Creo que la intensidad está en la búsqueda más que en la cosa, en insistir, insistir, darle una y dos vueltas a la cosa. Y cuando encuentras algo no puede ser tan rápido o fácil, así que hay que seguir ahí, rascando. M.V.
Durante el Festival Domingo nos encontramos con el artista Marc Vives a merodear alrededor de los conceptos de fiesta y performatividad, tomando como centro su pieza La Fiesta, inspirada en el texto Teoría de la fiesta de Roger Caillois (1939), presentada el 26 de junio de 2021 en La Casa Encendida. Fue un baile rojo fuego con bototos por eso de hacer explotar las costumbres invocando fiestas hasta agotarnos.
Compartimos la transcripción escrita del encuentro y la joya de vídeo que Dani Carretero creó con su ojo deseante.
Transcripción del encuentro VAHO con Marc Vives
Junio 2021
Festival Domingo. La Casa Encendida
Paulina: ¿Después de lo que hemos pasado en la última década, la pandemia, la crisis económica del 2008, la precarización laboral, la necropolítica de los gobiernos, hoy ¿en qué estamos? ¿antes o después de la fiesta? ¿en el final? ¿es esto una fiesta?
Marc: No creo que estemos de fiesta. Ahora estoy releyendo el texto porque lo olvido y pensaba que me abriría cosas, pero no. Entiendo la cuestión de la fiesta como Roger Callois lo plantea en el texto: la fiesta ya pasó, es una cuestión ancestral y es irrecuperable.
En las condiciones actuales ¿lo que creemos que es fiesta no lo es? ¿No estamos celebrando nada, y al revés, ni siquiera tenemos herramientas para producir una fiesta sin antes arrasar con el orden existente?
Esa sería la fiesta, arrasar con el orden existente, excederse con todo, burlar las normas, hacer todo al revés. Eso es regeneración para establecer otro orden.
Las características de esa fiesta de la que hablamos estarían marcadas por ciertas formas de destrucción o de reemplazo, es decir, anunciar la caducidad de una serie de elementos, quemarlos en una hoguera y dentro de la misma fiesta generar unas nuevas reglas desde una base de celebración. ¿Cómo construimos una nueva fiesta cuando eliminas todos los factores de fiesta que conocías? ¿Las actuales formas de fiestas son útiles para refundarla?
Yo creo que en la fiesta actual sí hay algo. Encontrarse, ver, la música… hay rasgos de la fiesta ancestral porque la idea no es volver a un mundo donde todo sea celebratorio. Está la fiesta y el trabajo, la rutina y lo contrario, eso se alterna. Son dos realidades, no hay una sin la otra. Pero como está establecido el calendario de trabajo actualmente no lo podemos asumir con equilibrio. Yo no sé donde está la fiesta en el mundo contemporáneo. A lo mejor puede ser cada viernes que te vas a no sé dónde y la revientas. Dentro de las actuales condicionantes, la fiesta es una vía de escape del orden establecido, pero que no sirve para renovarse. Quizás para renovarse uno en lo personal, pero no para el grupo social. Yo no he conseguido encajar las cosas que entiendo ciertas del texto de Callois con el mundo contemporáneo. No he sabido cómo, aunque distingo algunos rasgos, pero no sé como traerlos al presente.
¿Cuáles son esos rasgos?
Lo que hago es intentar invocarlos o decirlo de varias maneras, pero no los estoy trayendo en plan “ahora esto es una fiesta”. Ojalá una pieza pudiera ser un sustituto de una fiesta. No tengo esa capacidad reflexiva. Lo mío es la tozudez, es decirme “agárrate a esto, aguántalo, es posible que tenga valor, confía, confía, ten fe”. Llevo mucho tiempo haciendo esta pieza de múltiples maneras, desde el 2014 hasta el 2019, y en 2018 pensé que podía ser una pieza escénica al uso, con sillas o con la conciencia de que sería vista por personas.
Vengo de la escultura tradicional catalana que es más de la performance de los noventa o anterior. En esas prácticas del cuerpo no hay una caja negra o blanca. Puedes hacerlo en una sala o en un pasillo, sin que lo vea nadie. Puede durar mucho tiempo o poco tiempo. He hecho La Fiesta en ocho horas que es casi lo mismo que yo ensayando La Fiesta.
Esto que diré lo tengo cogido con pinzas: si en la época ancestral, casi post mitológica, cuando vivíamos en tribus y comunidades… Abro un paréntesis: el texto de Callois es del 39’ y la fiesta a la que se refiere ya es antropología. Además en ese texto y en su conferencia hay una nota del autor que es pre Segunda Guerra Mundial, entre guerras, y él está con la pedrada de los años 20’ y el fordismo, el trabajo en cadena… cierro el paréntesis. Así que te respondo con algo que él dice y que ya es muy viejo: lo que ancestralmente se entendía como la fiesta ha sido sustituido por las vacaciones, por ese período de verano en el que te vas con tu familia… Las vacaciones no tienen ese aspecto renovador de la fiesta, no es lo mismo. No tienen esa vocación de juntar al pueblo, a las familias y hacer un gesto realmente violento contra el sistema establecido. Cada cual ha estado trabajando como peón todo el año y cuando llegan las vacaciones coges a tu familia, la metes en un coche y te van a la playa y eso ya pasaba a principios de siglo XX. Esa capacidad de renovación social de la fiesta es lo que ya está destruido. Si ahora la fiesta es un período vacacional, no tiene ningún tipo de energía renovadora. En algunos pueblos las fiestas se mantienen como medida cautelar. Entonces, mi analogía o cosas que he leído por ahí es más abstracta: si la vida es trabajo, con sus momentos de escape, a lo mejor lo que no es trabajo, lo que no encaja en el sistema de rutina podría ser la fiesta. Aunque no tenga ese valor renovador por lo menos es la piedra del zapato. Para mi sería la esencia de algo que podría ser lo artístico, no el arte, ni el circuito artístico, ni el mundo artístico, pero algo del arte que todavía tiene la potencia de colarse ahí y de ser esa bomba que hace estallar eso para que luego se tenga que volver a montar. Lleva a la dicotomía tiempo de trabajo / tiempo de fiesta – tiempo de vida contemporánea / tiempo de arte, porque la vida contemporánea ya se ha comido el ocio y todo lo demás.
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Fotos Dani Carretero & Paulina Chamorro
rUIDo y moVimientO… golpeados rítmicamente…
La fiesta como resorte, como un San Juan a lo bestia, para arrasar con el orden existente. La fiesta no como algo renovador, sino como la piedra del zapato que molesta.