Itxaso Corral [Entrevista sin contestar nº 2]

[Entrevista realizada por Diana Delgado-Ureña. A ella le pondría muy contenta tener una emisora de radio, y es capaz de imaginar cualquier cosa sólo como un audio. Esta entrevista no es un texto. Es un audio.]

[Diana es un ser vivo maravilloso, y no es un cumplido, ni un decir, ni una frase hecha. Ha estado abiertamente presente en todas mis labores desde hace ya más de 3 años.]

Cartografías de la emergencia entrevista a Itxaso Corral.

Buenas noches, esta noche en Cartografías conversamos con Itxaso Corral, creadora escénica. Los próximos días presenta su trabajo [Ecología del pensamiento. Insistencia escénica nº 2013 (el año en el que aprendí la traición).] El cráneo roto y la entraña recién nacida temblando. en el Teatro Pradillo. Itxaso Corral es vasca, desde hace algunos años vive y trabaja en Barcelona y viaja a Madrid con relativa frecuencia para mostrar su obra. En esta ocasión coincidiendo con las presentaciones en Pradillo, la colección Pliegos de Teatro y Danza publica sus escritos para la escena bajo el título El cráneo roto y la entraña recién nacida temblando.

Buenas noches Itxaso

Itxaso Corral: Buenas noches Diana.

Diana Delgado-Ureña: Hay una idea que aparece en tu trabajo enunciada como ecología del pensamiento que me lleva a relacionar pensamiento y sostenibilidad, a entender y proponer el pensamiento como una acción sostenible que no nos enferme a nosotras ni enferme al mundo y por otro lado me remite también a la acción física de sostener, de mantener el pensamiento en un equilibrio, quizás buscando un enunciado más preciso, desde la conciencia en escena de habitar un desequilibrio que pone en juego la violencia que implica ser sociales. Interpreto así la ecología del pensamiento como el intento de comunicar un modo de relacionarse, de tomar decisiones, ejecutar acciones y también, y me parece importante, hacerse responsable de lo que implican.

Itxaso Corral:….

D: En este momento uno de tus modos de trabajo en escena plantea tener accesible una serie de materiales de los que pueden surgir distintos recorridos, caminos que tejen una dramaturgia distinta cada día, donde no sólo importa qué material se expone, se hace sensible, sino cómo ese material se coloca en relación a otros. Me traigo aquí la idea de rizoma como modelo descriptivo en el que cualquier elemento puede afectar o incidir en cualquier otro de manera que cada uno de los días de la muestra irán apareciendo distintas escrituras en escena. Esa capacidad de hacer resonar un conjunto de materiales digo que da mucho placer, porque te va llevando a distintos lugares, incluso conociendo previamente algunos de los elementos, por eso, aunque sea mucho pedir, no te parece que lo suyo es que fueran a verte más de un día…

Itxaso Corral:…..

D: Ecología del pensamiento es este espacio-tiempo que se encarna en el momento, con lo que el momento trae también, desde la disposición de estar en un tipo de escucha sutil. Lo que planteas entonces es un tipo de escucha radical como lugar desde el que comunicar.

Itxaso Corral:….

D: El cuerpo, la relación con el cuerpo propio, con los cuerpos otros se puede leer como elemento central del trabajo, la materialidad, lo físico del cuerpo, el trabajo de la presencia….

Itxaso Corral:….

D: Gracias Itxaso por dedicarnos tu tiempo amablemente. Esta entrevista es un intento de abrir vías de tránsito hacia tu trabajo. La finalidad no es sedimentar, fijar, cerrar, concretar, sino dejar entrever, apuntar una aproximación posible, que sí, que conlleva el peligro de la deriva, pero quiere ser un rodeo que propicie el encuentro, un rodeo que trae aquí algunos sitios donde me llevas, pero que no quiere sujetarte a los sitios que traigo…

Esta entrevista también es un modo particular de interpretar el lugar precioso que en Pradillo se ha llamado acompañamiento, que supone caminar y estar junto a las personas que muestran, un lugar que Carlos Marquerie en una cálida sobremesa expresó con el gesto esencial de tender la mano.

