Publicado el 27 de marzo en Galiciaé.

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Doscientas personas se movilizan en defensa de la Sala Nasa de Compostela.

Con pasamontañas y sin él. De la manera de la que algunos políticos los pintan y de la manera de la que son de verdad. Unas doscientas personas acudieron a la convocatoria de la Sala Nasa para fotografiarse y denunciar los ataques que recibieron durante las últimas semanas por el PP compostelano, quien pedía que se cerrara la Sala y se le retirasen las subvenciones.

De este modo, la propuesta ridiculista que tomó forma este vierres, Día Internacional del Teatro, en la Plaza del Obradoiro consitía en realizar dos fotos: una en la que los asistentes al acto aparecieran con pasamontañas y actitud violenta »como algunos quieren que nos vean», en palabras de los organizadores del acto, y otra con la cara descubierta y mostrándose como son en realidad.

Dos fotos firmadas
Las dos fotos irán firmadas por los participantes y en la segunda además aparecerá también la profesión de cada una y cada uno, porque »somos ciudadanos que no tenemos nada ocultar», afirmó con el megáfono y embutido en un mono naranja el actor Xesús Ron. Estas fotos serán enviadas, en forma de póster, »a aquellas personas que nos acusaron de apoloxía del terrorismo», para que vean que son gente común.

Con el teatro como arma, pues todos los que posaron tuvieron por un momento tener que ponerse en el papel de »terroristas», figuras del mundo cultural salieron en defensa de la Sala Nasa. Por hacer un poco de historia, la Nave de Servicios Artísticos, nació en el año 1992 la iniciativa del grupo Chévere, y desde entonces su objetivo es dinamizar la producción cultural local, contando con una programación estable al largo de año y que dispoñibiliza recursos a artistas y asociaciones.

Criminalización
El activista cultural Carlos Santiago afirma que con las acusaciones que se estaban vertiendo sobre la sala »se pone en tela de juicio una institución como la Sala Nasa, que fue levantada con el esfuerzo de los ciudadanos» y lamentó la criminalización que está a sufrir el sector cultural.

Y por que contestar con un acto ridiculista? Pues »porque la situación ya es bastante ridícula y es necesaria una contestación a la altura», dijo Santiago.

Augusto Boal
El acto remató con unas palabras del dramaturgo Augusto Boal, autor del libro ‘Teatro del Oprimido y otras poéticas políticas’, y que fue encargado de redactar el mensaje internacional para este día, cuyos parágrafos sonaron en la Plaza del Obradoiro. »Actores somos todos nosotros, y ciudadano no es aquel que vive en sociedad: es aquel que la transforma!».