Mi madre muerta
De Greta&Anna
Del 11 al 13 de marzo en Teatro Pradillo
Nadie quiere ver morir a su mamá.
De entre toda la gama de oscuridades que tiene el dolor, se dice y se repite que la pérdida de un hijo es la mayor y la más grande de todas las tragedias, poco se habla de la pérdida de una madre.
A menudo es el ritual (una vez más) la única salida posible. Como alternativa al duelo “Mi madre muerta” plantea un rito personal, que tiene que ver con cómo la artista plástica Anna Jonsson y su hija Greta García Jonsson entienden la tragedia, a menudo atravesada por el sarcasmo, y el humor negro. Cómo encontrar el humor en la pérdida, cómo reírte de la peor de las pesadillas, esa que sabemos que vamos a vivir, pero intentamos evitar a toda costa. Estamos hablando de La Gran Preparación y parece que todo lo que tiene que ver con madurar nos lleva a trabajar esa preparación de la pérdida de nuestros padres, en concreto de saber cortar el cordón con la madre. Esta pieza puede ser la forma en que lo enfrentan Greta y Anna (o la forma en que no lo aceptan).
La maternidad per se no es el eje de la propuesta, desprenderse de una madre en sí mismo no tiene por qué suponer una tragedia, no estamos haciendo ningún alegato a la maternidad universal sino a las nuestras, a las que tenemos el privilegio de querer y ser correspondidas. Más en concreto a Birgitta, la madre de Anna Jonsson y a la propia Anna como madre Greta.
En el escenario Greta frente a la escultura. La cosa viene de familia. “Mi madre muerta” es un árbol genealógico en sí mismo, donde una escultura de Anna Jonsson hace de la madre de Anna y de la madre de Greta a la vez como si de una especie de escultura vudú se tratara. Acariciarla, zarandearla o bailar con ella es hacerlo con las dos madres al mismo tiempo. Y con las madres de todos. Ritual otra vez. “Mi madre muerta” es una despedida.
Alberto Cortés
Greta&Anna somos hija y madre y desde que nos conocemos hacemos cosas juntas. Videos de “Súper Violeta” y performances como “La verde”, “Del cerdo se aprovechan todos” o “El cabrón más fuerte”. “Mi madre muerta” nuestra primera obra escénica de largo formato.
Anna Jonsson. Nacida en Suecia, licenciada en la Facultad de Bella Artes en Sevilla, desarrolla desde los años 80 una dilatada trayectoria. Es una artista multidisciplinar, de formación escultórica, base de toda su obra, lo que la ha llevado a relacionarse y trabajar en el mundo de la danza-performance, reflejado tanto en sus espectáculos en vivo como en sus creaciones audiovisuales, junto a artistas como Torun Odlöw, Guillermo Weickert o María Cabeza de Vaca. Le interesan las cosas que hacen llorar y reír a la vez y piensa que más es más.
Greta García. Bailarina, creadora y payasa con estudios en Derecho, practica contorsión y escribe cuentos a escondidas. Interesada en el cuerpo y su búsqueda, así como el humor y el juego como vías para todo. Inició su formación en danza clásica y la continuó bailando todo lo que pudo. Ha trabajado como intérprete para otras compañías como Date.Danza o Angélica Liddell, en coproducciones como Ludo, pero sobre todo en proyectos colaborativos, Lanördika y Hermanas Gestring, generando diferentes propuestas. Gracias a esto viaja y recibe becas y premios que no le vienen nada mal.
Alberto Cortés. Inicié mi formación como director y dramaturgo en Málaga. Estoy en la escena porque la detesto y en esa guerra encuentro mi lugar. En 2009 comencé mi camino en lo escénico desde la dirección y la dramaturgia bastarda se ha ido transformando con los años en un proceso largo de asalvajamiento desde la periferia andaluza. Sigo sosteniendo mis ganas de actuar porque tengo esperanza en lo innombrable, lo intangible y lo humano. A día de hoy desarrollo mi identidad siendo creador, director, dramaturgo, acompañante, performer, docente, hijo, tío, amante, amigo.