Publicado por Revista Cítrica.
UNA PEQUEÑA BATALLA GANADA BENETTON.
Una de las mujeres mapuche absueltas cuenta en primera persona cómo vivió este juicio histórico que los medios silencian. La alegría por encontrar, aunque sea una vez, un poco de justicia en medio de una persecución que lleva años de dolores y muertes transmitidas de generación y generación.
Podríamos preguntarnos por qué Clarín y La Nación no le dieron importancia a la noticia, como tampoco otros medios “importantes” de la Patagonia.
Podríamos destacar algunos extractos del fallo de la jueza Carina Estefanía, que además de absolver a todos los integrantes de la Pu Lof, acusados por el empresario italiano Benetton y el gobierno de Chubut de abigeato y usurpación, también pidió que se investigue a fiscales, jueces y comisarios por una cantidad considerable de irregularidades en los procesos previos al juicio.
«Es una historia muy dolorosa que tiene que ver con nuestros bisabuelos, nuestros abuelos, nuestros padres, con nosotros mismos».
Podríamos pedirle a periodistas y medios que hacen alarde de tener línea directa con el Ministerio de Seguridad qué opinan allí de este nuevo revés judicial, ya que esta causa era uno de los caballitos de batalla de Patricia Bullrich para instalar su insólita idea de “la RAM” y los “terroristas mapuches”. Hace apenas unas horas, al ser liberado Fausto Jones Huala, también se descartó la teoría del “enfrentamiento” que alentaba la funcionaria tan cercana a los designios de la embajada estadounidense respecto al asesinato por parte de los Albatros de Rafael Nahuel. Allí, también hubo silencio.
También podríamos profundizar en la declaración de Martiniano Jones, que se ocupó de destacar que este «es un festejo a medias, porque se hizo justicia a un precio muy alto. Tuvimos que tener dos muertos y de ellos no hay que olvidarse”. Y pidió por lo que aún falta: justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, y por tanta violencia que no es televisada pero cotidianamente hace mella en familias y cuerpos.
Podríamos hablar de todo eso y mucho más. Pero esta vez nos vamos a quedar con los abrazos de peñis y lamienes, y también con la imagen de ese abogado de Benetton y del poder transnacional, derrotado, cabizbajo, aunque sea una vez, aunque sea un ratito. Y con las palabras de Andrea Millañanco:
“Hoy es un buen día para el pueblo-nación mapuche. La realidad es que no nos esperábamos este fallo, teniendo en cuenta cómo se ha comportado históricamente la justicia con nosotros. No solo quedamos absueltos, sino que también se planteó una mesa de diálogo para llegar a algún acuerdo, que en realidad fue la primera demanda que se realizó desde la recuperación territorial; un diálogo serio y acorde para resolver este conflicto y que no traiga violencia, que fue todo lo que generó, porque desde el primer día la policía ingresó disparando con balas 9 mm.”.
«Planteamos cuestiones históricas, culturales, espirituales, antropológicas. Repasar nuestra historia no tan lejana es dolorosa, triste, es casi una tortura, porque hablamos sobre personas que fueron nuestros abuelos y bisabuelos, nuestros padres y nosotros mismos, quienes sufrimos parte de esa humillación, discriminación, por pertenecer a un pueblo originario. Fue doloroso ver gente del público que se conmovía llorando, porque son historias que se repiten a lo largo de todas nuestras familias, con respecto al despojo territorial, a engrosar los barrios más pobres de las grandes ciudades, a tener que ocultar nuestros orígenes, a la humillación, al engaño, el no comprender muchas cuestiones de la cultura occidental. A nosotros, que tenemos una cierta formación, se nos siguen escapando cosas. No me quiero ni imaginar cómo fueron engañados nuestros antepasados ante el lenguaje técnico judicial».
«La complicidad y el poder que tiene Benetton acá en la zona. Cosas que suceden y que sucedieron a lo largo de la historia y todos miran hacia otro lado como si no pasara nada. Es mucha la indignación. Espero que la gente se fortalezca de todo esto, que tome valor para denunciar las cosas que pasan en la zona, para recuperar los territorios. Es difícil y duro, pero es lo justo. Me refiero a creer que otras formas de vidas y de vínculos son posibles».
«Necesitamos volver a valorizar lo nuestro. Necesitamos volver a creer que una vida como mapuche es una vida digna. Tenemos que podernos salir de esta naturalidad en la que nos impusieron, la de tener que esclavizarnos para mantener este sistema capitalista. Ojalá que sirva para eso, y también es una reivindicación a todos esos abuelos que sufrieron todo lo que han sufrido. Por eso es que es un logro y una pequeña batalla que ganamos todos, y que es para todos».
«Necesitamos animarnos a cuestionar lo que nadie cuestiona, el orden preestablecido, que no es lo más justo para todos. También se demostró que el pueblo mapuche está cansado de poner la otra mejilla. Se cansó de ser oprimido y silenciado a lo largo de la historia, una historia que nadie quiere escuchar. Y que todos niegan. No se respeta a un pueblo que fue sacrificado en virtud del crecimiento de este Estado. Y eso es lo que no quieren escuchar».
«La jueza reconoció que el Estado no tiene los instrumentos necesarios ni acordes dentro de las instituciones para poder abordar las demandas de los pueblos originarios,y que es necesario que se establezca otra forma. La vía represiva o penal no es la forma en la cual se deben afrontar estas situaciones. Esto es una expresión de que hay una urgencia por parte de las comunidades de que sean escuchadas y que realmente se logre un avance en el conflicto territorial. Para mí es un alivio que nos trae un poco más de calma para poder estar tranquilos, sabiendo que no va a caer un allanamiento en cualquier momento con cualquier excusa. Poder proyectarnos un poco más hacia adentro. Eso sí, nunca bajando la guardia, porque ya sabemos cómo fue a lo largo de los años».
«A pesar de todo esto, hubo muchas cosas que salieron a la luz, cosas que aquí en la sociedad de Esquel todos miran para un costado y nadie dice nada. Sabemos que los terratenientes tienen poder e influencias, y tarde o temprano para quien se atreve a desafiarlos tiene costos. A la Pu Lof le trajo costos; tiene el costo de la persecución, de la represión, de la judicialización, de la muerte como fue el asesinato de nuestro compañero Santiago Maldonado, como el asesinato de Rafael Nahuel. A pesar de todo eso, hemos sabido llevar adelante y afrontar la hostigación que vivimos día a día, y que por suerte, desde este momento, ya no vamos a tener que estar tan preocupados por las noches, mientras dormimos en Pu Lof porque vayan a querer ingresar los grupos paramilitares que tiene Benetton. Esperemos que eso se termine. Esperemos».