publicado en el diario El País
Los centros de arte abren su programación a experiencias provenientes de la música, la danza y el teatro.
La coreógrafa La Ribot con la instalación Still Distinguished en la galería de Soledad Lorenzo a principios de este milenio fue la culminación o un nuevo principio del cruce entre artes escénicas y artes plásticas. Pero en estos últimos años la cosa no para. Algo pasa dentro de las artes escénicas, algo se mueve en los museos, algo en los teatros donde se cruzan proyectos y artistas… La artista proveniente de las plásticas Teresa Margolles, después de representar a su país, México, en la Bienal de Venecia del 2009, fue programada con una hermosa acción, “Las llaves de la ciudad”, dentro de un festival de escénicas en Matadero. El coreógrafo Xavier LeRoy el año pasado montó en la Fundació Antoni Tàpies durante dos meses Retrospectiva, una exposición concebida como una coreografía donde encontrábamos a bailarines ocupando todo el espacio expositivo. Momentos vitales de cruce que hablan de un trasiego que este año está llegando a fenómeno. Etiquetas como danza, performance y teatro se mezclan y se superponen en proyectos y festivales.
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