Las niñas zombi de Celso Giménez en Condeduque
Las niñas zombi de Celso Giménez | Del 1 al 11 de junio en Condeduque Madrid
Condeduque produce la primera pieza de Celso Giménez como creador en solitario, al margen de su trabajo como miembro de La Tristura y de otras colaboraciones como las que ha realizado con La Veronal, El conde de Torrefiel o Mucha Muchacha. Esta pieza, sin embargo, no está lejos de los presupuestos temáticos y formales de obras como Renacimiento o CINE, de La Tristura, pues como en ellas, la voluntad aquí es abordar episodios de nuestra historia política reciente proponiendo una profunda investigación del lenguaje escénico, en busca de los puntos que conectan íntimamente el presente pero alejándose de las estéticas tradicionalmente asociadas a estas cuestiones.
En escena vamos a ver a tres chicas contando una historia fantástica que, a ratos, parece real. Ríen y bailan. Surgen preguntas: ¿por qué tenemos los nervios tan frágiles? ¿Por qué casi todo nos hiere? ¿De dónde viene este terrible miedo a vivir? ¿Qué tiene que ver con todo esto nuestra Historia reciente? Hablar de Historia reciente es mirar 100 años atrás, quizás algo menos. La gran herida de este país se llama Guerra Civil y está muy lejos de cicatrizar. Los hijos de los que lucharon, sobre todo de los vencidos, evitaron hacerse preguntas y vivieron con la memoria guardada en una cajita al fondo de un cajón. Los nietos ya sí, ya podían cuestionar y, quizás, empezar a comprender. A Celso le han contado desde siempre, como un cuento secreto, la historia del hermano de su abuela, que también se llamaba Celso pero que vivió 40 años bajo otra identidad, la de un hombre que vio morir asesinado por los vencedores. «Será imposible —asegura Celso— que en esta pieza clarifique históricamente lo que sucedió. Tampoco es esa mi intención ni mi misión. Pero todo lo que me han ido contando me hace pensar en cómo afectan la herencia y las genealogías a nuestras vidas. Me lleva a construir esta pieza tratando de imaginar cómo somos las nietas, las niñas zombi que no llegamos siquiera a saber bien qué sucedió y, sin embargo, estamos transformadas a nivel educacional, cultural y sentimental, por estas historias que, al mismo tiempo, parecen películas lejanas de zombis y vampiros».
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