PERSONALIDAD.
Dicen que tu destino depende de tu carácter, dependiendo del carácter que tienes tu destino estará determinado por eso. Yo no sé que es el destino. Tengo una idea si a mi corta edad me pregunto por mis compañeros de clase. La mayoría de ellos tienen mucho carácter, podría describirlos en general como personas obsesivas, maniáticas, detallistas, perfeccionistas, neuróticas, histéricas, bipolares, alérgicas, sensibles, reflectivas y reflexivas, generosas, envidiosas, celosas, comprensivas y para no poner etcétera, pongo complejas, porque con el teatro me encontré con la psicología y la psicología trata el estudio de la psique, es decir del alma, así que no digo estos adjetivos peyorativamente, al contrario, me encanta identificarlos en mí y hacerme conciente de que eso lo tenía dentro y de tantas cosas que no se que más, pero que en el presente soy lo que soy, como dice Rafael. No Rafael el escultor, si no Rafael el cantante español.
Un ejercicio que me sorprendió mucho fue ponernos en círculo y dejar a una persona en el centro. El profesor nos dio la instrucción de sincerarnos. La persona que esta en el centro va mirando a los ojos a cada uno de los que estamos en el círculo. Cuando conecte con la mirada, con cualquiera de nosotros, empezará a decir lo que piensa de esa persona con una sola palabra, es un ejercicio de sinceridad, pero también de síntesis, cuando llega a la persona con la que empezó, otra persona del círculo, la que sea se pondrá en el centro y así sucesivamente. Cuando yo pasó al centro del círculo una de mis compañeras la vi a los ojos y en el fondo de ellos vi una cocina y eso le dije: Cocina. No es que yo la viera como una experta en el arte culinario, pero si que su mirada me dijo que era muy probable que nunca había tenido la necesidad de hacerse de desayunar, mucho menos de comer o hacer una cena con un primero, segundo y postre. Me recordó el chiste que cuenta un actor en la película Godfellas de Scorsese cuando se llevan el dinero en el aeropuerto con la ayuda del jefe de seguridad. Scorsese nos muestra planos de dos situaciones diferentes, el actor contando sus chistes en un salón de variedades, y al mismo tiempo vemos a De Niro y a Liotta que van a una bodega del aeropuerto y sacan una maleta y se van, uno de los chistes que escuchamos en voz en off: dice así:- Mi mujer me ha dicho que en estas vacaciones, la lleve a un sitio en donde nunca a estado. Yo le conteste que muy bien, que la llevaría a la cocina. Y por eso le dije a mi compañera esa palabra. No hallaba como sintetizar en una sola palabra todo este discurso, además creo que ella jamás entendió porque le dije eso. Porque la mayoría de cosas que nos dijimos en esa sesión tenían que ver con rasgos de la personalidad o el carácter de nosotros, no con una cosa u objeto. Y supe que había dicho algo, como si hubiese estado fuera de lugar, no hubo consecuencias de eso, pero para mí fue una revelación, porque también la persona se puede cosificar en un objeto, como el juego de “Si yo fuera”. Sí yo fuera estación de metro sería… Si yo fuera un coche sería…. Si yo fuera un actor, ¿Qué actor sería? Si me apuro a pensar cual sería, me vienen a la cabeza los que por su trayectoria me gustaría ser, o por como se meten en situación, es decir por como crean a sus personajes, pero en realidad es muy probable que no tengan nada que ver conmigo salvo las ganas que tenemos por interpretar, pero los actores que me gustarían ser, no tienen nada que ver conmigo, ni físicamente, ni intelectualmente, es más,su formación es muy probable que sea muy diferente a la que yo estoy viviendo, porque el tiempo cambia día a día, no hay un día igual a otro, nunca, ni lo abra y cada hombre es un mundo y lo que le funciona a mis compañeros, no necesariamente me tiene que funcionar a mí, es decir, que con todos estos ejercicios que estoy practicando para ser actor, es para ser el actor que yo mismo estoy formando con ayuda de otros. Pero seré un actor único, porque solo en el mundo hay uno que es yo. Solo hay un Guillermo Gil, una Margarita Saenz, un Álvaro Guerrero, un Adrián Joskovish.