Gestos esenciales, grietas por donde se cuelan los encuentros. Es un placer corresponderse. Nos vemos pronto en Pradillo, buenas noches.

* * *

[Ecología del pensamiento. Insistencia escénica nº 2013 (el año en el que aprendí la traición).] El cráneo roto y la entraña recién nacida temblando es un proyecto en residencia que se estrena en Teatro Pradillo en diciembre de 2013. Más información.

Boletín # 13 a 15/12

Artista invitada | Proyecto en residencia

teatro-simbiosis corporal | Bilbao-Barcelona-Madrid | estreno absoluto

I T X A S O  C O R R A L  A R R I E T A

[Ecología del pensamiento. Insistencia escénica nº 2013

(el año en el que aprendí la traición)]

Itxaso Corral. Temblando

¿Por qué nos asusta que en un espacio de libertad como el escénico haya un artista capaz de poner sobre la mesa el no límite, el juego extremo de la desnudez donde el que mira también está implicado?

El cráneo roto y la entraña recién nacida temblando, cuyo texto se publica en paralelo a las presentaciones escénicas como nº 54 de la Colección Pliegos de Teatro y Danza, es una propuesta que Itxaso Corral lleva trabajando desde hace cuatro años. Formato de intimidad hiriente que quiere romper el yo, encontrar un espacio donde la soledad del individuo, la de la propia artista, acabe. Aunque sea por aproximadamente hora y media, o por unos minutos o segundos.

La poesía escénica de Itxaso tomará durante tres días el espacio de Pradillo. La apuesta de esta creadora vasca es reinventar la escena como espacio propio donde poder decir, donde poder ser y encontrarse con el público, donde crear cada día una experiencia efímera, imposible de repetir. Coger todo lo que tiene a mano («he estado escribiendo, he estado bailando, he estado cantando, he estado sudando, he estado temblando y vibrando mucho…») y poder hacer todo en escena, tomarla.

Es difícil poder explicar lo que Itxaso Corral consigue en escena, a lo que apunta. Su modo de trabajo despliega una serie de materiales de los que pueden surgir distintos recorridos, caminos que tejen una dramaturgia distinta cada día de función, donde no sólo importa qué material se expone o se hace sensible, sino cómo se coloca en relación a los otros. Itxaso se enfrenta in situ, con todo lo que tiene, al abismo del que hace en escena.

Es ese vértigo sobre el que se construyen sus piezas. Ese vértigo unido a una capacidad de trabajo asombrosa que ha ido estructurando su propuesta. Vértigo y trabajo, disciplina, investigación y libertada. Y una capacidad de exposición que a veces llega a asustar al espectador.

Itxaso Corral. Vikinga

Más información

13 a 15 de diciembre de 2013, 21h
teatropradillo.com

Más noticias, más allá de Pradillo

Continta Me Tienes + Librería La Central
Presentación de El tiempo y la edad del ojo
Lectura performática que correrá a cargo del traductor y artista Ziad Chakaroun, y de la coreógrafa y dramaturga Claudia Faci, con motivo de la última publicación de la colección Escénicas de la editorial Continta Me Tienes. Librería La Central, Museo Reina Sofía, Madrid. Domingo 15/12, 12h.
lacentral.com

CETAE: Práctica escénica como investigación
Curso-taller que se propone reflexionar acerca de cuestiones como: ¿A qué llamamos investigar en la práctica escénica? ¿Toda creación es una investigación? ¿Qué diferencia la investigación artística de la investigación científica? ¿En qué condiciones hablamos de investigación en creación escénica? ¿Qué tipo de conocimiento genera el arte?… Organizado por CETAE. Valencia, 2 a 5/01.
cetae.weebly.com

