palau de Caldes d’Estrac. Estaba lleno. Mucha gente de Barcelona, aprovechando el autocar gratuito que fletó la organización. Martí Sales y el director de la fundación, Pere Almeda, son los responsables de la idea y la coordinación de esta exposición que se puede visitar hasta el 14 de diciembre. Es una buena excusa para pasar el día en este pueblo costero del Maresme.
Mejor reservar un par de horas como mínimo para dedicarle a la expo. Hay algunos vídeos largos que necesitan algún tiempo. Hay bastante papel, muchos textos que leer. Además te llevas de regalo un periódico de 80 páginas con firmas interesantes, algunas presentes en la exposición y otras no. Hay una intervención de Mireia Sallarès que, para visitarla, te envía a un edificio de la calle Muntaner de Barcelona donde encontraremos más textos de Peio, Núria Martínez-Vernis, Martí Sales y Marc Caellas. Participan en la expo 26 personas y colectivos. Gente que promueve nuevas maneras de participación ciudadana en la transformación social. Es una expo valiente. No creo que sirva para despertar conciencias en la gente que fuimos a la inauguración. Pero nunca se sabe quién puede entrar a verla. Aunque no es gratis, vale 5 euros, que no es mucho pero puede resultar un problema. Pero digo que me parece valiente, por ejemplo, porque se exponen obras que han sido censuradas en otros lugares. Como la de Núria Güell sobre el trabajo de final de master en Políticas Públicas de Seguridad de la UOC escrito hace tres años por un alto mando de los mossos d’esquadra, que desvela lo que todos deberíamos saber a estas alturas: las tácticas de la guerra sucia policial para desactivar determinados movimientos contestatarios haciéndolos parecer peligroso vandalismo antisocial o cosas peores. En concreto, el documento firmado por el mosso, subitulado en catalán La Síndrome de Sherwood (por el bosque de Robin Hood), se centra en los okupas/antisistema del distrito de Gràcia de Barcelona. La artista simplemente se limita a subrayar lo que le parece más destacable. Es suficiente. Es que es un documento que sería casi humorístico si no fuese porque va en serio. En la rueda de prensa de la presentación de esta exposición Núria Güell cuenta cómo los mossos y el alcalde de no sé qué localidad catalana donde iba a presentarse esta obra se encargaron de retirarla. La verdad, no sé de qué tienen miedo. El documento se puede encontrar en internet, a pesar de que, según Núria Güell, fue retirado al mismo tiempo que tuvo lugar la censura. En fin, ya sólo por el periódico que te llevas de regalo por visitar la expo, ya vale la pena ir a verla. Hay ahí escritos interesantes y valientes (de nuevo). Hay reflexiones muy razonadas sobre temas tabú como el uso de la violencia desde puntos de vista desacostumbrados, por ejemplo. La guinda de la exposición me pareció la salita que conecta la rebelión actual con la revolución del 36 en Barcelona, unos hechos aún poco divulgados y conocidos, a pesar de todos los libros y artículos que gente como George Orwell hayan podido escribir sobre ellos.
Con la inauguración de la expo Roger Bernat presentaba en primicia Re-presentació: Numax, una reconstrucción de la asamblea que vemos al principo de la genial peli Numax presenta de Joaquim Jordà, del año 1980. Para los que se lo perdieron, el día 23 de octubre Roger Bernat y su equipo la presentan en el Temporada Alta de Girona. Al final hubo que hacer dos pases porque había mucha gente. Pequé de inocente porque no caí en que una reconstrucción de Roger Bernat, después de sus últimas obras, no podía ser de otra manera que del tipo público-haced-el-trabajo-para-que-esta-representación-llegue-a-buen-puerto-y-haya-algo-que-ver-como-público. Reconozco que, aunque sé de qué van todos estos últimos trabajos, no he visto ninguno de ellos. No tengo nada en contra, me parece lícito, no voy a entrar en esta vieja polémica (aunque la dejo aquí – crítica y respuesta – para que los recién llegados comprueben que antes de la aparición de Perro Paco también se armaban polémicas interesantes en Teatron). Sólo diré que, ahora que ya no es ninguna novedad ni provoca ningún escándalo (creo) el mecanismo de estos trabajos de Roger Bernat (por lo que sé, siempre diferentes pero con un nexo común basado en que la pieza sólo camina gracias al trabajo activo del espectador), a pesar de la pereza que sentí como espectador obligado a trabajar o, si me negaba, obligado a ver cómo los demás trabajaban para mí y aguantar mi complejo de culpa judeocristiana, el caso es que me pareció que a estas alturas uno ya se puede centrar en el tema en cuestión, más que en el mecanismo que lo sujeta (aunque tiene mucho que ver uno con lo otro, por supuesto). Y lo que pasa es que la asamblea de Numax es muy pero que muy interesante, la verdad, y aunque ya la conocía no por eso dejó de excitarme. Me parece que está muy bien revisitarla justo ahora. Por eso, al final, como muchos de los presentes, sin saber cómo, yo también me descubrí dándole a la manivela. La magia del post-teatro-posmoderno, ¿no?