Formado por Iñaki Álvarez y Ariadna Rodríguez, Nyamnyam es uno de los agentes más activos de la Barcelona de hoy, deambulando entre la música, las artes visuales, las escénicas, la pedagogía y lo que les echen, difuminando campos, casi siempre alrededor de la comida, estos dos agitadores culturales ensamblan proyectos y contextos desde hace un lustro. Si bien antes la «vanguardia se recogía en su cocina» en el ya emblemático ciclo Todo lo que me gusta es ilegal, inmoral o engorda, Nyamnyam ha salido de su local en Poblenou para dispersar su (híper)actividad por otros espacios y formatos. El último, Air Pur, un proyecto firmado por Iñaki Álvarez en colaboración siempre con Ariadna Rodríguez y en esta ocasión con Sarai Cumplido, un trabajo que parece poner en práctica aquella idea de Godard de que «la verdadera historia del cine es aquella del cine que nunca se hizo». Nos encontramos para hablar de ello, comer y beber y hablar de otras cosas en su local, mientras sus hijos corren por el piso y terminan de cocinar para lo que venga.
¿En qué consiste Air Pur?
Iñaki Álvarez: Air Pur es el título de una exposición cuyo nombre viene de una película con el mismo nombre de René Clair. La exposición tiene diferentes partes, una vitrina central que contiene información sobre la película, básicamente objetos que he comprado en internet con relación a la película, de la cual hay muy poca información porque está inacabada. Luego hay una segunda vitrina que tiene que ver con la parte musical de la película, con un tocadiscos que te permite musicar las imágenes que ves. También hay una proyección, la parte más grande y visible de la exposición. Son unas películas que cada día cambiaron. 7 variaciones de lo que la película es para nosotros. Son 7 porque son los días que la exposición estuvo abierta en el Festival Sâlmon<. Si hubieran sido 25, habríamos hecho 25 películas.
La pieza central es un ordenador al revés en el que hay un audio en el que se escucha a René Clair leyendo el guión. En nuestra investigación encontramos una grabación de René Clair en 1966 leyendo el guión de su película en Radio Francia, que ya en los dos miles alguien redita y hace un segundo programa para el Festival de Cannes. Además están los personajes, que son unas imágenes en unos marcos y que la gente puede mirar como si fueran unos discos. Y luego ya, el guión, nuestro guión, le que hemos grabado, y que te cuenta lo que ibas a ver ese día y el posible futuro, si es que hay futuro, de esa película.
¿Cómo nace Air Pur?
La idea nace cuando estaba trabajando con Carme Torrent y Martí Sales sobre Air-condition: cómo visualizar el aire y a partir de las distintas acciones que realizamos. Compré un libro de recopilación de entrevistas de Robert Bresson editado por su hija. En ese libro, en una de las entrevistas le preguntan si él había trabajado con René Clair y dice que no, que eso es falso. Que había trabajado dos tardes en una película que se llamaba Air Pur, pero que nunca se terminó, y que eso no era trabajar con nadie, aunque luego leyendo, él sí que había trabajado para Clair. Era el ayudante del ayudante del ayudante de guión.
En la vitrina intentamos que los objetos generen una película. Por ejemplo, hay una contraposición de lo que dice él con su chica de por aquel entonces, que te dice que Bresson estaba ahí y que trabajada para Clair. Por eso en la vitrina hay tantas voces. Entonces a partir de ahí me obsesiono con esa película y empiezo a buscar por internet y hay muy poca información. Lo típico, película inacabada por culpa de la Segunda Guerra Mundial. Así con todo empiezo la búsqueda, y me encuentro con el cartel original de la película de 1939 donde la productora dice que se estrenará en octubre. Lo compro, y a partir de entonces mi obsesión es ir encontrando más información e ir comprando cosas por internet.
