Del 29 al 31 de marzo en Naves Matadero
María Jerez, una de las artistas contemporáneas españolas más innovadoras y, por lo tanto, necesarias, desarrolla su trabajo artístico entre el arte en vivo, el cine, la coreografía, la arquitectura y las artes visuales. Por eso, es habitual ver su obra en los festivales y espacios internacionales de creación y exhibición contemporánea como Tanzfabrik (Berlin), Fondation Cartier pour l’Art Contemporain (Paris), Humain Trop Humain CDN (Montpellier) o el Southbank Centre, (Londres) y en los españoles MACBA, Mercat de les Flors, Festival Salmon, Tabakalera o Veranos de la Villa, entre otros muchos.
Desde 2004, ha creado piezas que exploran la relación con el espectador como el espacio donde los modos de representación se ponen en crisis. Desde El Caso del Espectador a sus últimas piezas Blob y Yabba esta relación ha mutado de un lugar de “entendimiento” de las convenciones teatrales y cinematográficas, a la pérdida intencional de referencias donde la artista, la pieza y el espectador se comportan entre ellos como extraños.
A partir de 2010 compagina la creación artística con la organización de Living Room Festival (Madrid) junto a Juan Domínguez, Luis Úrculo y Cuqui Jerez; el comisariado de PICNIC SESSIONS 2017 en CA2M de Móstoles y la docencia en el Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual UCLM.
Gracias a la iniciativa Terreno Común, de la fundación Siemens Stiftung en co-producción con Naves Matadero que proporciona un espacio de trabajo para que artistas latinoamericanos confronten e intercambien perspectivas con artistas locales, durante el proceso de creación de la pieza The Stain, María Jerez ha invitado a un carpintero, a un músico, a un pintor, a un panadero y a un diseñador de luces a trabajar con ella y ha puesto a convivir cosas que no están destinadas a estar juntas. Un espacio donde desaparecen las clasificaciones firmes de la modernidad, que tienden a separar el conocimiento en campos segregados. Un espacio inestable donde entidades de diferentes naturalezas coexisten y coevolucionan en una coreografía de constantes encuentros con la otredad. The Stain es parte del proyecto de investigación La paradoja con los pelos mezclados.
La construcción de esta coreografía inestable, se centra en la idea de diseminación, colonización, invasión, coevolución y convivencia como un marco de pensamiento desde el cual relacionar “cuerpos” o fragmentos de “cuerpos” que no están pensados para estar juntos. Entendiendo “cuerpos” como objetos, personas, textos, sonidos, materias, colores, atmósferas, espacios, tiempo, espectadores, artistas … La relación establecida entre estos “cuerpos” dispares no se basa en una relación “inteligente” que busca coherencia, sino por el contrario, busca la experiencia de un parentesco extraño.
Todas esas cosas extrañas, ajenas, pertenecientes al exterior, comienzan a entrar en lo conocido, en lo propio, en el interior, haciendo que lo que conocido deje de serlo. Insistiendo, a su vez, en trabajar la diferencia dentro de la diferencia, distinguiendo la diferencia de la identidad; es decir, no en la idea de identificación, sino en la idea de la diferencia que coloca al “otro” dentro de uno mismo, permaneciendo así siempre en el terreno de lo desconocido.
María Jerez reflexiona sobre su pieza The Stain: “Cuerpos que entran en otros cuerpos, esta mañana, cuerpos que no están pensados para estar juntos, estuve en la radio, seres de diferente naturaleza que cohabitan en un mismo espacio y me pregunté, coexistencia de la diferencia que crea fricción entre las distintas materias, si en la cocina de la persona que escucha la radio, cuerpos dentro de cuerpos, habría, trozos de cuerpos que salen de cuerpos, una planta, lógicas fuera de contexto, dicen, presencias fuera de lugar, que cuando, espacios invadidos por otras sustancias, las plantas, espacios de negociación, escuchan frecuencias bajas, espacios fronterizos, éstas, espacios de co-evolución, favorecen la germinación, espacios de cocción, el crecimiento, espacios de indiferencia y la salud de las raíces. Las altas, por el contrario, parecen tener un efecto inhibidor”.