«Pero si el sampleador menciona otras voces – si a veces es un «imitador de voces» como decía Thomas Bernhard -, no es porque se apropie sino porque vive en su momento, sale de casa, es sensible a los signos y formas del paisaje mediático y se cuida de señalar la procedencia de sus ideas. La diferencia entre samplear y plagiar es bien clara, y la resistencia a reconocer la originalidad del sampleador es un prejuicio premoderno: si no fuera legítimo usar y recombinar los elementos del mediascape, entonces sólo nos quedaría el paisaje anterior, aquella Naturaleza que, a decir de Samuel Beckett, «no ha abandonado». Pero, sobre todo, lo que el sampleador hace suyo no es un fragmento ajeno, sino un instante que le había sido robado. Esta idea la ha formulado con exactitud el historiador alemán Diedrich Diedrichsen, quien propone redefinir el sampler no ya en relación con los supuestos materiales de partida, sino en relación con el curso narrativo:
El trabajo de los djs no es un trabajo de desmembramiento y montaje – o collage – sino un trabajo de reconstrucción. El dj no era, como opinan muchos intérpretes posmodernos, un artista del pastiche, la cita o el enfrentamiento, sino un artista de la reconstrucción, que operaba en contra de la forma «canción» es decir, en contra de la reconciliación entre historia, repetición, ritmo y épica que aquella forma ofrecía.»
(Extraído de Homo Sampler. Tiempo y consumo en la era Afterpop. De Eloy Fernández Porta)
Muy bueno Ceci,se lo copy and paste a mi amigo Mauricio se sentirá acompañado..
Copia y pega!!!
Thxs B!
T*