Cada compra que hacía me daba otras pistas que nos llevaron hasta París. Allí estuvimos en la Biblioteca Nacional, donde pudimos ver el guión original que se suponía que estaba perdido. Al final resultó que había tres, dos en la Biblioteca Nacional y otra en la Cinemateca. Noël Herpe, que se supone que es uno de los especialista de René Clair y al que también visitamos, en la entrevista que le hicimos nos cuenta que ese guión se había perdido, pero hacía horas que nosotros lo teníamos en las manos. Uno de los vídeos que hemos hecho es grabar el guión de René Clair. Grabar el objeto es el primer vídeo que hicimos en la exposición. El director del Centro de la Imagen de Francia nos dice que lo único que queda son unos ensayos de Air Pur. Seis ensayos en los que René Clair graba niños haciendo los ensayos de cómo podía ser la película o cómo serían los diferentes personaje, y eso, como el guión también lo vemos. Entonces, material comprado, entrevistas, y empezamos a generar nuestro imaginario de Air Pur.
En vuestros proyectos soléis colaborar con otras personas, ¿a quién habéis invitado para Air Pur?
Invitamos a Sarai Cumplido, que es la compañera de viaje, con las que compartimos imágenes, con la que mantenemos un diálogo. Ella viene del mundo del cine y nosotros tenemos ganas de trabajar en una película. Es amiga y compartimos grupo de crianza con nuestros hijos. Air Pur es un cine social. René Clair tiene películas de cine social. En los años 30, antes de la Segunda Guerra Mundial hay una temática de cine de niños. René Clair toma a unos niños de la periferia de París, niños sin padres o que viven en sitios marginales y los llevan al campo, al aire puro, para ver cómo éste les cambia el carácter o la forma de ser. Lo cual se relaciona con un programa que había en Francia para llevar a niños de la ciudad al campo. Sarai entra porque yo tenía ganas de hacer una película, una película sobre mi hija y la idea de crianza al aire libre, que es una de las temáticas que nos vuela por la cabeza y que justamente la película de Air Pur trata.
¿Conocías antes a René Clair?
No, ni había visto nada de él. La única película que me hubiera gustado ver es la que no hizo, y que estamos intentándola hacer a nuestra manera. No hay películas perdidas si no películas no encontradas. Lo que me mueve es una pequeña cita conde aparece la palabra Air Pur y que me da juego para empezar a investigar.
¿Qué relación tienen Air Pur y Air-condition?
Cuando empezamos a trabajar con Carme Torrent Air-condition nuestra idea era hacer una película. Carme no quería bailar, quería hacer una película, y a mí grabar siempre me ha interesado. Esa era la idea, luego se nos complicó y se diluyó la historia. Pero sí que hay algo que se mantiene. Lo de hacer una película viene como de hace tres años, aunque Air-condition acaba siendo una excusa para investigar y poder probar cosas sobre la idea de qué es el aire, esa masa invisible en la que nadamos cada día. Y así estuvimos con Carme probando cosas durante un año sin cerrarnos en un formato determinado. Una vez que se acaba con Carme yo me quedo con todo esto en la cabeza y decido continuar trabajando, siempre invitando a otras personas. Primero con Martí Sales con quien hicimos una intervención en MNAC sobre cómo ver la colección de una manera distinta, fijándote en el aire que tienen los cuadros y con ese aire fijabas un recorrido por la colección del museo. O cómo hicimos también colocando unos simples hilos en el hall del Mercat de les Flors haciendo que la gente se moviera de una manera distinta.
Tu trabajo suele tomar como materiales el cuerpo y la palabra bajo diferentes formatos. ¿Qué temáticas encierra Air Pur y qué formas adoptan?