Sandra Gómez / Cía. Losquequedan
The love thing piece
Trabajo que fue presentado en el ciclo «Apuntes en sucio», organizado por Teatro Pradillo en octubre de 2013. Sala Carme, Valencia. 12 a 15/12, 20:30h.
carmeteatre.com

* * *

Conversación entre Pablo Gisbert y Celso Giménez

En el marco de la presentación en Madrid de La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento, Teatro Pradillo propone a Pablo Gisbert (cía. El Conde de Torrefiel) y a Celso Giménez (cía. La Tristura) mantener una conversación informal. Además de la dedicación a sus propias compañías, Pablo y Celso han colaborado en los últimos doce años en diversos proyectos, y comparten una amistad que surgió casi en la infancia.

Acompañamos el video de esta conversación, realizado en el bar de Pradillo el 3 de diciembre de 2013, con una cita de Robert Creeley que cierra el texto de Años 90, nacimos para ser estrellas, obra de La Tristura publicada en la Colección Pliegos de Teatro y Danza, nº 27:

«Por qué no te vas a casa y duermes
Y vuelves y seguimos hablando un rato»

 

Para acceder a la versión completa, de 54 min, pincha aquí

Boletín # 27/11 a 1/12

XXXI Festival de Otoño a Primavera

teatro | Barcelona | estreno en Madrid

E L  C O N D E  D E  T O R R E F I E L

La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento

27/11 a 1/12 + 5 a 8/12

La chica de la agencia de viajes... © El Conde de Torrefiel_3

El Conde de Torrefiel estrena en Madrid su última creación, en el marco del XXXI Festival de Otoño a Primavera. Tras su paso por Teatro Pradillo en 2012 con Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke, la compañía regresa ahora con La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento, una obra sobre la banalización del peso político de la historia, la materialización y el consumo extremo que caracterizan a todas las clases sociales del mundo desarrollado: tendencia insaciable que provoca una insatisfacción crónica y un cinismo automático, resultando destructiva para las cualidades humanas y su supervivencia en la compleja realidad del progreso.

La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento se sitúa, aparentemente, en el contexto estival, tiempo que se convierte en otra forma de tiempo, independiente y excepcional, permitiéndonos vivir experiencias únicas que se constituyen como un universo paralelo pensado principalmente para saciar nuestra idea de felicidad. Desde este contexto se construye una partitura en la que cuerpos, palabras y sonidos crean ambientes indefinidos que se debaten entre lo banal y lo extraordinario. La obra propone dejar de lado una experiencia estética complaciente para dar paso a una forma más ambigua, y consolidar así una relación erótica entre aquello que se ve y lo que se cree ver.

> teaser [vimeo El Conde]

El Conde de Torrefiel. Pablo Gisbert y Tanya Beyeler encabezan el proyecto artístico El Conde de Torrefiel, cuyas piezas escénicas son el resultado de una oscilación entre literatura, artes plásticas y coreografía que busca trascender los parámetros del lenguaje verbal. El Conde de Torrefiel configura sus piezas a modo de entregas, discursos o hipótesis circunstanciales limitadas temporalmente, que sirven como piquetes en el camino; un recorrido que se dirige a responder a una pregunta más grande: ¿cómo traducir en escena la realidad contemporánea?

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Más información

teatropradillo.com | elcondedetorrefiel.com | madrid.org/fo

Más noticias, más allá de Pradillo

 ARTISTAS EN RESIDENCIA. Convocatoria 2014.

Artistas en residencia es un programa conjunto del Centro de Arte Dos de Mayo y La Casa Encendida, cuyo fin es apoyar la creación dentro del campo de la danza y el trabajo con el cuerpo desde otras disciplinas ofreciendo a los artistas espacios para la experimentación y para la presentación de sus propuestas. Presentación de solicitudes: hasta 16/12. ca2m.org

NUESTRA(S) HISTORIA(S). Taller de creación con Sandra Gómez.

