Es curioso, buscando palabras para acompañar la pieza de ziad, me vinieron a la memoria imágenes, imágenes de «el amor y el éxtasis» de Isabel Muñoz y buscándolas a ellas encontré esta otra, una foto que habla de otra foto. Me atrapa la idea del observador y la dimensión que eso me produce teniéndome en cuenta como observador (espectador). Y ahora que observo la imagen me vienen palabras. Hace unos minutos cuando veía esta foto por primera vez, solo podía percibir dolor y ahora (acompañado de música sufí, como residuo del fuego encendido) descubro que el dolor estaba tan solo en idea, fruto del significado que le doy a una aguja atravesando la carne y esa idea me producía dolor, pero si prescindo de la idea o la observo solo me queda el extrañamiento, la lucha por querer entender, la emoción.