Tenía muchas ganas de empezar un proyecto nuevo, más allá de que Air Pur está metido dentro de un paraguas más grande como Air-condition. Tenía ganas de trabajar en un formato más instalativo o expositivo. El haber trabajado con vitrinas me ha ayudado a comprender y ordenar los materiales que tenía y a partir de ello darle diferentes formas. La idea es que por un lado está la exposición física o instalativa y por otro la parte del vídeo o de la imagen o de la película que no necesariamente tienen que ir juntas. El por qué de la vitrina tiene que ver porque durante la investigación nos hemos visto con dificultades para acceder, visualizar o reproducir el material. Por ejemplo, en la Biblioteca francesa podemos ver el material, pero cuando preguntas si es posible hacer una copia, es imposible. Después de muchos pasos nos tendrían que haber dado permiso los herederos de René Clair y haber pagado. Así que yo tengo el guión fotografiado pero no puedo enseñarlo porque no tengo permisos. Con las vitrinas, enseño un material pero no puede tocarse.
Para mí este proyecto me ha ido derivando a muchas cosas, porque encontrar la película quedó demostrado que es posible. Ahora somos como una especie de especialistas en René Clair. Pero también me interesa la reflexión sobre qué hace que algo que podría pasar desapercibido para muchos, tenga valor para una persona y que se pueda generar a partir de ello un discurso o una pieza. Me interesa esa extrañeza. La gente en París nos preguntaba, ¿venís desde Barcelona por esto? Esta caja lleva sin abrirse desde que llegó aquí. O también nos decían, ¿sabéis que hay otros directores de cine mucho más interesantes que trabajan sobre el aire? O incluso el director del Centro de la Imagen nos escribía diciendo que lo único que quedaban eran unos ensayos de la película, que no hacía falta que fuéramos hasta allí, mientras que justo eso es lo que nos interesa.
¿Cómo entiendes y de qué manera se articula lo cinematográfico en Air Pur?
Lo cinematográfico o el cine siempre es algo que me ha impedido hacer cosas. Yo tenía 18 años cuando empecé a trabajar con el vídeo, que era como el hermano menor del cine y me permitía tener un control absoluto de la grabación o la producción y no tenía que pedir cuentas a nadie. Pero cuando hablaban de cine (ahora lo entiendo de una manera distinta) yo entendía que hablaban de industria. El guión, por ejemplo, me frenaba, pero, ¿qué coño es un guión? ¿Por qué tengo que escribir algo para que sea filmado? ¿Cómo puedo hacer una película sin escribir un guión? Con el tiempo voy trabajando y la idea de hacer cine se convierte en hacer vídeo con esa libertad de no rendir cuentas a nadie. El deseo de hacer una película nunca se me ha ido de la cabeza. Conforme vas creciendo vas viendo gente que te va influyendo y estas personas para mí cuestionan qué es cine o qué es hacer una película. Y te das cuenta de que una película no es más que una sucesión de imágenes en las que puede haber historias porque las has generado tú, porque las ha generado el espectador o porque las ha generado el simple hecho de haber confrontado dos imágenes, una detrás de la otra. Para mí el cine es poder retener una parte de memoria de algo. Lo que más se acerca el cine en relación a las artes escénicas es el plano secuencia. No hay corte, es realidad, no puedo montar ni cambiar el discurso.
Como en otros trabajos tuyos, ¿qué relación mantiene Air Pur con la inmaterialidad?
¿Cuándo un proyecto existe o no existe? Una obra existe por el hecho de contarla. Hablamos de una película que no existe, de la cual no hay imágenes, pero que al contártela existe. Nos enfrentamos a una película en la que no existen las imágenes. Y que nosotros la queremos revivir. Lo que no está tan lejos de pensar el aire, si es visible o invisible, si existe o no. La inmaterialidad forma parte de la investigación, no se formalizan. El otro día hablando con Joana Hurtado, me decía: «Tus proyectos no se formalizan nunca».
Ariadna Rodríguez: Siempre sabes cómo empiezan pero nunca cómo acaban.