Nuestra historia es un taller de investigación y creación que trata el tema de la historia de la danza a partir de las biografías de los participantes. Un proyecto de Sandra Gómez / Cía. Losquequedan sobre la memoria, la danza y el papel que ésta representa en la vida de las personas. 7-8 y 21-22/12, 18-19/01. El Pont Flotant, Valencia. elpontflotant.es

Hechos escénicos: sobre los Pliegos de Teatro y Danza

Entrevista de Èlia Llach con Antonio Fernández Lera

Un resumen de esta entrevista se publicó en la revista de la librería La Central: Èlia Llach, Hechos escénicos. Sobre los “Pliegos de Teatro y Danza», Diario La Central, nº 3, junio de 2013.

Más información en aflera.com/pliegos

–¿Qué te llevó en 2001 a crear los Pliegos de Teatro y Danza?

Nada en particular. Fue algo muy informal. No era un proyecto de futuro, sino un acto de presencia, un deseo de acompañamiento de la creación contemporánea. Un deseo de documentación también. Fueron saliendo sin saber nunca si el nuevo número era el último. Pero nacieron como algo que creo siguen siendo: un objeto y un acto de complicidad. Considero que los autores de Pliegos, en buena medida, son también los editores de Pliegos.

–¿Crees que hay una relación directa y necesaria entre la acción sobre el escenario y la publicación del texto no sólo como testimonio o recuerdo sobre lo acontecido?

Algunos lectores y coleccionistas de los Pliegos han acabado por convencerme de esa necesidad, yo siempre lo he visto como algo pequeño y efímero. Pero el hecho es que la creación escénica, basada entre otras cosas en el tiempo, se disuelve en ese tiempo (siempre y nunca presente) y el efímero papel sigue ahí, para quien lo quiera. No sé si es testimonio o recuerdo. Nada sustituye a la creación escénica en sí misma, es imposible. Prefiero insistir en las palabras acompañamiento, rescoldo, residuo. El recuerdo es algo muy personal. Aunque es muy agradable pensar que alguien que no pudiera ver una determinada obra escénica, por imposibilidad, por pereza, por edad o por cualquier otro motivo, pueda experimentar el espejismo de recordarla a través de los Pliegos.

–Si echamos una vista atrás a lo largo de tus 51 Pliegos nos encontramos con un autor como Esteve Graset. ¿Qué significa para ti editarlo?

Velocidades y quietudes es una deuda conmigo mismo. Es un pequeño libro que Esteve dejó terminado y listo para publicar antes de morir en 1996. Esteve Graset es alguien fundamental en la creación teatral del siglo XX. Ese libro es una mezcla muy personal de información, textos para la escena (pero qué bien se leen) y diario de todo el proceso final de su vida, su batalla contra la enfermedad y la muerte. Su ausencia me provoca todavía lágrimas de ira. Creo que cualquier persona que pretenda crear desde su propio ser, con libertad, sin repetir fórmulas manidas ni académicas, debería conocer este pequeño libro.

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–¿Qué une y qué comparten Graset con otros autores de la colección de los Pliegos? Es decir, qué punto en común tienen autores como Elena Córdoba,  Carlos Marquerie, Mónica Valenciano, La Tristura, Carlos Sarrió, Pedro Fresneda o Fernando Renjifo? ¿Qué “teatro” defienden los Pliegos?

Creo que todos los autores de Pliegos –y me incluyo en esa lista– compartimos ese deseo de cambiar algo, en nuestras vidas y en las vidas de los demás, espectadores o lectores. Compartimos el deseo de romper la rutina y la pereza mental, como creadores y como espectadores. Los Pliegos no defienden nada, solamente muestran algo que existe. Que ha existido, que existe y que seguirá existiendo (incluso cuando los Pliegos como tales dejen de existir): el rescoldo como un elemento del fuego.

