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Mañana: Domini Públic @ Tarragona

Luego de 4 años de gira y más de 70 ciudades al fin volvemos a presentar Domini Públic de FFF / Roger Bernat en Catalunya. En todos estos años solo nos hemos presentado  en 4 ciudades catalanas: Barcelona, Cambrils, Olot y Lleida. Ya iba siendo hora de que volviéramos a casa.

La invitación es mañana al nuevo Centre d’Art de Tarragona.

Ellos lo cuentan así en su web:

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DOMINI PÚBLIC – ROGER BERNAT / FFF
Diumenge 15 de juliol – 19 h – Pl. del rei de Tarragona.

Una proposta escènica que prescindeix de l’actor com a punt central de l’espectacle i deixa el públic com a únic participant. No es tracta de convertir l’espectador en actor, sinó d’atendre a les possibilitats narratives del grup a partir d’eines estadístiques. Els espectadors formen part d’una ficció sense necessitat d’exposar-se com a individus en un escenari que, d’altra banda, disposa de tants actors com espectadors assisteixen a la funció. Domini Públic s’emmarca dins un treball més ampli al voltant del públic i la participació.

Aquest espectacle s’enmarca dins de l’Escola de Calor del CA Tarragona Centre d’Art i compta amb la col·laboració de la Sala Trono, ETC 2012 – Festival d’Estiu de Tarragona, Museu de Valls, Club de Tennis Tarragona i Xiquets de Tarragona.

DURADA: 60 min

ENTRADA: 10 €

RESERVA I COMPRA D’ENTRADES:

A través de www.tarracoticket.cat

A les taquilles del Teatre Metropol (dijous i divendres, de 12 a 14 h i de 18 a 20 h)

Una hora abans de l’espectacle a la mateixa plaça.

NOTA:

Espectacle per a persones majors de 16 anys

«Delirio Público» @ Esad, Málaga.

Lueo de la versión de María Llopis y la mía en «Todos los grandes…» llega ahora una nueva versión de Dominio Público de Roger Bernat, esta vez a cargo de los alumnos de la Esad de Málaga.

Ortensia me lo cuenta así: «Hemos hecho un DP en la escuela de arte dramático de málaga para dar la bienvenida a los cachorros!! ha sido una versión cutre (no cascos=mucho jaleo) y estudiantil pero estuvo muuuuuuu divertido y sirvió para que todo el mundo se mezclara.»

En youtube son un poco más formales: «Juego Teatral colectivo organizado por los alumnos de 4º de Interpretación «basado en el espectáculo «Dominio Público» de Roger Bernat».

Aquí os dejo el video:

La versión porno de Domini Públic de María Llopis.

Maria Llopis, directora de cine, vj, teórica y activista queer,  ha colgado un post en su blog sobre su personal versión de Domini Públic. Reconozco que parte de la propuesta escénica en la que estoy trabajando ahora nace luego de enterarme que María había adaptado al porno la pieza de Roger para un workshop en Arteleku. Ahora que ya copié a Roger me planteó la idea de copiar y adaptar la versión de María.

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Public Domain, porn version by Maria Llopis

Very soon in Artivistic 2009, Montreal: Turn On!

The performance is a porn version of the piece Public Domain of Roger Bernat, catalan theater director.

“Public Domain does without the actor as the main aspect of the show and leaves the audience as the only participant. It is not about turning the spectator into an actor, but about fulfilling the narrative possibilities of the group using statistical tools. The spectators are part of a fiction without the need of exposing themselves as individuals on a stage that, on the other hand, has as many actors as spectators watching the show.”

So the statistical tools that Roger is using will be porn statistics. I will ask the participants about their sex life, porn preferences, sexual desires… and we will play. Those ones who have sex toys at home, one step forward. Those ones who are into submission, make a cross on your left arm. Those ones who had a wank this morning, put your hand between your legs. Those ones who thought about their underwear before coming here today, show it to us. Those ones who have sweating hand in stress ful situations, touch your neighbour´s tits.

It will be a game with no scheduled results.