Iñaki Álvarez: A mí terminar las cosas no me interesa mucho. Me interesan los procesos y dónde me llevan éstos. Me quedé pensando con lo que me dijo Joana y le respondí: «No tía, sí que he terminado muchas cosas», aunque supongo que por la manera que somos y cómo estamos contaminados de Nyamnyam no forzamos y nos gusta ramificar o que las cosas se junten. Igual los proyectos no se acaban nunca porque se van mezclando de forma inevitable.
¿Qué se ramifica, cruza o contamina en Air Pur?
I.A.: Air Pur empieza con el grupo de crianza. Con qué es tener a una niña de 5 años en Barcelona sin escolarizar en un proyecto autogestionado, independiente e intentando vivir y entender la ciudad como elemento de aprendizaje. Eso es Air Pur, aire libre, una película que va sobre niños o intenta comprender a los niños y en la que se cuela la manera que nosotros como padres entendemos la crianza en la ciudad. Por otro lado converge el trabajo que estamos desarrollando con Nyamnyam…
A.R.: Son los microorganismos los que tendrán la última palabra que estamos haciendo con BCN Producció (La Capella) como proyecto deslocalizado que trata sobre la fermentación de los microorganismos que nos comemos. Sobre cómo a nivel de modus, de maneras de relación dichos procesos se pueden extrapolar a otras escalas, otros organismos como nosotras. El proyecto se desarrolla en diferentes contextos de la ciudad, desde tu alimentación, a cómo se relacionan los vecinos, la crianza, y lo festivo o la celebración. Entonces con la crianza y el grupo de familias organizadas en el que estamos era sencilla la relación con Air Pur. Si tú pusieras algo en un espacio vacío, sin aire u oxígeno, no fermentaría nunca, es un elemento esencial. Pensar el aire-libre, tiempo-libre, espacio-libre en relación a lo social es muy interesante. Si pensamos los espacios entre como espacios de todo cambiaría. Por ejemplo en las escuelas, si pensáramos la hora del recreo como espacio activo de creación de contenido, de ideas y soluciones. Entonces el Air Pur, el aire puro, tiene que ver con Nyamnyam, Air-condition… el resumen de todo es que nuestra manera de trabajar es estar en lo que estamos viviendo en cada momento. Nosotros vivimos en el proyecto y el proyecto vive en nosotros de una manera muy directa. Se hace mientras pasa. También, como en la fermentación, hay una parte de aleatoriedad importante, la misma cosa idéntica con los mismos ingredientes aquí y a dos kilómetros va a saber sùper diferente si fermenta.
¿En qué momento se encuentra el proyecto Nyamnyam?
A.R.: Siempre evolucionando. El proyecto nació sin saber lo que era, por eso también no pedimos dinero a nadie durante tres años. Se ha ido construyendo. Ahora hay un peso conceptual más grande que antes, más trabajo nuestro que de mediación o comisariado, palabras terribles que a mí me gusta más cambiar por lo de invitar a alguien a tu casa como anfitrión. Cuando hacíamos Todo lo que me gusta es ilegal inmoral o engorda y trabajábamos con Marc Vives, Cris Blanco, Rubén Ramos, El Conde Torrefiel o Job Ramos no era tanto mostrar su trabajo como todos juntos trabajando un mes. Pero sí, era en función de lo que ellos querían trabajar, un contexto donde poder crear sin un encargo. Un grupo de trabajo donde poder compartir, comer y ver dónde te lleva. Entonces empezamos así, con materiales más externos con Todo lo que me gusta… que para mí ha sido mi gran doctorado o máster, y ahora hemos empezado a crear más contenido propio.
I.A.: También tiene que ver con lo orgánico. Hemos tenido dos hijos que han crecido y cada vez es más difícil hacer cosas en casa porque ya no es nuestra casa, también es suya. Antes nos permitíamos hacer más cosas aquí, pero ya somos 4 y eso ha hecho que nos planteemos hacer cosas fuera.
A.R.: Ha sido un recorrido bilateral y activo. Ha sucedido así, pero también hemos querido que así sucediera. El grado de simbiosis y de relaciones cuando sales de casa se amplía.
