Vientos de cambio

De nuevo ocurre que todo lo que se ha programado en Escena Contemporánea, es correcto, fino, en su lugar.
Pero de nuevo, y ya van muchos años, es demasiado complaciente, innecesario y sobre todo visto.

Qim Pujol, habitante incómodo de la esfera escénica catalana, ha escrito un texto potente sobre lo que le pasa al teatro de su ciudad. Muy válido, necesario y una visión fresca.
Lástima que no sea demoledor. Lástima, pues tras ver la programación de Escena Contemporánea este año, va haciendo falta algo así:

Este modelo, funciona, pero está obsoleto. Gran paradoja de la sociedad contemporánea.
D.

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