Estas aventuras empezaron un lunes por la mañana, Jésica Elizondo pasó por mi en un taxi para dirigirnos al aeropuerto. ¿Quién es Jésica Elizondo? Es la iluminadora de la pieza por la que viajamos: El fin de los principios (2012) y a decir verdad es la iluminadora de muchas obras de danza en México.
El destino fue Guadalajara, Jalisco y más específicamente el IV Festival de Teatro Caín, cuyo director es Manuel Parra y se llevó a cabo del 2 al 6 de junio en tres diferentes sedes: Casa Inverso, una casa que pertenece a los mismos organizadores del festival, un espacio alternativo e independiente; pequeño pero funcional. Otro espacio independiente que sirvió como sede es el Embarcadero foro escénico, este no lo conocí, no fui a ver la única obra que se presentó ahí y finalmente el Foro Larva, un espacio maravilloso, un gran bodegón de techos altos, con un escenario gigante y un equipo de iluminación maravilloso, ahí me coó presentarme y fue un lujo.
Hacía poco más de un año que no viajaba en avión ya esto me emocionaba mucho, nos recibieron allá y nos llevaron a un hostel; he de apuntar esto como casi la única falla del festival: cuando vas a trabajar no es tan agradable compartir habitación con desconocidos y no tener tu propio espacio para descansar, repasar, desconectarte; después de esto no tengo más observaciones en contra, el trato, la difusión, la energía, la programación, los espacios, todo está bien encaminado.
¿Cómo funciona Caín? Con iniciativa privada, lo que me parece maravilloso para un país en el que estamos acostumbrados a que el gobierno sostenga todo, principalmente para este momento de recorte presupuestal a la cultura por el que varios festivales se vieron afectados.
La mayoría de las piezas que se presentaron fueron de teatro documental, todas la compañías mexicanas de Guadalajara y la Ciudad de México. La mía fue la única pieza de danza.
Les comparto la programación por si quieren revisar algún trabajo.
Día 1: Compañía Principio presentando “De cómo Dara y Jíssa Huyeron Hasta el Mar.”
Día 2: Anabella Pareja Robinson con “El fin de los principios.”
Día 3: Se presentaron 2 funciones, “La Universidad del Pelicano” y “La Cicatriz.”
Día 4: También 2 funciones, Viajantes teatro y su obra “Acto sin palabras” y Las Lagartijas tiradas al sol y su obra: “Está escrita en sus campos” que también repitió el día 5.
Finalmente el día 6 se presentó la compañía Inverso con su estreno “El Zig Zag de las liebres.”
También me invitaron a impartir un taller de coreografía toda la semana: El poder de las cosas. Mi experiancia en relación al público y al taller fue muy buena, me encontré con un público curioso y bastante abierto, con muchas ganas de ver cosas y trabajar. Se que las funciones que tenían costo no estuvieron tan llenas como las gratuitas.
Otra observación es que tengo la sensación de que me faltó sentir más un festival, pasé muchas horas sola, los que eran de el DF presentaron sus piezas y se fueron, los que eran de Guadalajara poco estaban. Eché de menos más conversaciones y actividades que nos forzaran a relacionarnos. Como bien alguna vez le escuché a Lola Arias decir “El teatro es una experiencia no un espectáculo”, afortunadamente la experiencia me la llevo pero más en relación a mi trabajo y al taller y lo que se generó con los alumnos, pero sí me faltó compartir con los otros invitados, hablar de nuestros trabajos, generar más momentos de encuentro. ¿Me pregunto cómo podría haber sido, si es responsabilidad de quienes organizan el festival o de nosotros como invitados? Si, tal vez, sacrificar un día de nuestras vidas sin trabajar para poder estar y compartir con los demás podría hacer la diferencia, no lo sé.
Quedo muy agradecida con la invitación y sé que el festival seguirá creciendo y modificándose, de eso no tengo duda. Sus organizadores lo están haciendo muy bien.
No tienen página web pero aquí pueden checar más detalles: https://es-es.facebook.com/CAINencuentro