…tengo la luz oblicua del atardecer en los ojos, su resplandor dorado sobre los pinos.
Oigo los pasos que desplazan la grava, los ciclistas derrapando, me duelen las piernas
aún de la caminata en el bosque. Esta mañana he escrito cinco horas en inglés, he
avanzado, la estructura no está clara pero he avanzado y no me quito de la cabeza “Los
argonautas” de Maggie Nelson. He buscado la referencia de Philippe Rahm que me dio
Berta, parece muy interesante, pero no encuentro ningún vídeo de la instalación que me
gusta en las fotos. En Collserola nos sentamos al lado de un riachuelo inmundo bordeado
de cañas secas y comimos bocadillos de jamón, mozzarella y aguacate; bebimos Ribera
del Duero. Se acercaban perros a olisquear, uno negro se llamaba Otto, husmeó las
bolsas vacías, ladró y salió corriendo. El sábado fui a ver el concierto de Venecia Flúor, en
un momento Alba se equivocó de escena y dijo “no me voy a disculpar porque es la
primera vez que lo hacemos… ¡¡¡Pero lo voy a dar todo!!!” y vaya si lo hizo. El vestuario
con hombreras y pamela delirantes, manicura de plumas, máscara imposible y capa de
tul, una de las canciones se llama “Ego y sombra”, referencias junguianas mezcladas con
Manuela Trasobares, maravilla todo se puede, a Ramón le costó bailar pero al final lo
hizo, le gustó pero la siguiente quiere venir sin sus padres, de camino al Paralelo
tarareamos “ahora el tiempo va más lento”, “ahora el tiempo va más lento”… Tengo los
hombros cargados de estar la mañana delante del ordenador y ahora escribo sentado en
la cama, no me he acordado de encender el radiador, no me extraña que tenga frío, vas a
ver la factura de la luz. Antes hoy me preguntaba qué sería un cuerpo atmosférico, nubes
de linfocitos, borrascas de dedos gordos, anticiclones de suspiros, brisas de ligamentos,
rayos oculares y granizo de deseo, también vi “Popcorn” de Adrià Julià, la semilla de maíz
sobre la negra superficie untuosa, hay unas marquitas en la parte superior, ¿son
pequeñas grietas que presagian la eclosión?, no, son burbujitas de aire en el
revestimiento de aceite, ahora hay más aceite, ¿la semilla se imbibe cada vez más o el
calor hace subir el líquido?, no son burbujas ni grietas sino listones muy pequeños y finos,
la semilla se ha alargado un poco, no, te lo estás imaginando, sí, sí que se alarga, un
poco al menos, ¿será que se ha movido la cámara? Sí, sí se alarga, se estira atrás, la
silueta se desdibuja, se está afilando, termina casi en punta, quizás era ya así y no te
habías fijado. ¿Hay una mancha más oscura? Parpadeo, sí, una superficie pequeña sobre
la semilla de un amarillo casi marrón, con forma de elipsis pero algo más ancha en la
parte de arriba. ¡Un kiko! ¡¡¡Una semilla de maíz tostada es un kiko!!! El recuerdo de las
bolsas de Churruca con el maíz rebozado de glutamato, se te quedaban los dedos
cubiertos de polvillo granate pringoso que te frotabas contra los tejanos o chupabas para
limpiarlos. Los listoncitos sobre la semilla proliferan, pequeñas arrugas de ceño fruncido o
desfiladeros en un desierto convexo. Se alarga, se alarga, pero no mucho. Brilla el aceite
sobre la superficie, la piel se ablanda y la semilla absorbe, la cutícula cuarteada aunque
de manera casi imperceptible, la textura grasa y rugosa. Se ha alargado un poco más. No,
has parpadeado y te ha dado la impresión. Es exactamente del mismo tamaño que antes,
mira hacia el borde de la pantalla, coge un punto de referencia, has parpadeado, inténtalo
de nuevo, no, resulta imposible, la semilla centellea, hay un punto en la esquina superior
izquierda donde incide la luz, una estrella diminuta justo antes de que la superficie se
incline hacia atrás, qué tensión los graves de la banda sonora, ¿se ha alargado una pizca
de nuevo? Pum el maíz explota, Marla, Juan David y yo nos sobresaltamos sobre los
asientos, ha reventado hacia la derecha dibujando tres picos puntiagudos, uno de ellos
hacia abajo con un ribete blanco, parece una sierra de lado o una tulipa de cristal, qué
finos los bordes, las puntas se tuercen ligeramente hacia atrás como pétalos. En el
bosque tuve a Berta y Elia delante un rato mientras hablaba con Denise, Elia llevaba el
casco sobre la mochila e iba dando golpes a cada paso, esta vez la ermita de Sant Iscle
estaba abierta y pudimos entrar, una de las ventanas estaba cubierta con una loseta de mármol blanco y emanaba luz tenue y difusa, había una pequeña excavación dentro que
mostraba tumbas antropomorfas, así las llamó la chica de la entrada, en un estrato
intermedio sobresalen restos de huesos entre la tierra húmeda y oscura, un fémur
seccionado, el lateral de una vértebra, astillas blancas y quebradizas; las pinturas de
detrás del altar restauradas al estilo románico pero con narices imposibles de dibujo