P.S. First porn version of Public Domain, Arteleku, FeminismoPornoPunk, july 2008 >>>
P.S.2 Otras versiones de Domini Públic, por Txalo Toloza >>>

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Via Maria Llopis.

Domini Públic abre el KFDA.

Roger lo explica mejor que yo en su web.

“El KunstenFestivalDesArts es uno de mis festivales preferidos. Hace casi una década, cuando todavía lo dirigía Frie Leisen, hablamos con ellos y vinieron a vernos en varias ocasiones. Vinieron a ver Flors, más tarde Amnèsia de Fuga e incluso vinieron a ver dos veces Tot és Perfecte. Daba gusto tenerlos de espectadores porque, aunque no les interesara el espectáculo, siempre se daba la oportunidad de charlar escenificando algo que raras veces entiende un programador: que en esta profesión los que hacemos espectáculos y los que los programan, trabajamos juntos.

Ahora, finalmente, abrimos el festival! y además lo hacemos en uno de los lugares más bonitos de Bruselas. La Place du Jeux de Balle, donde todas las mañanas se celebra el rastro de la ciudad. En el corazón de uno de los últimos barrios en los que todavía se puede escuchar el bruxellois, una extraña mezcla de flamenco y francés que hablan tanto los consumidores de las sopas OXO como los magrebís que regentan la mayoría de tiendas de la zona.

Estaremos hasta el 10 de Mayo con una versión en francés y flamenco. Esperemos que no llueva…”

Ahí estaremos.

El problema es que me perderé medio «Radicals».

LIDIA, DAVID, MIGUEL ANGEL, DAVID, SERGI…. muchísima suerte!

Roberto Fratini sobre Domini Públic.

Se puede creer que la peripecia del público, y de cada uno de sus anónimos protagonistas, reproduce dócilmente las vicisitudes del drama representado. Que, como en el drama, la vida se desarrolla linealmente entre un inicio y un fin marcados ambos por decreto y convención. Que, igual que en el drama, la vida obedece a una geometría “escrita” de catástrofes y revelaciones; que en suma el drama “vivido” es para todos y cada uno de los espectadores una copia exacta del drama “visto”. La verdad es que, existencialmente, la vivencia del espectador no es ni evolutiva ni resolutiva: se parece más bien a un “descenso”, una tortuosa catábasis que nos halla cada vez más solos, más huérfanos de sentido, y cuyo camino es acaracolado como un punto interrogativo. Como esa inmensa espiral trazada encima del asfalto que en el escenario barcelonés de Dominio Público (una plaza a la que tiempo atrás se quiso amenizar con dicha espiral) parecía burlarse de todas las simetrías planteadas por la pieza a daño (o a favor) de un público literalmente cómplice (es decir doblegado, involucrado en la “complicación” de la obra).

Una espiral que es la figura de todo descenso, de toda regresión, el útero que incuba cualquier espacio, la pregunta que atesora todas las respuestas. Arrojado por el impersonalismo de las preguntas y el personalismo de cada respuesta en una aventura cartesiana (hecha de derechas e izquierdas, amigos y enemigos, distancias y cercanías), en un teatro “diferencial” de la re-acción, el público catalán perdía conciencia de haber estado todo el rato jugando a “dividirse” sobre el abismo indiviso e “indiferencial” de una enorme espiral, turbulenta sugerencia de la negación de todo inicio y de todo fin.

