Lunes, 10 de la mañana. Barcelona, barrio de Gràcia. Hay turistas desayunando en las terrazas de algunos bares mientras diversas personas de distintas direcciones vamos llegando al edificio de La Caldera. Somos Itziar, Óscar, Sebastià, Helen y Gala, que escribirán un libro en cinco días, Pedro que coordina todo el proyecto y Eva que apoya con documentación, comunicación y la «mirada de fuera». De la casa, nos acoge Alexis, que nos hace un recorrido por todas las plantas. Básicamente tres grandes salas diáfanas con suelos de madera para ensayar a las que se accede por unas estrechas escaleras de diversa altura según la planta y columna vertebral de la casa. Una planta 0, donde se hacen las representaciones y una primera planta con diversos espacios acotados como oficinas, una cocina y una mesa larga de comedor. Es un lugar con una atmósfera particular, reutilización de escenografías para distribuir el espacio y de mobiliario diverso, funcional con algunas pinceladas de color, belleza y humor.
Volvemos a la sala 1, lugar donde nos ubicaremos durante prácticamente toda la semana para trabajar. Dos mesas compartidas que nos sitúan en el centro de la sala, escenografías arrinconadas y la puerta abierta a una terraza hermosa.
Con Alexys recorremos los 17 años de historia de La Caldera con anécdotas, fricciones, negociaciones, necesidades que se ensanchan y reculan, aprendizajes, contagios y contaminaciones, intereses que persisten. Singularidades que comenzaron un viaje en 1995 a partir de la necesidad de un espacio físico propio donde trabajar y la disponibilidad de cierta cantidad de dinero para alquilar y de horas de trabajo para acondicionar el lugar.
Montse complementa el relato con una visión más focalizada en el entorno, vecindario, cambios en la composición del barrio a lo largo del tiempo, la fiesta mayor, el tejido asociativo, las jornadas de puertas abiertas… Otra mirada, La Caldera situada, que se va modulando a través de la búsqueda de complicidades, la presencia y también a veces de la ausencia.
Inés nos cuenta la importancia de generar pensamiento desde la experiencia, hacer visible lo que no se publica, lo que no se ve, el pensamiento de los no teóricos, de los que hacen. De este deseo, surge un nuevo eje de trabajo en La Caldera, llamado Mov i ment que a través del Festival Grec, consigue financiación para este encuentro.
Los relatos se han ido mezclando con las discusiones de sentido y significado, los matices de los conceptos, las tonalidades de las palabras, los usos que cada persona da. Se empieza a construir un lenguaje compartido que crece con referencias, desacuerdos, aspectos que se ponen encima de la mesa.
Y como no sólo de palabras se alimentan las personas, a las 2 y media bajamos a comer. Montse nos ha preparado puré de verduras, ensalada de lentejas, tomate, ensalada verde y dos finísimas y deliciosas pizzas, una de verduras y otra de tomate y queso. Melón y cerezas. Fantástica la comida, ligera para seguir trabajando después y sabrosa.
Tras el café volvemos a nuestra sala. Nos presentamos, más allá de los nombres y los estudios, hablamos de los proyectos, lo que hacemos e hicimos.
Recorridos y proyectos se van mezclando con nuevas discusiones conceptuales, ejes, dudas, matices, enfoques… y el proceso por si mismo necesita nombrarse, ordenarse. Para colocar esas palabras en lugares concretos recuperamos lo hablado escribiendo conceptos en postits. La movilidad de los papeles permite hacer un mapa, de quita y pon, este aquí, no este acá, darse cuenta de lo que falta, completarlo.
De una primer nubarrón de postits pasamos a unos trazos, apenas 10 palabras que se transforman en un nuevo esquema, esta vez fijo, sobre el papel. El escenario está trazado, lo siguiente es pensar qué quiere introducir cada persona, decidiendo coordinar distintos capítulos que se irán complementando, cuestionando con las aportaciones de todas.
Nos queda la estructura del libro, la introducción, la historia de La Caldera, contextualizar con entrevistas, hacer o no glosario, unificar estilo, las referencias… Y no menos importante como incluir a Rosario, que finalmente no ha podido viajar a Barcelona aunque participará desde Asturias.
Tenemos libro. Mañana se empieza a escribir.