La compañía AzkonaToloza presentó dos piezas geológicas de ciencia ficción documental a mediados de mayo de 2024 en los espacios de exhibición Conde Duque y Réplika, de la antigua ciudad de Madrid.
500 años después , reconstruimos las notas de un espectador que han sido encontradas en la boca de una gigantesca salamandra. Desconocemos si el autor de las notas era humano, monstruo o crítico cultural. Las reproducimos aquí por si alguien puede encontrarles alguna utilidad.
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Diario de a bordo de la butaca. Miércoles 22 de mayo de 2024, día 55.556 de ir a ver movidas que se parecen entre sí. Me planto en el Teatro de la Comedia a ver ‘El monstruo de los jardines’, una obra de teatro de Calderón de la Barca. La obra empieza con una embarcación, supongo que es autopromo. Por lo demás, me aburro mucho viendo este tipo de obra inglesa que hace que a las salas de exhibición de Madrí se les haga el culo gaseosa, pero ahora hecha por españolxs. La obra contiene chistes de travestis, comentarios racistas y golpes de efecto con un buen “timing”. Incluye también: cosas que giran, canciones intempestivas y pelucas. Hay bastante gente haciendo y diciendo cosas. No me entero de nada de lo que dicen y hacen, pero salen mariachis y eso me gusta. Me acuerdo de que hay otra movida en Conde Duque que me apetece más ver.
Día 55.557: me pido una entrada de prensa para ver la cosa en Conde Duque. Soy autónomo y artista, lo que significa que no tengo plata para pagármela yo. La cosa se llama ‘Cuerpos celestes’. La hacen estos dos cuerpos extraños que se hacen llamar como se apellidan: AzkonaToloza, este ser bicéfalo hispanochileno. El patio de butacas está semivacío, lo que significa quizá que habrá más gente arruinada como yo que quiere verlo, o a lo mejor que está todo el mundo en ‘El monstruo de los jardines’. De todos modos, en esta me queda más claro lo que pasa. Tiene algo que ver con lo que dice Douglas Rushkoff: hay gente muy rica que se quiere acabar el planeta y pirarse echando leches ante de que les explote en las manos. O a lo mejor quieren seguir la fiesta en Marte, o donde sea que haya barra libre de recursos explotables. En la pieza no hay mariachis, pero si hay cosas que giran, y también papel de aluminio, rodajes simulados y posverdad. Me parece que esta gente le está dando la vuelta al cuento automatizado que nos dispara la tecnología. Me parece que estoy viendo un rodaje de una peli de bajo presupuesto, lleno de humo y materiales baratos. Siento curiosidad y ganas de saltar a jugar con ellxs. Por momentos, la cabeza se me pira a otro lado:
Día 44.445. Estoy en un Festival de Otoño viendo una cosa que no parece hecha por seres humanos. La pieza se llama ‘Cómo convertirse en piedra’ y es de Manuela Infante. La compañía es chilena, como la mitad de AzkonaToloza. Chilenxs que subvierten la lógica colonial de la minería, claro que sí. El patio de butacas se va quedando petrificado a medida que avanza la cosa, y reconozco que me echo un par de cabezaditas. No me parece mal: la atención del espectador está sobrevalorada. Disfruto de aburrirme, de no sentirme entretenido, no necesito que nadie me entretenga ni me tenga, prefiero la experiencia densa de las capas geológicas, el misterio de adentrarme en un túnel que no sé a dónde va. Lxs actorxs hablan como desde dentro de una cueva, usando pedales para grabar y reproducir capas de sonido y sentido, la luz está dispuesta en varas curvas y cadentes, como capas geológicas. La pieza recoge testimonios reales, y los mezcla en la construcción de un relato fragmentario recitado por cuerpos humanos que se vuelven de piedra, como los hombres verdes de Puchuncaví.
Día 55.559. Me gustó mucho lo del otro día, así que me apunto a ver otra movida mineral de AzkonaToloza, esta vez en Réplika, que es ahora mismo la sala que está resistiendo de manera más visible las lógicas de programación dominantes en la capital. Son tan disidentes en Réplika que hasta tienen pintadas de blanco las paredes (tal vez para subvertir la lógica colonial de la caja negra, que excluye al intérprete de piel oscura). Allí se han visto algunas de las cosas más interesantes de las últimas temporadas, desde el ‘Love Me’ de Marina Otero a la ‘Noche cañón’ de comedia anticlimática de Societat Doctor Alonso, pasando por el bombardeo logorreico de Castellucci. Ahora lxs mendas del otro día hacen un concierto con rocas, piedras, cantos. Es la versión ‘Concierto geológico’ de ‘Canto mineral’, la primera pieza de esta trilogía pétrea, ‘Falla’.
Día 55.557: Elon Musk está aquí en plan supervillano, tirando del conflicto de la pieza junto a otros canallas estadounidenses, y Valentina Kuznetsova, que es una cosmonauta que trabaja para él, se revela desde su lugar y decide convertirse en piedra, como contra su voluntad lo hicieran los mineros de Puchuncaví. Valentina, aparte de que se llama como yo, mola porque es como un personaje de Stanislaw Lem, que nos habla desde el presente para contar el futuro como pasado, como en aquellas ‘Memorias encontradas en una bañera’. El ser mineral y bicéfalo, AzkonaToloza, logra que estemos un rato mirando estas estructuras de papel albal y este humo y esto parece un rodaje de ‘Plan B del espacio exterior’. Valentina decide quedarse en el planeta y convertirse en piedra, como ese militar que decide volverse planta en un cuento de Philip K. Dick. Lo único que me saca un poco de esta pecera retrofuturista son las infografías feotas con sobretítulos en inglés que dominan el espacio desde arriba. No me va mucho que en una pieza que se mete con el colonialismo aparezcan tantos rótulos en inglés y con una estética tan invasiva.
Día 55.559: se repite la estrategia. Sobretítulos feotes sobre lecho de infografías fosforescentes.
Día 55.557: la música me arrastra. Es de Rodrigo Rammsy.
Día 55.559: la música me arrastra. Es de Rodrigo Rammsy. Esta vez, el tipo está aquí haciendo ruidos milagrosos con cacharros espaciales y pedruscos acumulados.
Día 44.446: dramaturgia geológica, puesta en escena geológica, sonido y luz geológicos. A veces la idea se come un poco la obra, pero qué pedazo de idea.
Día 55.559: ahora entiendo lo del sonido geológico. Piedras que hacen música. Cantos que cantan. Cantos minerales.
Día 55.557: hay en los trabajos de AzkonaToloza una vuelta a la conferencia performativa, una contundencia mineral, un dejarse invadir por lo que brilla. La estética y lo que aparece no es nuevo, pero ¿hace falta que lo sea? ¿Tenemos que inventar una y otra vez nuevas estéticas (que en realidad recrean las viejas)? De hecho, lo que más me rechina es aquello que fractura las decisiones anticuadas. La trilogía se llama ‘Falla’.
Día 55.559: Falla. La fractura de la tierra y la piedra. Líneas de falla o clivajes se denominan también en política y psicología a los ejes que dividen los puntos de vista. Oigo hablar a las piedras y a menudo me sobra la voz humana. Siento como el sonido me envuelve y me voy petrificando.
Día 44.446: siento como el sonido me envuelve y me voy petrificando.
Día 55.559: siento como el sonido me envuelve y me voy petrificando.
Día 55.556: Dejad de entretenerme, quiero convertirme en piedra.