Al final subió, y bien acompañada, a un escenario. Hay un salto en el trabajo de uno, cuando las puertas de la sala se cierran y la luz se apaga. Aunque el público sea en gran parte amigos y cercanos, aunque el teatro no imponga por su grandeza y el ambiente sea propicio. Este cambio de formato, puede ser un salto sobre un abismo.
Diana Junyent se plantó anoche en su primer escenario teatral, bien agarrada a sus versos y a una actitud provocativa y provocadora de si misma. Se corrió de gusto, de arte y de intensidad, y lo compartió con todas y con todos.
Se masturbó ante un público agradecido. Justito, lo que han hecho, hacen y harán todos los artistas.
D.