–Personalmente creo que las editoriales de teatro son las que aún tienen un largo camino que recorrer y más de una, replantearse su línea de actuación. Tú fuiste de los primeros, junto a La Uña Rota, en editar a Rodrigo García. ¿Qué responsabilidad crees que tiene hoy en día el editor de teatro sobre la escena? Es decir, siempre se habla de programadores de festivales, directores de teatro… ¿crees que hoy en día la figura del editor podría llegar a ser “indispensable” en el engranaje para una renovación del panorama teatral?

Sinceramente, no lo sé. Aunque trato de hacerlo bien, lo que hago lo hago por deseo, no me lo planteo como responsabilidad.

–Has traducido a numerosos autores, entre los que destaca Shakespeare (El rey Lear, Trea, 2003). ¿Por qué no traducimos más a autores extranjeros? ¿Qué nos detiene?

No lo sé. En Pliegos no me lo he planteado, porque sigue siendo un pequeño proyecto con presente, pero nunca sé si con futuro, un proyecto vinculado a realidades escénicas, no a obras dramáticas como tales o como literatura «independiente» de la escena. Pero eso es un rasgo, quizá una limitación de Pliegos, no necesariamente una virtud. Pliegos existe necesariamente dentro de unos límites muy conscientes y muy estrechos, que no estoy en condiciones de traspasar. Aunque también pienso que cualquier forma de nacionalismo editorial es una birria, me encantaría publicar traducciones de autores de otros idiomas, simplemente no estoy en condiciones de hacerlo.

–Hará unos cinco seis años se abrió un debate, ya totalmente olvidado, en el que se reivindicaba sacar del olvido a dramaturgos de la transición. Alonso de Santos, Sastre, Nieva, Benet o Sirera son los pocos que quedan en los estantes de las librerías o bibliotecas y que han sobrevivido al paso del tiempo editorial y al tiempo en la escena. Nadie habla de Miralles (…). Evidentemente esto me hace pensar que la literatura dramática es la hermana fea de la literatura. ¿Crees que va a pasar lo mismo dentro de treinta años con los autores de ahora?

No tengo la menor idea. Me parece algo imprevisible. Ninguneo y olvido siempre acechan, a veces como deporte nacional y a veces como castigo de los dioses. Pero me cuesta pensar en términos de literatura dramática. Puedo entender de géneros, pero prefiero no hacerlo. Aunque me considero escritor, no sé si lo que escribo es teatro, el teatro que me interesa tiene más que ver con todas las artes y con la sustantividad de lo escénico que con lo que se suele entender por dramático. Tampoco sé si lo que escribe gente como Rodrigo García, Carlos Marquerie y otros autores de Pliegos es teatro. Sin olvidar que para mí es muy importante la segunda parte del nombre de nuestra pequeña colección: Pliegos de Teatro y Danza. Teatroydanza.

–Para finalizar me gustaría que me hablaras de tu relación con el Teatro Pradillo… tu relación con él, sus planteamientos y el teatro que defiende.

Una relación muy sentimental y muy antigua. Esa sala se abrió en 1990 con un texto mío, Los hombres de piedra, dirigido por Carlos Marquerie. Formé parte de su equipo como dramaturgo y como editor de la revista Fases hasta 1992. Esos primeros años de Pradillo fueron muy especiales, deberían estudiarse en las escuelas de arte dramático y de bellas artes. En la reapertura de la sala en 2012 como «Espacio de Investigación y Creación» tuve la felicidad de volver a inaugurar el Teatro Pradillo con una acción escénica compartida con los actores Miguel Ángel Altet y Carlos Sarrió y recientemente hemos vuelto a participar los tres en el ciclo «La palabra en escena», que organizó Marquerie, con nuestra pieza Conversación en rojo y alguna otra pequeña intervención. Eso en lo personal, pero en general comparto el espíritu y los planteamientos del nuevo Pradillo hasta la médula.

