Me notaste. Viste todo aquello sucediendo.
Festival Domingo < 10 junio 2002 < La Casa Encendida
Arantxa comienza cantando:
La performer_narradora se mete en el cuerpo de un muerto_vivo, se mete en el cuerpo de otras voces_cuerpos, atravieza su cuerpo con muchas voces. Después de la muerte solo quedan las reflexiones de los vivos y los vivos no conocemos la lengua de los muertos.
Capítulo 10 de La muerte de Iván Ilich de León Tolstói.
¿Con qué dialoga la muerte?
¿Con algo concreto y corporal?
Un diálogo que se desdobla entre la vida y la muerte, entre un lenguaje y su ausencia.
Un positivo de esa ausencia lo encontramos cuando Arantxa lee que un lugar puede estar lleno de alguien que ya no está y llenarnos de él por el solo hecho de estar ahí.
Arantxa está sentada leyendo desde su ordendor el texto que ha escrito para la pieza. Dice: «esto es un email».
La muerte no habla la lengua de los vivos.
La muerte no se entiende con las cosas de los vivos.
Vivo: hablar, bailar, montaña.
El actual acuerdo de los vivos con los vivos consiste en morir lentamente por aceptar un contrato social que nos vulnera todos los días. Morir lentamente.
¿Dónde está la danza en todo esto?
¿Que se está coreografiando aquí?
Tolstói_Iván Ilich: «El cuerpo sin vida seguía ahí.
Tomó una bocanada de aire, extendió sus miembros… y se murió.”
Así que como no llegamos, CONDENSAMOS.
¿Qué está por debajo de esto?
Una vitalidad que atraviesa el cuerpo afectivo, reflexivo, emocionado.
Una intensidad física que pide estar ahí.
Una danza sonora
Contraste afilado como aquello que nos sostiene vivas.
Los frames inician su baile: fragmentos de una historia romántica; instantes que se deshacen, o eso de chupar piedras que llamamos amor? deseo? soledad? ¿Qué es eso que no cuentan esos fragmentos?
Ahora, nosotras leemos:
Ya voy. El tiempo que me lleve coger la moto y cruzar el río.
Claro, podemos hacer algo, dije, imitando tu distancia.
Tus hombros están abiertos, normalmente son tus ojos los que miran hacia el otro lado.
A mí me faltaba la distancia.
A través de esos frames podíamos vislumbrar la vitalidad que se se desprende de un cuerpo que desea, y de alguna manera, también agoniza. El deseo que punza, que parte, que hiere como manifestación de lo vivo.
La danza desestabilizando lo organizado porque la vida finalmente no es organizada.
Esa vitalidad que da y quita, a la que me agarro y comprometo.
Yo soy porque tú eres
Yo soy porque tú eres
Yo soy porque tú eres
Yo soy porque tú eres
Salimos del patio de La Casa Encendida, de las cajas en las que estamos metidas -dice Dani- y todo lo que se respira dentro se expande fuera cobrando otra dimensión. Danza sonora que abre el espacio y hace que cierta vitalidad se transmita en un fluido-flujo que llega hasta nosotras. Salimos, Arantxa, salimos y contentas.
Compartimos la conversación que VAHOenDomingo tuvo con Aratnxa, en la terraza de La Casa Encendida, durante las vísperas de la primera ola de calor del año 2022. Preguntas lanzadas para expandir las propuestas artísticas del Festival Domingo más allá del tiempo de su presentación y más allá del contexto que la invita. Probar hacer links con aquello que está dentro y fuera a la vez de la pieza, con aquello que no alcanza, pero busca; con aquello que revela, pero no dice.
Arantxa Martínez from Teatro Pradillo on Vimeo.