María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito
Del 20 de octubre al 26 de febrero en el MACBA
María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito es la primera exposición dedicada a la práctica de María Teresa Hincapié (1954–2008), artista colombiana especializada en lo que podríamos llamar «la poética de lo doméstico» en la performance, transformando acciones rutinarias en actos simbólicos para crear así una metodología en su práctica. María Teresa Hincapié tenía una definición particular de lo performativo, que ella solía llamar «entrenamiento». Lejos de cualquier categorización específica, su práctica oscilaba entre vida, creación en movimiento y una búsqueda de lo místico.
La exposición revela la importancia de la comprensión de María Teresa Hincapié sobre la creación artística donde lo efímero y la mutabilidad son necesarios para una «búsqueda de lo sagrado». Utilizando el potencial del afecto como mecanismo de interacción con la artista fallecida, la muestra reivindica la interacción colectiva como productora de conocimiento y vehículo imperativo de transmisión.
En 1990 María Teresa Hincapié (1954-2008) recibió el Primer Premio en el XXXIII Salón Nacional de Artistas Plásticos de Colombia por su performance de larga duración Una cosa es una cosa; era la primera vez que se otorgaba este premio a una obra efímera, no objetual y a una mujer. La acción consistió en colocar todas las cosas que la artista poseía en su casa en el espacio expositivo; a lo largo de varias semanas y durante ocho horas diarias continuas, se dedicó a crear una danza con su cuerpo mientras reorganizaba los diferentes elementos según criterios cambiantes. Recibió nuevamente esta distinción en 1996 con Divina Proporción, obra performativa en la que permaneció varios días viviendo en el espacio expositivo mientras caminaba muy lentamente y sembraba y regaba la hierba y la tierra sobre el suelo de hormigón.
Hincapié nació en Armenia, Colombia, y murió a los 54 años tras una larga enfermedad. Se convirtió en una figura clave en el desarrollo de la performance durante las décadas de 1980 y 1990 y fue una voz reflexiva que exploró las prácticas corporales. Inicialmente formada en teatro como miembro del grupo Acto Latino e influenciada por las ideas de Jerzy Grotowski (1933-1999) y el horizonte experimental que este director de teatro polaco había abierto en torno al concepto de «teatro pobre», así como por las exploraciones de Eugenio Barba, Hincapié se interesó por una dramaturgia limpia y simple. A mediados de los ochenta, su práctica viró definitivamente hacia una mayor indagación de lo performativo, marcando un momento seminal en la génesis de las prácticas artísticas contemporáneas en Colombia. La exploración de la vida cotidiana y la transformación de acciones rutinarias en actos simbólicos crearon una metodología para su práctica. El arte se convirtió en la guía de su existencia, no solo proporcionando un marco para su creatividad sino también influyendo en su ética y comprensión de la política. En 1995 inició su ambicioso proyecto Hacia lo sagrado con una caminata desde Bogotá hasta San Agustín, en un viaje que duró veintiún días, durante los cuales combinó la experiencia de conocimiento sobre el país, su supervivencia y acciones rituales con un pensamiento místico que, a partir de ese momento, se convirtió en el núcleo fundamental de su poética.
Se plantean múltiples interrogantes cuando se intenta exponer la obra de María Teresa Hincapié en un museo con el propósito de dar a conocer la trascendencia de su práctica, y a la vista de una nueva concepción del cuerpo y su contexto en el ámbito de la performance. ¿Cómo visibilizarlo con documentos de archivo, fotografías, vídeos u obras sobre papel? Al querer incluir la fisicidad, el gesto, la quietud, el silencio, el movimiento y la presencia que emana de su obra, evitando al mismo tiempo un re-enactment –al que ella era completamente contraria–, la propuesta para la exposición María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) y el MACBA Museu d’Art Contemporani de Barcelona, pasa por combinar nuevas voces inspiradas en la práctica de Hincapié.
Por lo tanto, en esta primera exposición dedicada al trabajo de la artista se presentará una vasta selección de sus obras: material de archivo procedente de performances, fotos, vídeos, documentación escrita, diapositivas, testimonios visuales, etc. También se incluirán las obras realizadas por José Alejandro Restrepo para ser interpretadas por Hincapié, así como tres proyectos encargados específicamente para la exposición que abren un imprescindible debate sobre el movimiento, los cuerpos y el legado cognitivo de una práctica en sí abocada a la transformación. Los artistas y colectivos invitados a desarrollar una nueva obra que dialogue con el lenguaje performativo de María Teresa Hincapié son: María José Arjona (Colombia), Coco Fusco (Estados Unidos) y Mapa Teatro (Colombia), cuya praxis está íntimamente vinculada a la de la artista. Con el objetivo de establecer el potencial de afecto como mecanismo para interactuar con la artista fallecida, la intención subyacente sería reproducir una actitud que Hincapié secundó durante su vida y carrera artística y que está asociada a la idea de compartir y de crear comunidad. A finales de los noventa, adquirió unas tierras (La Fruta) en la Sierra Nevada de Santa Marta donde creó una residencia de artistas que llamó Aldea-escuela, un proyecto que mantuvo vivo hasta sus últimos días. Hincapié estaba convencida de que vivir en colectividad era un modo de producir conocimiento y un vehículo imperativo para la transmisión del mismo.
Más información y actividades relacionadas: https://www.macba.cat/es/exposiciones-actividades/exposiciones/maria-teresa-hincapie-si-este-fuera-principio-infinito.