Una espiral que es la forma de cualquier tablero de juego (de la oca a la peonza). Y jocoso es también el paradigma de Dominio Público. No sólo por el gusto desconstructivista de sustituir el espectáculo de antaño por el protocolo postmoderno de un “dispositivo” abierto, sino porque es en el juego donde cada uno experimenta desde niño la ambivalencia profunda del concepto de “destino”. Es en la interacción entre regla, reacción, respuesta y azar donde se configura, a través de todo juego, la “fatalidad vivida” del jugador, que no es el hacerse caótico de una biografía sin rumbo, sino el incierto hilvanarse de esa historia dentro de un contexto asignado e implacable. Ignoramos cómo acabará y sin embargo sabemos que acabará. El suspense peculiar del juego no es distinto del que, en cualquier película policíaca, nos hace morbosamente seguros de que habrá asesinato y de que el asesino será desenmascarado; o del que, en la historia, deja prever la eventualidad de muchas víctimas y de algunos verdugos, pero no dice en qué bando luchará uno. El juego es por lo tanto un verdadero “destete del ser”, en el que todos falseamos un destino que, sin ser de otro, no deja de ser maravillosamente no nuestro (avatar, personaje, peón, muñeco). Víctimas de una regla auto-infligida o aceptada, cuya única función es arrastrarnos desde el dominio alentador de las preguntas que sabemos responder al de las preguntas que no quisiéramos contestar, para abandonarnos al fin al mareo de esas preguntas que ni admiten ni esperan respuesta.

 Si cada aserción del drama se convierte, en la mente de quien observa, en un interrogante, el público de Dominio Público  está todo el tiempo “viviendo la respuesta” y “escuchando la pregunta”: experimentando de alguna forma un esencial retraso de la imagen sobre el imaginario, que es también un retraso de la vida sobre el destino. Cabe, en este ambiguo “jugarse a la vida y a la muerte” algo de un proceso iniciático enmascarado. No es casual que, a lo largo de toda la parábola, la música que “interpela” las esperas del público resulte ser la de La Flauta Mágica mozartiana: la fábula de iniciación más engañosamente jocosa, la más subrepticia de la historia y, a su vez, la crónica de un descenso. 

Sin duda el experimento de Stanford (donde durante un tiempo la simulación carcelaria supo convertir en temibles verdugos  -o en víctimas designadas – a un puñado de cándidos estudiantes universitarios) representa una de las fuentes poéticas del proyecto. Aún así, Dominio Público no habla de la fuerza de la identificación, de nuestra disponibilidad por interiorizar la pantomima de la víctima y el tirano. Habla de una disponibilidad nuestra no menos crucial existencialmente, la de ejecutar la pantomima aunque pueda parecernos por momentos ridícula, y ejecutarla con la crédula incredulidad del juego (y del teatro). Porque el secreto de la historia no reside en la verdadera convicción, sino en la capacidad que la praxis ejecutiva, la acción pura e irreflexiva posee de engendrar falsas convicciones y respuestas incorrectas que parecen justas. Si se lee éticamente, el mismo juego al que todos se entregan con placer, esgrime por antonomasia un único triunfador y una mayoría silenciosa de “perdedores”, antihéroes condenados a preguntarse en qué se equivocaron. El público teatral es en muchos aspectos la vivencia metafórica de esa derrota, de esta pregunta abierta. Es el testimonio de cómo una simulación consigue otorgar a la vida el privilegio algo amargo de saberse derrotada, y de cómo su derrota fundamental es la obligación de continuar allí donde la pieza finaliza, con reglas menos claras, preguntas más ambiguas, catástrofes más silenciosas, respuestas más inciertas y una oscura (pero también alegre) conciencia de que este juego empezó antes de que empezáramos, y no acaba donde acabamos.

Roberto Fratini

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Roberto Fratini Serafide (Milán, 1972) es profesor de Teoría de la Danza en la Universidad de Pisa y en el Institut del Teatre de Barcelona, y de Metodología Crítica en la Universidad de L’Aquila. Colabora desde 1995 con coreógrafos en calidad de director y dramaturgo, tanto en danza como en ópera lírica (Ensemble de Micha van Hoecke, Substanz, Caterina Sagna Dance Company). Ha dictado masterclasses, stages y conferencias sobre danza en muchos teatros europeos. Su obra escrita abarca la poesía, el ensayo y la literatura dramática. Figura de Figuras es el título de su próximo libro. Su último montaje (”Basso Ostinato”) ha sido premiado como el espectáculo del año por parte de la Asociación de Críticos Franceses.

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Publicado por Roger Bernat en su blog FFF.