El arte de acción ha cuestionado en sus diferentes formas y manifestaciones las lógicas del espectáculo y con ellas la distancia entre quienes producen y reciben; entre quienes hacen y aquellos que presumiblemente se limitan a ver en el arte. En un programa de performance como Idiorritmias parece pertinente preguntarse acerca de qué es lo que convoca a un público y, de manera más precisa, qué es lo que lo configura como tal. Si en la edición anterior se planteaba una reflexión crítica sobre el papel que ejerce y podría ejercer la institución en su capacidad de «instituir» prácticas, de dibujar límites disciplinares y establecer las reglas del juego, así como su responsabilidad como garante del encuentro entre artista y público, la presente edición convoca al espectador para explorar los múltiples papeles que puede adoptar y los espacios que se le asignan desde la institución.
Programa comisariado por Soledad Gutiérrez, directora de CentroCentro, y Pablo Martínez, jefe de Programas del MACBA.
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Una de las fórmulas del arte que ha trabajado más radicalmente la relación con el público es el happening. En este sentido, se presenta como una oportunidad la exposición Oscar Masotta. La teoría como acción que alberga el museo en torno a la figura de Masotta, un intelectual en cuyo trabajo la transmisión, la repetición y formas artísticas como el happening o el antihappening (1966) fueron esenciales. En el programa se incluye la película Segunda vez (2018) de Dora García, en la que se parte del relato de Julio Cortázar para presentar dos re-enactments, o repeticiones para usar la terminología psicoanalítica de Masotta, de dos de los happenings que este realizara en Buenos Aires en la década de los sesenta. Happening, público, autor, partitura-guion, filmación y repetición serán algunos de los conceptos que se debatan a propósito de la película de Dora García, pero también atravesarán todo el programa de este año como en parte ya hicieran en la edición anterior.
Otro de los conceptos desarrollados por Masotta es el de desmaterialización (expresado en una conferencia en el Instituto di Tella en 1967 bajo el título «Después del pop: nosotros desmaterializamos» y que el MACBA acaba de reeditar en su colección de publicaciones online Quadern portàtil) como un modo de hacer en la práctica artística y su resistencia. Una reflexión que subyace en muchos de los trabajos incluidos en esta edición de Idiorritmias y que es central en la práctica de Mette Edvardsen, a la que prestamos especial atención este año. Un trabajo en el que los objetos se convierten en herramientas para espolear la imaginación del espectador e invocar una forma de público activo desde la desmaterialización. Las diversas performances de Edvardsen configuran un cuerpo de trabajo en el que se puede rastrear la investigación que ha desarrollado en la última década, desde una pieza seminal como Private Collection (2002), en la que la bailarina y coreógrafa se adentra en el mundo de los objetos y su presencia en escena. Su relación con los objetos pone ya en evidencia en esta obra temprana su capacidad de transformación a través de un juego de ausencias y presencias. Edvardsen lleva al extremo esta investigación en dos de las piezas de la trilogía que produjera entre 2011 y 2015: Blacky No Title. En estas es el lenguaje el que juega con los objetos y la presencia de la artista en escena altera el espacio real. El poder performativo de las palabras en este caso no solamente hace cosas, sino que las convoca en su aparición y desaparición. Si en estas piezas la activación de la imaginación de los espectadores y el texto desmaterializado hecho oralidad son fundamentales, en Oslo (2017) quien desaparece es la performer para concentrar toda la presencia espacial en el texto y en otras múltiples voces. Además de estas performances se presentarán una selección de las piezas videográficas de Edvardsen, junto con algunas de sus publicaciones, en el atrio del museo.
En paralelo a las presentaciones del trabajo de Mette Edvardsen y más relacionado con la idea de idiorritmia, el programa se abre con un concierto de Luke Fowler y Richard Youngs, que exploran en el escenario una suerte de diálogo musical a partir de la experimentación con diversos géneros e instrumentos inventados.
En el desarrollo de este programa es tan importante la desmaterialización como la construcción o recreación de otros imaginarios a través de las palabras y de la invocación de otros seres, desde Mercedes Azpilicueta y su trabajo Ye-gua, Ye-ta, Yu-ta (2015-2017) y su colaboración con el coro del museo Decòrum en la «investigación deshonesta» sobre textos del poeta argentino Néstor Perlongher; el recital analírico Jinete Último Reino de María Salgado y Fran MM Cabeza de Vaca, que profundiza en las desobediencias subjetivas y que provoca la emoción que mueve la palabra; o Fino Fantasma (2015-2017) de Naufus Ramírez-Figueroa, que a través de una pieza sutil nos habla de la vida más allá de la muerte, una suerte de viaje hacia la materialización de lo que ya no existe.