Nadie puede negarme que me gustasen las 5 horas de 2666 de Alex Rigola, anoche en Las Naves del Matadero. Nadie puede negarme que me gustara hasta la curiosidad el bellísimo texto de Bolaño, que va sobre la mentira y el pecado. Nadie puede negarme el gran trabajo de adaptación y de buen teatro, a la búsqueda más de la palabra, la atmósfera y la interpretación correcta. Nadie.
Pero, nadie puede negarme que no soporto el teatro, ni la literatura burguesa. Y uso el término burgueses, no en el sentido postmarxista, sino para determinar a aquellos que, por ejemplo, estos días se juegan algo al votar a Zapatero o a Rajoy. Por que les va en ello despacho, cargo, subida de sueldo, coche oficial o prejubilación a sueldo completo.
Ellos son los culpables de los males de este mundo (que predende denunciar la obra -?-), pues ellos tienen el uso del poder (yo no) y por consiguente ellos son los responsables de la deriva infinita y la amargura del mundo global.
Por favor, no me mientan y no hagan más, ni teatro, ni literatura para lavar sus pecados y sus miseras conciencias.
D.