Este verano, en un puesto de libros de la Cuesta de Moyano de Madrid, encontré un viejo número de febrero de 1980 de la revista de música Vibraciones. En la portada salía Blondie, había una entrevista a los entonces debutantes Aviador Dro, un reportaje sobre mujeres rockeras, respuestas airadas de los lectores a una carta de las directoras de los clubs de fans de Camilo Sesto, Los Pecos y Miguel Bosé indignadas porque sus grupos favoritos no aparecían en la revista, muchos artículos firmados por Diego Manrique y otras muchas firmas, la mayoría de gente que no conocía. Muchos artículos, a pesar de que hablaban de temas de actualidad de hace más de 30 años, me resultaron muy sabrosos, cercanos e inspiradores. Mientras los leía tumbado en la hierba de un prado gallego no pude evitar compararlos con los posts de cualquiera de los blogs que leo ahora en la segunda década del siglo XXI. Entre la enorme variedad de voces me llamó la atención la cantidad de artículos larguísimos que se dedicaban a enumerar simplemente cantidad de noticias o reseñas breves que hablaban de lo que estaba pasando en ese momento, tanto en España como fuera. Era constante la queja sobre la poca información disponible. Claro, pensé, no había internet. Sólo un par de canales de televisión. Pocas emisoras de radio hablaban de lo suyo (y sí de Miguel Bosé, Los Pecos y Camilo Sesto). Pensé en lo útil que debió ser esa revista en ese momento. En toda esa gente que escribía sobre lo que oía y veía (no sólo sobre discos y conciertos, también sobre libros, por ejemplo). Y también sobre lo que les contaban otros, sobre cualquier información que les llegaba, de las discográficas o de cualquier otro medio. Pensé en lo necesario que es todo eso en cualquier época para los amantes de la música o de los libros o del cine o de lo que sea. Y del placer que da leerlo. A pesar de vivir en la era de internet me dio un poco de envidia. Lo eché en falta en Teatron. Pensé: deberíamos esforzarnos más. También pensé: somos pocos y no tenemos muchos recursos. Pero ahora pienso: ellos tampoco eran muchos y no creo que les sobrasen los medios. La pasión por lo que uno hace puede mover montañas.
Desde que comenzó la nueva temporada no han parado de pasar cosas. Una de las novedades es el debut de Perro Paco. Muchos se preguntan quién está detrás de este blog que se dedica a publicar críticas de cualquier cosa escénica que se mueva en Madrid (de momento, sólo Madrid, si no me equivoco, aunque ampliar el horizonte geográfico va a depender de todos nosotros). Perro Paco se inspira en un famoso perro que cobró fama en los escenarios madrileños por su extremado espíritu crítico. Cuando el perro consideraba que la obra era mala, ladraba. Eso es lo que principalmente hace el Perro Paco 2.0, aunque con mucho más argumento. Y, por supuesto, también a veces mueve la cola. Perro Paco es Un Perro Paco y Otro Perro Paco, dos voces distintas. Pero también es Muchos Perros Paco porque casi desde el principio han abierto una convocatoria para que quien lo desee pueda publicar bajo ese paraguas. La actividad de Perro Paco es frenética. Han escrito sobre el festival ¿Y si dejamos de ser artistas? de La Casa Encendida, la nueva programación del CDN que dirige Ernesto Caballero, el Teatro Pradillo, un libro editado por la RESAD con textos de la promoción del 2012, teatro mexicano en Matadero, La Realidad en la Sala Triángulo, el Teatro de la Ciudad de Andrés Lima, Microteatro, Ubú Roi de Donelan en el María Guerrero… y me dejo cosas. Un ritmo abrumador. Además han conseguido que renazca el debate de ideas con el público de Teatron (algo bastante adormecido en los últimos tiempos). Y por si fuera poco ahora se han sacado de la manga las Cartas a un joven imbécil, inspiradas en las Cartas a un joven poeta de Rilke pero en versión escénica. Una sección en la que invitan a gente de la profesión para ayudarnos a intentar ser un poco menos imbéciles. Además de lo higiénicamente provocador de todo el asunto, para empezar tiene mérito que hayan conseguido que el primer invitado sea el últimamente desaparecido periodista Pablo Caruana, que en su no menos polémico primer post ha prometido publicar un post diario durante esta semana. Pablo carga contra la endogamia gustativa y propone comer de todo cuando uno se acerca a los escenarios. Pero no en el sentido que cabría esperar de alguien que publica en Teatron sino todo lo contrario: nos anima a visitar el CDN y a ver a la compañía nacional de danza. Dice mucho a favor del carácter tolerante y abierto de Perro Paco invitar a Pablo Caruana después de que Pablo discutiese uno de sus últimos posts. A pesar de la contundencia de sus críticas Perro Paco atiende a razones y abre sus puertas a todo el que quiera alimentar el debate. Muy necesaria e higiénica la aparición de Perro Paco. Trae consigo la polémica sobre si es lícito o no el uso del anonimato cuando se publican críticas. No sé qué decir. Saber que hay alguien ejerciendo la crítica desde el anonimato con tanta inmediatez parece que, como mínimo, despierta una expectación que hacía tiempo que no observaba y, en el peor de los casos, levanta suspicacias y temores. ¿De qué tendrán miedo? Dejémonos de preguntar quién es Perro Paco y convirtámonos todos en Muchos Perros Paco.
