Mucho ruido y muchas nueces

Os voy a decir la verdad, a mí lo que me gusta es bailar.
Así que ni lo voy a intentar, NO voy a escribir una reseña.

Podría ser muchas otras cosas, pero NO una reseña.

Podría ser una PRESENTACIÓN totalmente descriptiva de she makes noise, un festival compuesto por sesiones audiovisuales y sesiones sonoras cuya segunda edición se ha celebrado esta última semana, de jueves a domingo, en La Casa Encendida en Madrid y que ha sido comisariada por Natalia Piñuel (conciertos) y Enrique Piñuel (audiovisuales).

Podría ser una ESPECULACIÓN sobre las razones que hacen que su título esté en inglés y no en castellano. Si bien la comisaria publicó hace dos años, junto con Magui, la editora de “Las Lindas Pobres”, un fanzine llamado «Ellas hacen ruido”; la verdadera razón que motiva la traducción del título al inglés, me imagino, es que she makes noise incluye la palabra noise cuya traducción directa al castellano, ruido, resulta reduccionista, en el sentido de que el estilo musical, si es que es necesario llamarlo estilo, es ruidismo y no ruido. La palabra inglesa incluye las dos acepciones, la del estilo musical y la de un valor implícito de puro activismo político como es el de “hacer ruido”.

Podría ser una EXPLICACIÓN de lo que caracteriza a she makes noise. Yendo por partes, she implica que este es un festival que trata de manera intencionada de visibilizar el trabajo exclusivamente hecho por mujeres. Makes, del verbo make, hacer, implica que se trata de acciones site specific o conciertos en directo. Y finalmente noise, hacer ruido o ruidismo como ya hemos dicho. Me voy a detener, brevemente, en lo que entendemos como ruidismo. El noise o ruidismo es una categoría musical que se caracteriza por el uso expresivo de todo tipo de ruido y que en muchos casos suele prescindir del uso convencional de la melodía, la armonía, el ritmo o el pulso.

Podría ser una ACLARACIÓN de qué es lo que hace que she makes noise pueda ser considerado un festival. Un festival de música trata de aglutinar una cantidad determinada de música durante varios días (check) generalmente del mismo género musical (check) en los que se suelen realizar otras actividades alternativas relacionadas con la música (check).

Podría ser un MIX, un intento de comprimir el festival en 1 hora para que el lector pase a convertirse en oyente.

Podría ser una DESCRIPCIÓN de lo que ocurrió durante cada día del festival. Las actuaciones sonoras duraban 1 hora, la primera siendo a las 21h y la segunda a las 22h. Antes, a las 19h, el jueves pudimos asistir a las proyecciones de los cortos A million miles away, Blood below the skin y Chrystal Lake, todos de Jennifer Reeder y de los cortos Ha terra! de Ana Vaz, Exile exotic de Sasha Litvintseva, Into the Hinterlands de Julia Yezbick y The Woolworths Choir of 1979 de Elizabeth Price el sábado. El jueves, después de la sesión audiovisual de Jennifer Reeder, actuaron en el auditorio de La Casa Encendida Kara-Lis Coverdale aka K-LC (investigadora sonora y compositora canadiense) y The Space Between (el proyecto conjunto de las españolas Nikki y Alba G. Corral). El viernes fue el turno de Lanoche (proyecto musical afincado en Madrid en el que se mezclan deep house, ambient y techno atmosférico) y Adda Kaleh (una de las grandes revelaciones de las últimas Red Bull Academy), pero esta vez en el patio. Y, para terminar, el sábado fueron She spread sorrow (proyecto de la italiana artista Alice Kundalini que ahonda en ritmos más oscuros) y Chra (alter ego de la dj, música y presentadora de radio y TV vienesa Christina Nemec) las que actuaron una vez más en el auditorio. Como colofón al festival se proyectó una doble sesión, el domingo, de la película Heart Of A Dog de Laurie Anderson.

Podría ser un DIBUJO para que el lector pueda identificar a las artistas en cuestión que han participado en el festival she makes noise.

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Podría ser un MANIFIESTO en contra de todos aquellos que tratan de inmortalizar con sus cámaras o smartphones cada instante de cada uno de los conciertos. De esta manera sería hipócrita por mi parte acompañar este texto de alguna fotografía que yo hubiera tomado. Cualquier lector que quiera o necesite esa documentación gráfica puede conseguirla en el evento de facebook del festival.

Podría ser una ADJETIVACIÓN de la palabra noise que se adecúe a cada una de las artistas que participaron en el festival para generar una descripción más afilada, como esta:

K-LC makes DRONE noise
The Space Between makes SPATIAL noise
Lanoche makes INTROSPECTIVE noise
Adda Kaleh makes TRIBAL noise
She spread sorrow makes AMBIENT noise
Chra makes ECLECTIC noise

Podría ser un ETIQUETADO de las actuaciones a través de una tabla con distintos parámetros.