Fäustino III vs. Nutritivo

Nos hacían correr como si les fuera la vida en ello. Querían cansarnos, estaba claro, eso es lo que hay que hacer con críos así. Mi madre lo hacía con el perro y lo hacía con nosotros, nos ponía también un arnés muy gracioso, con una correa, y tirábamos todos y empujábamos como Atlas o como Sísifo pero con una alegría creciente. Nos cargábamos de mundo los ojos y los huesos de masa ósea y muscular. Y nos ensuciábamos a toda costa, en ese alarde de impudicia que la edad suele empujar hacia la norma y la mesura. Llegábamos hasta arriba de barro. Preguntádselo, preguntadle a un niño para qué, a qué tal exceso. Ya antes de llegar a la cama el sueño era profundo e inevitable. Caíamos, caían nuestros miembros por el camino, como barro fresco que se desprende del alambre. Pero al día siguiente nos despertábamos de primeros, firmemente. Más grandes, más enérgicos. Agotar nuestra vida, querían, nuestra vitalidad -¡que corran, que se cansen!-, y sólo conseguían reafirmarla. Esa vitalidad, digo. Sólo conseguían que creciésemos. Opción nefasta, a medio plazo, la de intentar consumirnos: a más esfuerzo, más insoportables al día siguiente, al mes siguiente, especialmente en caso de que no hubiese oportunidad para sacarnos. Si llovía o lo que fuese. ¿Quién nos iba a aguantar en casa? ¿Quién, qué nos iba a detener? Y ahí la pregunta, aquella que apunta a la gratuidad más sospechosa en semejante derroche: ¿es acaso algo artístico eso que hacen los niños? ¿Infantil, eso que hacen los artistas? ¿A qué viene tal despilfarro de energía, tan inútil, sólo porque sí, entre cuatro paredes? Yo a los doce ya estaba en un internado.

faustino

Las dos primeras semanas las pasé entre agujetas, destrozado, somnoliento. Tres o cuatro horas diarias de deporte. Quieren agotarnos haciéndonos sudar la gota gorda, pensaba. Para que no molestemos. Doce años recién cumplidos. Querían cansar a ese tropel de adolescentes que había acabado allí siempre por razones de vital importancia. A esos, querían restarles vitalidad. Pero a la tercera semana interno empecé a acostumbrarme. El asma remitía. Nos hacían correr hasta que nos iba la vida en ello, pero la consecuencia era precisamente la conquista de una energía explosiva, brutal. Casi cruel. Un empoderamiento del cuerpo atroz, salía el vello, no controlábamos la fuerza. De tal modo que de pronto se las tenían que ver con un tropel de salvajes entrenados en exceso, en producir exceso, excedentes de energía a borbotones cada mañana, cada tarde, cada noche. Desbordamos el mecanismo. La de veces que nosotros mismos castigamos al cuerpo. La de barbaridades que hicimos, que le hicimos. La de veces que dijimos sí a ciegas, por el mero placer de decir que sí. La de veces que celebramos la vida arrojándola al exceso, tan jóvenes. Se trataba y se trata de morir un poco para sentirse vivo. Así de raro y misterioso es. De remontar esa muerte diaria que es el cansancio, poniéndose uno mismo los obstáculos. Se trata de quemar por que sí, como si de un combustible se tratase, el propio cuerpo. Carburar por carburar, para que la capacidad de hacerlo siga aumentando. Consumir para consumar. Hacer un fuego interno y vencer el dolor de las ascuas, apagarlas en sudor y serotonina hasta el mareo. Como quien se adentra en las arenas movedizas del cansancio precisamente para no desfallecer: caer rendido para levantarse de nuevo, más fuerte que nunca. Nuevo. Se trata de frecuentar a diario un sacrificio propiciatorio, pequeño, cotidiano. Porque la vida goza de sí misma en esas pequeñas fracciones de muerte, y cuando el músculo se rompe también es cuando el músculo crece. Lo mismo pasa con la fiebre: el cuerpo carbura, arde, crece. Destruir para crear incluso a nivel tendinoso, muscular, celular. Dionisos, Heráclito y demás.  Al mes y pico empezaron a sacarnos a correr campo a través, a todos los internos. Habíamos sembrado mucha marihuana, estaba enorme, era Villafranca de los Barros, Badajoz, tierra de viñedos.