Más cosas. Los streamings. Ha comenzado la temporada con una sobredosis de streamings en directo en Teatron. A parte de los programas de radio semanales de Emisiones Cacatúa (cada martes a las 16:00, hora peninsular española, con Nilo Gallego, Arantxa Martínez y Eduard Mont de Palol), TVtron retransmitió toda la Intervención V en el Centro Negra de Blanca, que montó AADK durante un día entero (6 streamings) y tres días de Laboratorio 987 en el Teatro Pradillo de Madrid. Y PLAYdramaturgia celebran su primer año. Ellos trajeron los Escenarios del Streaming a Teatron. Parece que fue ayer pero ya han pasado 12 meses desde el debut de uno de los proyectos que más expectación ha causado y más ha dado que hablar. Y, a juzgar por su último post, parece que tienen ganas de continuar.
Me da la impresión que Emisiones Cacatúa es un proyecto que no está teniendo toda la atención que se merece. Es verdad que su equipo se ha lanzado a la piscina sin demasiados recursos técnicos y, en algunos casos, sin demasiada experiencia previa. Bueno, como de costumbre. Es verdad que, entre esa falta de recursos y las ganas de experimentar, a veces han salido programas que exigen bastante de la audiencia. Cierto. Pero los temas técnicos se van solucionando y hay algunas perlas bastante interesantes y motivadoras por diversas razones. Por ejemplo, el registro sonoro de las fiestas del pueblo de Matadeón, en la provincia de León, cuando los lugareños se cargan un coche a martillazos, una tradición del pueblo que Nilo Gallego grabó y difundió en su programa Rayos y truenos, que se emite el primer martes de cada mes. O Miguel Ángel Altet recitando la traducción de Heroin de Lou Reed que ha hecho Fernández Lera, en Pradillo, mientras el propio Nilo tocaba la batería. O el programa que la corresponsal turca Eylül Fidan emitió en directo desde Estambul cuando la revuelta del verano, prácticamente en estado de shock (uno de sus últimos programas, porque Eylül por lo visto abandona Emisiones Cacatúa en esta nueva temporada). O el extenso programa que Eduard Mont de Palol dedicó a Xanadú en todas sus manifestaciones (poesía, películas, canciones pop) en su espacio Pono Lorte, que se presenta como un programa sobre moda (no os lo creáis). O el último programa de Arantxa Martínez, Bípedo Implume, en el que, cual intrépida reportera, entra en el enorme rascacielos del Palacio de las Artes de Varsovia, para contarnos lo que allí se encuentra (por cierto, diría que el programa que más audiencia ha tenido, que también es el último emitido, lo cual es alentador). A ver qué nos depara esta nueva temporada de radio. El equipo parece que tiene cuerda para rato.
Ya he dicho otras veces que la televisión y la radio hace tiempo que existen y que esto de los streamings lo único que aportan de nuevo es que ahora cualquiera puede hacerlo. Eso es lo que me parece excitante de todo esto. A pesar de las limitaciones técnicas las posibilidades por explotar son infinitas. Eso es lo que han hecho los PLAY con los Escenarios del Streaming y eso es lo que mola experimentar. Los streamings con cámara fija a cien metros del escenario no son lo más motivador del mundo. Recuerdan a esos DVDs que hace unos años te pedían que les enviases a los programadores, en los que prohibían los zooms y los movimientos de cámara. A mí me parece mucho más interesante intentar pensar en el que ve el streaming como en un televidente y huir del soso vídeo de documentación. Eso es lo que creo que se ha intentado jugar en los streamings del Centro Negra y del Laboratorio 987. El telespectador no va a ver ni a vivir lo mismo que el espectador que lo ve en vivo. Por eso, en la retransmisión de la Orquestina de Pigmeos en la Intervención V en el Centro Negra, en vez de que la cámara captase la escena que se producía en la terraza con Chus Domínguez grabando con la cámara de vídeo lo que el espectador en vivo veía en una pantalla de televisión a su lado, parecía más interesante optar por que el telespectador viese la propia señal de la cámara de Chus y que Chus se girase en un momento dado de la acción para captar al público y a Nilo Gallego hablando por el micro de espaldas al público.
También pareció interesante que un locutor comentase la jugada durante el primer streaming de Laboratorio 987 en Pradillo, a veces únicamente para la audiencia televisiva y otras como un speaker en el terreno de juego de Pradillo. Afortunadamente al equipo de Laboratorio 987 (Chus Domínguez, Nilo Gallego y Silvia Zayas) le interesa incluir el streaming como un elemento más de la reflexión que están realizando sobre el arte en vivo, en el museo (es un proyecto expositivo del Musac de León) o donde sea. Así vamos experimentando con el medio.
El viernes Cris Blanco cantó su canción del robot Spirit (y lo reivindicó frente a su desproporcionadamente famosa hermana Curiosity) en La noche de los investigadores, ante un auditorio de más de 900 personas, en la Universidad Carlos III de Madrid. Acabó firmando autógrafos. Era una noche dedicada a los robots. La presentó el gran Fabiolo de la Mora, el pijo olímpico y con clase, vestido de tenista vintage. La dirigió Emilio Tomé como si estuviese dirigiendo un programa de televisión. Y estuvo muy bien. Sí. Esta semana, de jueves a sábado, Cris Blanco también estará en el ciclo Apuntes en sucio del Teatro Pradillo, junto a PlayDramaturgia, Horman Poster, Sandra Gómez, Itsaso Arana, Gabriel Azorín, Celso Giménez y Ana Salomé Branco.
Y en las mismas fechas el festival TNT de Terrassa lo peta con una programación donde se podrán ver los esperados estrenos de El Conde de Torrefiel y Guillem Mont de Palol & Jorge Dutor y también Sonia Gómez, Los Corderos, La Veronal, Albert Pla, Roger Bernat, Los Torreznos, Roberto Martínez, Diego Anido o Carles Santos con Rossy de Palma. Debe ser de los pocos festivales que aún sobrevive y coproduce nuevas creaciones de esta cuerda. Como no puedo estar en dos sitios a la vez me lo perderé. Espero que alguien nos lo cuente.
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