El cielo


A Los Torreznos no le van mucho los teatros. No me extraña, la verdad, esos sitios suelen ser demasiado alambicados, por no decir, que son lugares un poco obstusos. Los Torreznos, quizás por culpa del capricho de otros obtusos, se han visto obligados a estar en un teatro, ha trabajar en él.

Llegan, pues, a este sitio extraño, algo extrañados y lo delimitan, lo padecen. Lo lloran de impotencia creadora. Al final deciden subir al cielo, al menos es un sitio entretenido, parece ser.

Y mucho, el cielo de Los Torreznos es un poco de Saint-Exupéry, de la enciclopedia. Un viaje plagado de santos, de planetas y de demonios. Está lejos y cerca, es poético y escatológico.

Al final de este cielo, donde todo está en todas partes, esta Dios, y su gente. Y Los Torreznos aprovechan para cantarle las cuarenta. Así pues, aprovechando un viaje por el cielo de un teatro.
D.

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