Nadie entiende que La Tristura son unos viejos de 20 años. Todo el mundo les ve como unos chavales emulando a sus maestros. Y es falso, La Tristura son un compañía en ocaso, no creativo, sino que sus paradigmas, su poesía, son de viejos, de gente de cincuenta años. Es raro, pero es así.
Actos de juventud es demasiado larga, pero su luz es la del atardecer, la del campo en verano, la de la siesta. Imágenes bellas, puras, sólo sentidas por bardos experimentados en la vida que ya no se quedan con las florituras, que prefieren los aromas, las risas, la vida. Me recordó, no sé por qué, El Sur de Victor Erice. Ya digo, unos viejos.
Con Años 90, La Tristura homenajeó a un teatro pasado que ellos, que todos, admirabamos. Y que entonces, gustó por que lo hicieron desde la posición que todos esperaban que tomasen: la de unos jóvenes, que hablan como jóvenes,… locuras de juventud, ya se les pasarán. Pues, no, ya estonces, y como ahora en su última creación, hablan como lo que son: viejos, la obra va de viejos, de los que pasó en los años setenta, de los ochenta, … Cómo Cuéntame…
Me gusta esta compañía, por que pocos les entienden al ser para este mundo teatresco, demasiado puros, frágiles, sin aristas. Lástima que parezca que se están despidiendo del teatro, que se separan, lástima que se acabe ese modo de contar.
D.
cierto Tina, ha sonado mucho a despedida. Esperemos que sea el fin de la trilogía pero no de la Tristura. Un trabajo valiente y sincero, con todos sus defectos, pero sincero.
Salí de la cuarta pared contenta de haber visto lo que vi.
Tanya