hoy hemos empezado la semana muy cómodos en el Espacio Cómodo de La Porta muy a gustito . Presentaremos unas cosillas a finales de semana viernes 22 y sábado 23 de julio.
El texto sobre el que estamos trabajando nos limita. Nosotros mismos hemos decidido tener un texto como contenedor, como estructura. El texto escogido es un texto que Jorge escribió el primer día del proceso, un texto en el que se reflejan preguntas, miedos y maneras de trabajar. Un metatexto en el que se plasma cómo fue nuestro primer día de trabajo: un desastre! Hoy nos hemos dado cuenta de que tenemos que abrir este texto, que nos limita demasiado, que nos corta las alas de la creatividad, que nos agovia y no nos permite llegar donde origináriamente queríamos llegar, al mundo de las onomatopéias. Hasta ahora, el trabajo ha sido el de desengranar un texto cuotidiano en pequeñas secuencias: en párrafos, frases, palabras y sílabas. Un trabajo de ir de lo grande a lo mínimo. un trabajo de designificación de la palabra. De dar significado a lo que no lo tiene, de poner énfasis en partes que no la tienen para llegar así a un absurdo coreográfico. Un trabajo de composición musical y coreográfica. Un trabajo púramente formal, rítmico y casi matemático. Una espécie de virtuosismo de la desorganización. Pero qué es lo que realmente queremos con esto? cual es la cosa?
Mediante la deconstrucción de algo que tiene un significado aparente proponemos otra manera de percivir el lenguaje y la relación que éste tiene con el cuerpo. Cómo mediante herramientas como la repetición, la dilatación o el acortar, el cantar, la polirítmia, la asociación, los juegos de palabras o mediante el decir el discurso cuando se está en un estado físico determinado que afecta al significado del discurso en sí, se llega a proponer otra cosa que lo que el texto propone. Cómo convertir el texto en otra cosa utilizando herramientas formales.
Y, ya que el texto habla del primer día de ensayo, o sea habla de una situación en que los dos performers hemos estado implicados, pues ahí está el elemento personal que hace que la manipulación formal del texto no sea sólo mecánica sino que haya una intención y una implicación en el ¨performar el texto.Lo idea sería no sólo ejecutar el texto de una manera virtuosa sino que también tendríamos que implicarnos de alguna manera para hacer esta manipulación y ejecución nuestra de una manera personal.
Hoy es domingo, y como cada domingo, me he tumbado un rato en el sofá después de cenar. He visto un documental sobre dislexia, sobre cómo los niños con dislexia se sociabilizaban en un contexto poco familiar para ellos, escuelas especiales para dislexicos y eso. Y de repente he conectado todo el tema de la dislexia con lo que estamos intentando articular en el trabajo. No digo que estemos trabajando sobre la dislexia pero que de alguna manera estamos estudiando el lenguaje desde otro punto de vista que del habitual. Según Wikipedia (la enciclopedia que tengo más cerca en estos momentos) se llama dislexia a la dificultad en la lectura que imposibilita su comprensión correcta. Nosotros no estamos trabajando la lectura, pero si el sonido de las palabras y el cómo elaborar un discurso de ¨otra manera¨. Y al escuchar a los jóvenes disléxicos leer o haciendo ejercicios de lectura de sílabas con un metrónomo lo he relacionada de una manera directa con esta otra manera¨ con la que nosotros estamos ocupados. Algunos de los métodos y conceptos con los que trabajamos con las onomatopeias, sílabas, palabras o frases son: REPETICIÓN TRANSFORMACIÓN IN-CORPORACIÓN ORGANICIDAD EXPRESIÓN RITMO MUSICALIDAD ALTERNANCIA
Proponer una situación. Esta situación es una conversación. Una conversación con uno mismo hecha por dos personas. En esta situación se van deconstruyendo las palabras, se va designificando el contenido hasta llegar a un nivel de entendimiento musical, sensorial y físico. Las frases lingüísticas se convierten en frases musicales, la conversación se transforma en una compleja sonata donde los ejecutantes juegan con las palabras y se pierden en ellas.