Durante el confinamiento Esther Rodríguez-Barbero ha generando una serie de mensajes que han surgió como respuesta al miedo al contagio, a otros cuerpos, al dolor de los que no han podido despedirse de sus seres queridos y de lo que significa atravesar una enfermedad sin una de las herramientas básicas de cuidado, el tacto. Además, proyectaba estos mensajes desde casa en el exterior, con la idea de sacar los cuerpos en el espacio público y visibilizar lo que pasaba en los espacios de encuentro, que de repente habían quedado anulados. Sacarlo fuera. Las imágenes resultantes de estas acciones estan publicadas en el Instagram de Esther Rodríguez-Barbero.
A raíz de ello, propuso una acción colectiva sincronizada, en la que varias personas proyectaban en el exterior de su casa y simultáneamente estos mensajes, durante unos 20 o 30 minutos en total. La fecha elegida fue el 21 de junio, a la hora del Ocaso Náutico que comienza a las 22:20h. Un día de luna nueva con eclipse de sol y que anunció la llegada del verano.
El ocaso naútico es el intervalo en que el Sol pasa de los 18 grados a los 12 por debajo del horizonte. Marca el límite en que podemos diferenciar el horizonte marítimo. En ese momento comienzan a poderse ver las estrellas naúticas que antiguamente permitían conocer la localización en medio del mar. El momento en que podían conocer su situación en medio del cosmos. Decir: estamos aquí. Aún es de día y a la vez ya es de noche. Un momento de frontera desdibujada. Un momento de sincronía en el que dos acontecimientos suceden a la vez. Como lo es también un eclipse. Syn-chronos. El tiempo de las cosas que suceden a la vez. Para que varios acontecimientos sucedan a la vez han de estar localizados en puntos del espacio diferentes, ocupar cada uno un lugar. Hay una ligera distancia. Como no pueden observarse todos esos puntos de manera simultánea, el hecho de saber que en otro lugar del mundo se está produciendo un mismo acontecimiento, es de alguna manera, un acto de fe. No hay una respuesta inmediata. Lo que hay es una especie confianza de que al otro lado, en algún lugar esté aconteciendo un otro algo.
El día del eclipse empecé proyectando una frase que me había mandado Blanca: ENTRAS EN BARRIZAL DE LUZ A LAS VEINTIDÓS VEINTE. A esa misma hora el haz de luz del proyector se colaba por la ventana de una casa en el centro de Madrid que ha estado todo este tiempo vacía. Sobre la fachada de otro edificio vacío, un hotel que lleva en venta más de 20 años en un pueblito francés a 1250 Km (258 horas caminando), Olga proyecta OS DESPLAZO EL PENSAMIENTO, OS HUELO EL FUTURO. El hotel se llamaba ‘le lion d’or’, le lieu où on dors, el lugar donde se duerme. Esa misma frase en la fachada de los vecinos de Oscar en Barcelona. Esto iba del tiempo, de abrir una brecha temporal para entrar en un estado suspendido donde las horas pasan sin avisar. Antes de que se parase el mundo. Después de haber leído ese libro que lo movió todo. OS MUEVO EL PRESENTE. Algo se ha debido de mover, sí. Cuando en el río de Madrid Lara ha sacado todas las frases, las ha puesto en el centro y junto a Sergio y Cecilia las han ido leyendo una tras otra en voz alta. Retumbaron los cuerpecillos, dice. Un conjuro para los movimientos eclipsianos del solsticio. Conjurar es invocar la presencia de los ausentes. Los que ya no están. JE T’ACCOMPAGNE SUR LE SEUIL. Se desplaza de una superdficie a otra, Francisco lo mueve por las paredes de la casa, las hojas del arbol, el jardín, hasta llegar a la muralla que proteje la abadía cisterciense de Auberive. JE VOUS ECOUTE EN SILENCE. OS ESCUCHO EN SILENCIO. Viaja a Barcelona, a la pared de la terraza de María, a la terraza de sus vecinos de enfrente, a la la pared de la casa de enfrente de Cristina. Ya me ducho después, dice la vecina, y Cristina le pone otra frase. Sobre los tejados de Madrid OS PIGMENTARÍA TODAS LAS IMÁGENES DE VUESTROS OJOS, ha dicho Elena. Y todos los tejados se han teñido de otros colores que aún no tienen nombre. Así que después he colocado la frase de Lucía enfrente de las niñas que estaban asomadas en el primero y han empezado a aplaudir. OS COSQUILLEO EL DEDO MEÑIQUE. Y mientras, Adaline ha hecho un fuego con algunos amigos en una terraza de Bruselas. Delante del fuego del solsticio y bajo la lluvia torrencial, imagina cómo las partículas del fuego llevan esa conexión mucho más lejos. OS ATRAVIESO EL ANILLO DE FUEGO. Desde algún lugar Angela proyecta sobre alguna superficie. En algún lugar, donde le pilla. Las niñas del primero aplauden otra vez, OS DESPOJO DE TODA LA MUGRE dice Blanca desde el balcón de en frente. Al final va a ser eso. Que los ciclos se cierran. Que las maravillas del mundo se abren. Que sin darnos casi cuenta, miles de acontecimientos suceden a la vez. Que las partículas del cosmos se filtran diminutas de una ventana a otra, de una retina a otra. No sé dónde nos encontrará el futuro. Sea donde sea, en el momento en que estés leyendo esto, estaré pensando en ti.
Podeís encontrar todas las imégenes de la acción colectiva en el Flikr de La Caldera
Esta acción forma parte del proyecto ARAR, propuestas de la mano de los cómplices de celebreació de los 25 años de La Caldera.