Vuestra actividad es transversal a diferentes contextos y prácticas artísticas. ¿Cómo veis el estado de las cosas en la ciudad?
A.R.: Nosotros estamos metidos en distintas conversaciones, tanto con los artistas más relacionados con la escena o grupo de artistas independientes y con otros más denominados de las artes visuales aunque todos en sí mismos encierran muchos universos de posibilidades… y la conversación es la misma. Necesitamos poder estar juntos y juntas y poder hablar y compartir recursos e ideas y formular decisiones de lo que necesitamos. Para ello necesitaríamos un tiempo y un espacio que no tenemos porque estamos todo el rato trabajando para ganar lo que sea para sobrevivir. La sensación es muy frustrante, porque sería muy rápido una vez que nos encontráramos, y si se articulara bien el Ayuntamiento que tenemos ahora debería de escuchar. No estamos desconectados, al revés, yo siento una comunidad, mucha gente pensando parecido que podrían articular cosas muy potentes, el problema es que no tenemos ni se nos da el tiempo y el espacio para ello.
¿Barcelona está tan muerta como dicen?
A.R.: Barcelona está más viva que nunca porque el potencial que tiene y la gente que está creando cosas es brutal.
I.A.: Lo que pasa es que no se puede vivir de ello.
A.R.: Lo que pasa es que Barcelona depende de lo que ocurre fuera porque es donde la gente gana su dinero. Tienes que estar todo el rato yendo y viniendo, aunque por algo también vuelves. Es muy fuerte porque por ejemplo con relación a las artes vivas la cantidad de gente que trabaja aquí y la calidad de los contenidos y los discursos. Lo que sí que está claro es que la situación en la que estamos es muy insostenible. Por nuestra parte, Nyamnyam sobrevive gracias a su interdisciplinariedad. Gracias a que estamos con unos alumnos de un máster sobre cuestiones relacionadas con la comida, a estar haciendo una publicación, a estar haciendo una exposición, a estar haciendo una pieza escénica, a estar haciendo comida al vacío para vender como cada semana, a estar haciendo talleres familiares en el MACBA, a etcétera, etcétera, etcétera.
I.A.: Lo de la multi multi multi es a causa de nuestra formación que proviene de muchos lugares, no es por acaparación de contextos. Empezamos con lo de la comida por una necesidad y resulta que la comida nos ha abierto la posibilidad de pode trabajar en muchos contextos. Se habla mucho de artes vivas o visuales pero ya estamos trabajando en otros entornos que no tienen que ver directamente con la «cultura».
Entonces, ¿seguís con hambre? Perdón, ¿en qué va a derivar Air Pur en ese no «acabar nunca»?
I.A.: Cada uno de los vídeos que hemos proyectado en el Sâlmon< por ejemplo tiene un futuro. No sabemos, pero Tomás Aragay nos decía que si montamos los vídeos uno detrás de otro ya tendríamos la película. Joana Hurtado también nos decía: «Ahora ya está, ¿no?». Pues no, llevamos un año y medio con esta película, hemos presentado esta exposición, pero acabamos de empezar.
A.R.: Air Pur es un guión viodeográfico. El vídeo no es un vídeo, es un guión. Son notas, apuntes, sobre posibilidades. De hecho, Iñaki decía en broma que podría ser una manera de venderle la película a un productor: en vez de ir con un guión vamos con toda la instalación. ¿Cuál es la posibilidad siguiente? Pues en relación a los futuros hay algunos que van a pasar y otros que no, pero igual algunos implican desplazarse como uno que tiene que ver con el paisaje, con las posibles localizaciones y acabamos en Suecia o Mauritania.
I.A.: Air Pur es el inicio de un proyecto. Un proyecto que parte de una beca de investigación, ahora nos falta encontrar al productor.
Fernando Gandasegui
que gusto de entrevista…que trabajo y que proceso vital tan honesto estáis llevando !!!