El jueves pasado Abraham Hurtado presentaba Mind-Body-Brain en eira33, que está en la Rua Camilo Castelo Branco 33 de Lisboa. Me enteré por el vídeo que colgó Abraham Hurtado en su blog en TEATRON, donde salía Tatin, a quien conozco desde hace un tiempo pero nunca había visto actuar y, aprovechando que me pillaba en Lisboa, me pasé por allí.
La primera vez que oí hablar de eira33 fue en el festival SISMO, donde actuaba Francisco Camacho, que forma parte del núcleo artístico de eira33. El lugar me recordó a La Poderosa de Barcelona, incluso me encontré con algún otro viejo frecuentador de ese entrañable lugar. Para entrar a eira33 hay que subir al primer piso, donde está el espacio escénico, también tienen una pequeña barra para tomar una cerveza, un vino o un té, con un balcón para salir a fumar, había sillas para unas 30 personas, pequeño pero acogedor. Está encima del edificio de los bomberos lisboetas.
Antes fue la sede del festival Alkantara, una plataforma que comenzó su actividad en 1993 con Danças na Cidade con el objetivo de «visibilizar el trabajo de la primera generación de coreógrafos de danza contemporánea en Portugal», según explican ellos mismos en su web, y que ahora, entre otras cosas, organiza en Lisboa un reconocido festival internacional de «artes performativas», que a partir de este año también se va a expandir a Porto, según me enteré al llegar a Lisboa.
El proyecto de Abraham Hurtado consiste en un conjunto de laboratorios que se desarrollan en las ciudades de Berlín, Barcelona, Lisboa, Tel Aviv y Bruselas. La premisa es que el trabajo se realice en 5 días para obtener como resultado inmediato una micro-performance. Este de Lisboa es el tercero. En la sala, antes y después de la performance, unos monitores pasaban vídeos y, en uno de ellos, reconocí a Aimar Pérez Galí en la micro-performance de Barcelona, en La Caldera.
En esta ocasión en escena había 5 intérpretes masculinos, vídeoproyección, música (creo que realizada para la ocasión) y una escenografía mínima, parte de la cual se puede ver en esta imagen tomada después de la performance.
La performance duró una media hora, la entrada era gratuita. Se agradecen este tipo de propuestas de formato ligero, de guerrilla, donde, sin excesiva presión por el resultado, lo interesante está en liarla en unos pocos días y compartir con el público el trabajo realizado, en un ambiente acogedor y distendido.