animado, al pasar por delante de Can Catá la glicinia está pelada, ni hojas verdes ni
racimos de flores lilas, qué lástima con lo bonita que estaba en verano y el casco cloc cloc
cloc sobre la mochila. El viernes Ana entrevistó a Doza de TD papeles, no había manera
de que se estuviese quieto, se bebió un litro y medio de agua, mientras hablaba daba
golpes a las botellas de cristal que rodaban sobre la moqueta gris, no me extraña que
tuviese que ir al lavabo, no, Ariadna no ha llegado, Doza defiende la inmediatez, el valor
de las ideas, lo pixelado, pásalo ya, no pierdas un segundo, hace diez años que no tiene
agua corriente en casa, trabaja por urgencia, por necesidad, nadie lo puede discutir, se
sale de sí mismo mientras habla, se desborda, al salir compro “It’s a match” de Alicia
Roselló y “Fin de la cita” de Olmo González, qué grandes, mi padre se troncha con el de
Rajoy aunque dice “lástima que esté pixelado” y yo no contesto que voy por la tercera
copa y aún no hemos comido, como siga con las olivas no voy a tener hambre pero me
sirvo un poco más de Pansa blanca, qué ganas de desbarrar, estoy como todas, oigo el
hilo musical del Mercadona y me iría de after, encima no se liga nada, voy a colgar fotos
en calzoncillos en las stories como algunos amigos, me acuerdo de aquel chico
encantador y torpe que no paraba de hablarme de su exnovio a la vez que intentaba ligar
conmigo, al marcharse me mandó un mensaje tirándome la caña y luego otro
retractándose antes de que viese ninguno de los dos y se extrañó de que no contestase,
me supo mal que pensase que lo rechazaba pero no supe explicarme mejor, un día
tendría que contárselo para subirle la autoestima como mínimo. Elia en el bosque nos dijo
que a ella también le habían encargado un texto, mientras subimos hacia la carretera de
les aigües estamos rodeados de hierbajos amarillentos, sólo los alyssum están florecidos
a ras de suelo, me olvidé de decirle a Denise que acercase la nariz, seguro que no sabe
que huelen a miel, y al volver de la excursión en el pasillo que lleva al andén han borrado
la pintada de “Investigar, putas!!!”, una lástima, la vi por primera vez camino a la expo de
Jaume en ET Hall con las galletas Digestive insertadas en el tablero de corcho y el rastro
de cacahuetes pintados y sin pintar donde la pared se junta con el suelo, estuve hablando
con Alicia y me dio tiempo a beberme dos birras y a visitar también la expo de Sinéad,
qué preciosidad las esculturas, sólo conocía su trabajo en dibujo, en una de las paredes
cuelga una especie de cuadro con un rulo de arcilla dentro de un bolsillo de látex, tiene un
cariz sexual pero desprende suavidad y dulzura, como hacer el amor poco a poco con
mucho tacto, qué ganas de tocar y chupar la pieza, qué bien ponerse tontito aquí, al salir
me llevo un cacahuete pintado de lo de Jaume y me voy a La Caldera, me compro cien
gramos de mortadela italiana y bastoncitos salados, qué hambre, lo del teatro es
fatal para el estómago, la pieza de Norberto no está acabada pero molan los materiales y
cómo están hilados entre sí, sobre todo esas escenas con Inka y Santi donde practican la
no-presencia, estamos aquí pero en realidad estamos en otra parte, chocándose con los
ojos cerrados, haciendo aspavientos, si ellos no están aquí entonces igual nosotras
tampoco, ¿quiénes son, rostros vagos nadando como en un agua pálida, éstos aquí
sentados, con ojos vivientes?, la tarde nos empuja a ciertos bares o entre cansados
hombres en pijama. Al día siguiente Norberto me habla de Mallarmé, su pasión por los
abanicos y el proyecto inacabado de “Le livre”, resulta casi imposible de encontrar ya sea
en papel o pdf, pero me bajo unos fragmentos de una edición en inglés y flipo con las
fórmulas matemáticas y la idea de convertir un libro en un teatro, pero al acabar la pieza
estoy agotado y me voy a beber con Elda, Marc y Tirso; Elda es Miss Mayo y yo Miss
Febrero, a la segunda copa me meto el cacahuete de Jaume en una fosa nasal y digo:
“Mirad, llevo una obra de arte en la nariz”, Tirso me pregunta qué tal la vida en Ele Eich, yo contesto que muy bien pero no canto a Loquillo, Tirso dice que la Torrassa es el barrio
con más nacionalidades diferentes del mundo, me lo creo, vamos hacia las bicicletas y
tardamos un buen rato en despedirnos, al bajar por Carlos tercero hay un restaurante con
una foto de Maradona y una nota manuscrita, lástima que hayan borrado la pintada del
pasillo de la estación, toda investigación es una experimentación porque participa de un
mundo que no está hecho sino que se está haciendo y en cuya formación la investigación
participa, cómo tarda en llegar el metro, qué fría la habitación aunque el radiador esté
encendido, a la que pueda salgo de la ciudad de nuevo, ganas de mirar el cielo abierto y
oír la grava que se desmorona flanqueado de pinos y romero…
Quim Pujol