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Hoy tienes a Sergi Fäustino cerca de Brunete, en Los Barros, en casa de Carlos y Elena, a dos metros de la pantalla que sostienes y a treinta y pico kilómetros de Pradillo. Sergi saluda, da la espalda, avanza levemente, lanza al barro ese primer pie que habrá de desequilibrar al siguiente en un balanceo del cuerpo que no es natural. Es infantil, de pronto. Es el cuerpo de un niño, un cuerpo excesivo en esencia, hecho para excederse, el que va desapareciendo a tumbos en medio del barrizal, con el barro acumulándose en la suela, creando capas, suela sobre suela, engrosando la fatiga como una especie de consuelo que todo lo enfanga, pies y piernas pesadas de un barro que trepa por el cuerpo, como alargándolo o ensanchándolo por zonas, como haciendo de él tierra, tierra pura, terremoto. Pesa más y más, y sin embargo avanza, abalanzándose al vacío, desaparece. Sólo queda barro, los Barros, el Teatro Pradillo a treinta y pico kilómetros y dos días después. Cuando la pieza empieza, suenan unas grabaciones superpuestas a las fotos del recorrido. La voz de Sergi, el cansancio de Sergi. Son las ideas que se le encienden y que graba durante la carrera. ¿Por qué hago esto?, dice, piensa, en voz alta, con los pulmones extasiados, como a ciento cuarenta pulsaciones por minuto. Y lo que escuchamos suena como el incendio de un pirómano. Ideas que consiguen fulgurar entre los fangos de la voz y los espasmos de un par de pulmones desbocados, que no hacen sino de fuelle. Si te descuidas parece una voz oprimida por la angustia, pero es todo lo contrario: el pensamiento emerge victorioso y oxigenado por esa especie de asma vital del exhausto. Un pensamiento que es puro cuerpo, que respira, que babea, que se ahoga. Un pensamiento tendinoso, y de carne y de sangre. Un pensamiento que bombea, mientras escucho, el recuerdo de los cuerpos rojos de Sergi y Ramón. O de un padre que es también su propio hijo. Los cuerpos de las fotos que habían a la entrada, quiero decir. Un  hacer y rehacerse del cuerpo porque sí, afirmativo y vital, Pigmalión o ave fénix de sí mismo o qué sé yo. Se me funde la pieza con algunas cosas de la vida. Eso no está mal.

faustino 3

Elena Alonso: La transparencia

Vídeo de Elena Alonso —https://vimeo.com/75401780 — presentado el 21 de abril de 2013 en el Teatro Pradillo de Madrid, en el programa La palabra en escena. Videolectura poética de textos de poemas de La transparencia de Alfredo Buxán (Cuadernos de Niebla 3: http://www.aflera.com/cuadernosdeniebla/cuadernos03_latransparencia.html) Cámara y realización: Elena Alonso. Año de producción: 2013. Duración: 20′. Lectura: Alberto Jiménez, Carlos Fernández, Elena Alonso, Juan Loriente, Marisa Amor, Rosa Manteiga… Poemas: Alfredo Buxán.

2013 Mensaje nocturno II

Presentado en el Teatro Pradillo de Madrid el 21 de abril de 2013 en el ciclo «La palabra en escena», con los actores Miguel Ángel Altet y Carlos Sarrió. «Cuando una de las materias con las que quieres trabajar es la palabra –más allá de la simple lectura, puro contrasentido, pues una lectura, por su propio ser lectura, no puede, nunca, ser sencilla, y quien diga lo contrario miente o es idiota–, cuando es la palabra una de tus materias, tienes que partir de ese mismo hecho: que la palabra es una materia más, que se combina con otras materias»…