Lo que ofreció Sonia Gómez fue un «capricho», según ella misma indicó.
Primero un audio con su voz relatando lo que veía desde la ventana de un hotel. Silencio y aplausos incrédulos ante lo que estaban viendo.
¿Esto es una chica bailando como cualquier otra en una discoteca?
Sí, pero tú sonríe y aplaude, que es lo moderno.
Después subió al escenario un hombre de cabello rubio hasta los hombros, barba, bragas rosas y zapatos verdes de tacón.
Y la locura reinó entre los asistentes.»
«Sonríe y no intentes entenderlo»
La gran noche del teatro
BEATRIZ PORTINARI – El País. Madrid – 28/03/2008.