En mi primer post en T E A T R O N ya expliqué que en junio del año pasado viajé a São Paulo con Sergi Fäustino y David Espinosa para participar en el proyecto Diálogos Cênicos Brasil-Espanha: Linguagens Híbridas. Allí conocimos, además de a Sebastião Milaré, curador de teatro del Centro Cultural de São Paulo, a Pepe Henríquez, que viajó desde España con nosotros para participar en el proyecto como teórico. Además de él y de nosotros, desde España viajaron el grupo Txo Títelles y el coreógrafo Asier Zabaleta, a quienes no conocíamos. El encuentro pretendía reflexionar sobre lo que allí llaman lenguajes híbridos (el equivalente a lo que por aquí últimamente suelo escuchar que llaman lenguajes multidisciplinales o artes vivas y que algunos de nosotros llamamos teatron), poniendo en contacto a algunos creadores españoles con algunos creadores brasileños a los que no conocíamos. La experiencia fue muy interesante y me dejó con un montón de preguntas, la mayoría aún sin respuesta. Entre otras cosas curiosas nos dimos cuenta de que, aunque los artistas brasileños que participaban en la muestra se quejaban bastante de su precaria situación e idealizaban la nuestra, ellos disponían de muchos más medios para el sostenimiento de su actividad y de sus compañías. Era curioso verlos cómo se sorprendían mucho al descubrir que ninguna de las pretendidas compañías españolas participantes constaba de más de una persona por compañía. El resto de la presunta compañía eran colaboradores por proyecto, ni rastro de compañías estables, algo que quedaba bastante lejos de los grupos españoles participantes, aunque también hay que decir que la mayoría de ellos no las echaba en falta y, en cambio, valoraban la independencia de la que disponían para colaborar libremente los unos con los otros. Lo que sí que echaban a faltar era un poco más de aire para respirar y seguir trabajando en lo suyo, off course.
Me gustó descubrir que artistas con resultados tan diferentes a los nuestros se aproximaban a la creación de una manera muy similar a como lo hacemos nosotros. Y no me refiero tanto a los brasileños como al titiritero Nartxi Azcargorta, de Txo Titelles, por ejemplo, que causó impresión. En cambio, tengo que confesar que no me sentí identificado prácticamente con ninguna de las aproximaciones a la creación ni con el resultado creativo de los brasileños con los que nos emparejaban dentro del hibridismo en el que nos englobaban. Tengo que reconocer que pensé que lo mismo que nos alejaba de cierto tipo de artes escénicas que nos rodean aquí, en España, o en Europa, era lo que me separaba de los artistas brasileños que tuve oportunidad de ver (no los pude ver a todos). Y pensé que esto de las etiquetas se nos queda corto y también que en Brasil estoy convencido de que deben existir creadores escénicos con los que me identifique y con los que me sienta cómodo si me meten en su mismo grupo, en su misma etiqueta, pero les debe pasar como nos pasa aquí: que deben estar ocultos. Aunque después de pensar esto también pensé: quizá no, quizá somos más raros que la leche y este sentimiento que tenemos respecto a nuestra ubicación, a dónde nos situamos, a la etiqueta en donde colocarnos, esto es un fenómeno local. Pero no me lo puedo creer, más bien creo que esto es fruto de mi ignorancia y que hay otra gente por ahí esperando para encontrarse con nosotros. Así sea. Esto del hibridismo, pues, sólo me sirve para etiquetar lo que escapa a antiguas clasificaciones como danza o teatro, pero esto algunos lo tenemos tan superado que lo que sí que me parecería algo más útil es que se crease una etiqueta (si es que eso es posible) que diferencie esa manera de aproximarse a lo escénico de algunos creadores con los que me siento identificado (aunque unos me gusten más que otros) de lo que esperan ver los abonados del Lliure o del TNC (por ponerme bruto, no encuentro otra manera de explicarlo mejor) para que cada uno pudiese tener su espacio y no se enfade nadie porque le dan gato cuando esperaba liebre.
Mientras tanto, Pepe Henríquez ha preparado un Dossier Brasil que se ha publicado en la revista en papel Primer Acto y que recoge textos suyos, de Sebastião Milaré y de Christine Greiner (una teórica que nos gustó mucho en su intervención) y me ha dado permiso para publicar alguno de ellos en T E A T R O N, lo cual le agradezco. Así que los voy a publicar por separado en próximos posts.
Cuando el teatro abraza a la ciudad, por Sebastião Milaré
Hibridaciones, camuflajes y deconstruciones en la cultura y el arte , por Christine Greiner
Un contexto ejemplar , por José Henríquez
Los híbridos españoles, por José Henríquez