De paso, coreografía de Gentian Doda para la Compañía Nacional de Danza, era la pieza más fea de un programa de danza de esos de belleza que tira para atrás. Salve decir, que Nacho Duato me cae muy simpático, y que cumple a la perfección su cometido, que no es otro de tener una versión propia del Nederlands Dance Theater. Eso es precisamente lo que vimos anoche.
A mi, insisto, me gustó la primera: una pieza de 30 minutos arisca, sincopada e irritante a partes iguales, mezcla imposible de Robert Wilson y Jérôme Bel (jajaja). Sobre todo en el momento en el tras reventarnos lo tímpanos con una composición de descargas sonoras bastante por encima de los decibelios admitidos, aparece un tema de Cindy Lauper, y todos se ponen a bailar el temazo pop. Una ola de estupor corrió como las llamas por el patio de butacas, (jajaja) menos mal que se cortó en seco.
Esto es lo que tiene tanto estreno de los nacionales que al final me entra la risa.
D.
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