Fäustino VI o 126 caballos
Sergi Fäustino
Del 28 de febrero al 1 de marzo en Teatro Ensalle
La propuesta escénica que voy a presentar en el Teatro Ensalle es fruto de un proceso de creación en continuidad que empezó en 2012. Este largo proceso es como un árbol que se ha ido dividiendo en ramas y estas han ido dando unos frutos. Estos frutos, algunas veces han estado vinculados a los encuentros con la mirada del otro y otras veces no. Cada rama y cada fruto ha tomado una forma concreta debido a dos razones, a saber: por un lado, el trabajo en continuidad, esto es el día a día en el estudio, el trabajo en mi casa, en la ciudad donde vivo. Básicamente se trata de plantear preguntas y meterse con el cuerpo a buscar respuestas. Algunas veces las encuentro y otras no, pero la búsqueda siempre enriquece la reflexión. Por otro lado, está el intercambio con el lugar de presentación y las personas que lo habitan, esto varía según las características de cada lugar, se trata de que el trabajo esté suficientemente abierto para dejarse traspasar y modificar por las características específicas del entorno en el que se presenta. El objetivo es que cada presentación tenga sentido para el lugar, para las personas del lugar, para el trabajo en sí y, por lo tanto, para mí.
Para las presentaciones en Ensalle va a haber una parte de documentación gráfica de distintas formas que ha cogido el trabajo según el momento y el lugar de presentación, un apartado audiovisual en el que se podrán ver y oír las ramificaciones del trabajo en este formato, y un espacio para la escena. En escena va a haber un cuerpo bailando junto con una voz en off de alguien que mira y analiza el cuerpo que se mueve, el cuerpo que baila; y que hace una inmersión en el interior de este cuerpo, en el interior de esta persona, para compartir todas aquellas vicisitudes de su vida que lo han llevado a estar delante nuestro moviéndose de una manera única. Partiendo así de lo estrictamente físico para llegar a algo que trasciende el cuerpo.
La propuesta pretende poner sobre la mesa una visión desde el cuerpo y a través del cuerpo, con la conciencia que es importante que esta visión exista -junto con otras muchas-, en un momento en que la tendencia es ir hacia una visión única.