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Podría ser un ANÁLISIS de la manera en la que cada una producía y elaboraba su sonido propio, pero lamentablemente no puedo hacer esto último. Existe una tendencia al ocultismo de los instrumentos que se utilizan a la hora de crear o performar este tipo de música. Como si de magas se tratara producían el sonido como si fuera una suerte de magia sin desvelar el truco. Lo que sí os puedo asegurar es que todas lo hacían con un ordenador Apple. De hecho parecía que Apple era el espónsor oficial del festival.

Podría ser una CRÍTICA a la organización por los ruidos que hubo en las actuaciones del sábado y es que, aun siendo consciente de que nada tiene que ver, no deja de resultar paradójico que tenga que cancelarse una sesión de ruidismo porque de vez en cuando aparecen unos ruidos involuntarios en los altavoces. Por cierto, si estuviste allí, comentarte que La Casa Encendida se ha ofrecido a devolver el importe de la entrada de ese día por las molestias causadas.

Podría ser un CONSEJO a la que ha sido sede del festival, La Casa Encendida. Que no se me malinterprete, La Casa Encendida es uno de los lugares de mayor relevancia cultural de la capital y es absolutamente maravilloso que se pusiera en contacto con Natalia porque a sus gestores les apeteciera sacar adelante un nuevo evento sonoro. En mi humilde opinión, cuenta con uno de los  lugares más increíbles para hacer cine de verano o conciertos al aire libre, la terraza de la azotea. Pero he de decir que el auditorio y el patio no son los lugares más adecuados para celebrar un festival de estas características. Me explico. El ruidismo requiere de una atmósfera especial que no se da en ninguno de esos dos espacios y si el festival quiere crecer, en mi opinión, debería buscar lugares que hablen el mismo lenguaje.

Podría ser una REIVINDICACIÓN de la mujer en la música electrónica. Es vox populi que existe una desigualdad desorbitada entre la participación de artistas hombres y mujeres en festivales de música electrónica. Quien quiera echarle un ojo a los números puede visitar uno de los más recientes estudios aquí. Y es que, aunque la historia la escriban las élites y las clases dominantes, muchos y muchas han estado trabajando durante los últimos años para sacar a la luz un número nada despreciable de mujeres que han sido no solo buenas artistas sino verdaderas pioneras en la música electrónica, es decir mujeres que han cambiado la historia de la música electrónica y que han sido ignoradas por la historia. Estamos hablando de mujeres como Ada Lovelace, Daphne Oram, Suzanne Ciani, y muchas más. she makes noise es un festival que puede presumir de haber subido la estadística de mujeres en festivales de música electrónica a la vez que recordarnos la crucial importancia de artistas femeninas en la innovación en el campo de la música electrónica.

Podría ser una CELEBRACIÓN de su condición de festival transmediático y continuo ya que se hace una labor de comisariado online a través del shemakesnoise.tumblr.com.
En palabras de la comisaria: “Un lugar para compartir música electrónica creada por mujeres, igual no tenemos que acotar tanto ni poner etiquetas, la música electrónica engloba techno, electro, house, ambient, computer music, industrial… creo que la interrelación de estos géneros resulta fundamental en estos tiempos y la gente lo percibe así.”

Podría ser una REFLEXIÓN en voz alta: muchos y muchas os cuestionaréis la condición de women only de she makes noise y no voy a entrar a valorar la importancia de la generación de contextos en los que se le da visibilidad a las minorías, solo quiero recalcar y dejar claro que la cuestión de exclusividad en cuanto al género no es el único atractivo, ni pretende serlo. Es la calidad de propuestas creativas la que lo legitima.

Podría ser una PETICIÓN de mayor diversidad en tres aspectos, en el rango de actividades y en el rango de participantes y en el rango de espacios. Que amplíen el espectro y hagan charlas y traigan a agencias o colectivos como Futura Artists, discwoman o female:pressure; o artistas como Inga Mauer, Lena Willikens, que igual no son noisers de pura cepa pero contribuirían a expandir las fronteras del ruidismo y finalmente que, si es posible, la organización busque junto a La Casa Encendida algunos lugares fuera de esta que potencien y ayuden a llevar al siguiente nivel las actuaciones de las artistas.

Podría ser un LLAMAMIENTO al público. Por favor, queridos y queridas asistentes a she makes noise, me encantaría saber por qué en los conciertos que se celebran en el patio la mitad de la gente está hablando y en los conciertos que se celebran en el auditorio todo el público está callado. La programación en diferentes espacios se hace para que se pueda bailar, no para hablar y menos para gritar. Para hablar uno o una queda con sus colegas en un bar; a un concierto, ya sea en la Filarmónica de Berlin o en Berghain se va a escuchar al artista y a bailar.

Porque a mí lo que me gusta es bailar y juntarme para escribir.

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