Una amiga me hizo un maravilloso regalo de cumpleaños la semana pasada: dos entradas para “Experiencias con un desconocido”, show que presentaba Sonia Gómez en el Mercat de les Flors.
Yo ya la conocía, ya había intuido más o menos de qué se trataba el asunto pero no conseguí imaginarme cómo demonios había llevado a la escena algo tan estravagante como prostituir cosas que generalmente no se suelen prostituir (una comida familiar con madre incluida, una lectura, hacer el baile de la mantis, etc, etc). Y cuando llegué a ese espacio extraño, que más que una escena teatral parecía el fragmento de una calle en pleno desfile fallero, todo estaba cuadrado a la perfección, ninguna disonancia, pura armonía, vaya.
Me atrevo a decir que Sonia es, además de una bailarina de la hostia y una gran intérprete de sí misma, una prostituta con mucha imaginación. Aquí podéis ver las cosas que prostituye “EXPERIENCIAS“. Me incita a reflexionar sobre el término “prostitución”, porque en este mundo todas las personas venden y compran algo, y cuando ese intercambio implica sexo lo llamamos prostitución. Aunque generalmente los servicios de compañía también son denominados así más que nada por el final que suelen tener las veladas, no sabría muy bien explicar por qué entonces dar masajes, clases de inglés, coger un taxi o que te venga el fontanero a casa a arreglarte la cisterna no es prostitución.
Todxs nos prostituimos en cierta manera. Pero creo que lo de Sonia es prostitución extrema porque lo que ella vende son cosas que pertenecen al ámbito de la intimidad personal, en el sentido de que son cosas que sólo hacen por ti las personas que tienes cerca (amigxs, amantes, familiares). El cliente que contrata a Sonia no lo hace para meterse en sus bragas, se trata de algo mucho más profundo: meterse en su vida. Me encantó cómo me hizo sentir en el Mercat de les Flors ahí sentada, me sentía como un cliente más, contento ante la puta más divertida del mundo.
Bravo Sonia! Eres la leche.
PD: Recomiendo a toda persona que tenga la posibilidad de ver su show que vaya sin pensárselo. Y también a todo hombre que tenga la pasta y las ganas que contrate alguna de sus experiencias. Al principio cuando me enteré de que las experiencias son sólo para hombres pensé “joder, maldito binomio”, pero luego me he dado cuenta de que para las mujeres no sería tan terapeútico como para ellos. Contratar a una mujer para que vaya contigo, por ejemplo, a bailar toda la noche a una disco y luego no follártela, cuando ir a la disco a bailar, socialmente y dentro de la heteronormatividad, es básicamente un paso más de la estrategia de apareamiento, me parece un buen trabajo personal del cliente, un trabajo íntimo, en sus estructuras mentales, en su masculinidad, seguramente, mal aprendida.
Para saber más de ella: http://www.soniagomez.com
-
Archivo
- diciembre 2014
- noviembre 2014
- octubre 2014
- junio 2013
- marzo 2013
- febrero 2013
- enero 2013
- diciembre 2012
- noviembre 2012
- octubre 2012
- septiembre 2012
- agosto 2012
- julio 2012
- junio 2012
- mayo 2012
- abril 2012
- marzo 2012
- febrero 2012
- enero 2012
- diciembre 2011
- noviembre 2011
- octubre 2011
- septiembre 2011
- julio 2011
- junio 2011
- mayo 2011
- abril 2011
- marzo 2011
- febrero 2011
- enero 2011
- diciembre 2010
- noviembre 2010
- octubre 2010
- septiembre 2010
- agosto 2010
- julio 2010
- junio 2010
- mayo 2010
- abril 2010
- marzo 2010
- febrero 2010
- enero 2010
- diciembre 2009
- noviembre 2009
- octubre 2009
- septiembre 2009
- agosto 2009
- julio 2009
- junio 2009
- mayo 2009
- abril 2009
- marzo 2009
- febrero 2009
- enero 2009
- diciembre 2008
- noviembre 2008
- octubre 2008
- septiembre 2008
- agosto 2008
- julio 2008
- junio 2008
- mayo 2008
- abril 2008
- marzo 2008
- febrero 2008
-
Meta