Una imagen interior de El conde de Torrefiel en el Teatro Central de Sevilla
Una imagen interior de El conde de Torrefiel | 24 y 25 de marzo en el Teatro Central de Sevilla
NADIE LES HA REGALADO NADA, AL CONTRARIO. HAN SIDO UNA DECENA DE ESPECTÁCULOS CON LOS QUE EL CONDE DE TORREFIEL HA CONSEGUIDO UNA FIRMA TAN PERSONAL QUE SE HA CONVERTIDO EN IMPRESCINDIBLE EN EL CIRCUITO DE LOS FESTIVALES, TEATROS Y CENTROS DE PRODUCCIÓN EUROPEOS MÁS EXIGENTES.
EL MONTAJE QUE NOS OFRECEN SE ESTRENÓ EN MAYO 2022 EN EL WIENER FESTWOCHEN Y HA SIDO COPRODUCIDO POR EL GREC DE BARCELONA, EL FESTIVAL DE AVIÑÓN, EL FESTIVAL D’AUTOMNE (PARÍS), EL KUNSTENFESTIVALDESARTS (BRUSELAS) Y UN LARGO ETCÉTERA. POCAS VECES UNA COMPAÑÍA DESPIERTA TANTA UNANIMIDAD EN EN TERRITORIO DEL ESPECTÁCULO VIVO INTERNACIONAL.
El montaje que nos ofrece este improbable “conde” es el final de un proceso que empezó en el Santarcangelo Festival (Emilia-Romagna) con Fracciones de tiempo, donde se proyectaba al atardecer y al aire libre un texto sobre las disimilitudes entre realidad y ficción; continuó en el Festival Grec 2021 de Barcelona con Ultraficción nr. 2/Los buenos modales; en el festival de Valencia Russafa Escènica con Complicidad de materiales anónimos, con un trabajo con alumnas de arte dramático; y, finalmente, en la última edición del Festival Sâlmon de Barcelona, donde se pudo ver a una serie de estudiantes de arquitectura construyendo un gran tótem contemporáneo en Ultraficción nr.4/Working Class.
Desde que en 2010 presentara su primer espectáculo (La historia del rey vencido por el aburrimiento), la compañía ha apasionado a público, crítica y a unos programadores europeos que han seguido con atención la decena de espectáculos que han creado hasta el momento. En estos espectáculos nos hablan del tiempo y de la sociedad del siglo XXI, combinando y a la vez distanciando texto, movimiento e imágenes plásticas, e investigando las tensiones entre el individuo y el colectivo.
En un mundo digitalizado, donde lo virtual con sus mandatos de visuales calibrados ocupa cada vez más espacio, ¿cómo podemos nutrir nuestras imágenes internas?, ¿cómo podemos aprovechar el poder de nuestra imaginación?, ¿cómo dar sustancia a una realidad que no es inmutable, sino por el contrario maleable, cambiante, fruto de nuestros sueños y de nuestras decisiones?, ¿qué podría ser esta ultraficción colectiva?; una ficción tan soñada que se volvería real, ultrarreal. Es a estas sensibles cuestiones a las que nos invita la nueva creación de la compañía El Conde de Torrefiel. Desde las herramientas de la performance, la danza y las artes visuales, para hacer mejor el teatro. Una imagen interior ofrece una dramaturgia singular, texto, movimiento, sonidos y materiales chocan, se oponen y se precipitan hacia un Big Bang. Una imagen interior es esta explosión de pensamientos y sensaciones, que busca desplegar todo el erotismo de nuestra imaginación. Y tal vez, ¿quién sabe?, inventar otra realidad: la del mañana…
Más información: Teatro Central de Sevilla | Entrevista a Pablo Gisbert