Rubén me lo descubrió, y Rubén me anunció el final de unos de mis blogs de cabecera: mi putaperrera.
Fiel reguero de destellos emocionales e inspirados de la dramaturga Angélica Lidell, personaje y ser humano tan magnífico como grandilocuente.
Goteo de exabruptos y diatribas (contra todo díos) en formato de blog, perfectamente a la altura del resto de sus propuestas artísticas, y como ellas, tan insostenibles física, y emocionalmente.
Terminó, pues, quebrándose como la rodilla de Rafa Nadal. No se podía seguir eternamente jugando a ese ritmo de sufrimiento.
¿O quizá sí?
D.
Va a ser un blog llorado.
Ya lloraba ella bastante.
D.
¿Pero no era suficiente con abandonarlo, como la otra vez? Pero no, eliminado sin dejar rastro. Bueno, aún se ve en la caché de Google, no se borran tan fácilmente los rastros en Internet. Si uno estuviese muy enfermo, se hubiese subscrito por RSS al blog de Angélica y guardase por tanto los títulos de todos los posts, podría poner en google «mi puta perrera» y el título del post y luego darle al enlace «En caché» que aparece debajo de cada resultado de Google. Yo lo he probado con el título del más antiguo que guardo en mi RSS, de octubre del 2008, cuando comenzó, y funciona. Pero no sé hasta cuándo. Y si no, siempre nos quedará su videoplaylista: http://www.tea-tron.com/teatron/Videoplaylista.do?id=15
Aunque yo soy una admiradora de Angélica entiendo perfectamente que haya eliminado su blog. Seguro que la seguiremos en otros lugares y como dice David : No se podía seguir eternamente jugando a ese ritmo de sufrimiento.