( …) confiémonos de la palabra «oscilación»: una oscilación entre lo interno y lo externo sin que sea imposible alcanzar un punto de equilibrio . Una doble mirada, divergente y estrábica. Un juego incesante de aquí y allá. Dentro de nosotros y fuera de nosotros, presencia y ausencia paradoja de una intermitencia a salvaguardar.
Una paradoja cuya línea de fuga intentamos parar, en una imagen o en casi cocepto, y que en cambio , si favorecemos la apertura, se reliega sobre sí misma, porque de nuevo, y cada vez, nos encontramos oscilando entre la imagen buena (la misma imagen del oscilar o del péndulo) que se transforma de vez en cuando en lo propio , el aquí, lo interno, de lo que no podemos prescindir; y la imposibilidad de parar cualquier imagen , porque el movimiento intermitente no se detiene, y ya «estamos» en la otra parte sobre el otro lado de la banda de Moebius (…)
La Locura del propio cuerpo (Pier Aldo Rovatti)
y aquí no los vas a publicar?