— MuroTRON

Jaguar

Marlene Monteiro – 18 y 19 de marzo en Conde Duque 

Hay dos tipos de espectadores única y exclusivamente: los que conocen el trabajo de la extravagante caboverdiana Marlene Monteiro Freitas, y los que no. Difieren en que los primeros pueden hacerse una idea de cómo va a transcurrir una de sus delirantes veladas y los segundos, en cambio, son ignorantes a punto de descubrir hasta dónde se puede llegar y, al mismo tiempo, cómo se puede sublimar lo grotesco. Las obras de Monteiro (y Jaguar no es excepción) son intencionadamente vulgares y ordinarias, pero por esa misma razón, una manera revolucionaria de presentar el cuerpo en escena, que se abre paso paso por un camino de kamikaze que va en dirección contraria a la convención que exige belleza y ensueño a la danza.

Referencias hay muchas, sugerencias no faltan, pero explicaciones más bien pocas. Al ratito de empezar Jaguar, el espectador caerá en la cuenta de que no hay mucho que entender en este collage absurdo y surrealista, que se presenta como el revés retorcido del clown tradicional. A cambio, hay mucho para sentir. Risa, lo primero, pero también asco e inquietud, ternura o pena.

Monteiro en esta ocasión ha hecho alianza con Andreas Merk, que se presenta cómplice de los excesos de esta creación estrenada en 2017, en la que también destaca la escultura enorme de un caballo azul, un guiño probable a Der Blaue Reiter (El jinete azul), el movimiento que transformó el Expresionismo alemán, y también una escalera plateada de tres peldaños que conduce exactamente a ninguna parte. La cascada de muecas faciales y deformaciones corporales del dueto se mueve al ritmo de músicas en contraste que van de Stravinsky a David Bowie, aderezadas con batucada, Schönberg, Monteverdi y Puccini.

Marlene Monteiro comenzó su ascenso con el insólito y exitoso solo Guintche y continuó con piezas de gran formato como Bacantes. Preludio para uma purga o su reciente estreno El Mal. Embriaguez Divina. Toda su obra es combinación de su aprendizaje sobre la vanguardia en la prestigiosa escuela P.A.R.T.S. de Bruselas y su paso por el ya desaparecido Ballet Gulbenkian, de Portugal, país en el que reside, pero sin renunciar nunca a sus vivencias dentro de la cultura popular de Cabo Verde. Se pueden elucubrar y buscar muchos referentes en su trabajo, pero en el fondo sigue siendo la misma joven inquieta de Cabo Verde que a los 14 años creó con unos amigos la compañía Compass, con la que dio rienda suelta a sus gustos variados y eclécticos en espectáculos de danza que mezclaban referencias a Jesucristo Superstar con clips de hip hop, aderezados con pasos de samba, salsa y folclor caboverdiano.

Marlene Monteiro fue premiada en 2018 con el León de Plata de la Bienal de Venecia.

Más información y entradas: https://www.condeduquemadrid.es/actividades/marlene-monteiro-jaguar