Primera parte
Conversatorio Juan Domínguez, La Ribot, Juan Lorente.
Extrañamente mis primeras intervenciones en Teatron serán para contar el encuentro que he tenido con algunos artistas escénicos españoles en México. Aunque en realidad, tan extraño no debería ser, cuando de un tiempo para acá, el acento español en esta ciudad se ha empezado a convertir en un cotidiano.
Me enteré que Juan Domínguez, Cuqui Jerez y Javier Vaquero Ollero rondarían por el DF por unos meses. A Cuqui y a Javier ya los conocía; aunque ahora tuve la oportunidad de convivir con ellos de manera más personal, así como de ver un poco más de su trabajo. Hecho que me entusiasma pues en algún punto se convirtieron en referentes míos: siempre me he interesado mucho por la escena española, hay algo desde donde construyen las cosas que me atrae; por momentos me he atrevido a llamarlo despojo, un despojo inteligente, tal vez me equivoque al intentar nombrarlo, pero sea lo que sea lo disfruto bastante.
La semana pasada hubo una charla en la Casa de la Cultura de la UAMEX en Tlalpan, lejos para varios de nosotros, en un horario difícil y en viernes, pero llegamos y el espacio estaba repleto.
Ahí se encontraban, sentados en el piso, La Ribot, Juan Domínguez y Juan Lorente, a quien no conocía ni de nombre y me resultó encantador; también el moderador David Gutiérrez. Después de una semana de residencia de estos tres artistas en México con la intención de trabajar en una pieza nueva, se abrió este espacio para compartir la experiencia del proceso, de su inicio, principalmente.
Siempre me resultan difíciles estos conversatorios, uno tiene ganas de opinar o de que la platica se vaya para un lado, pero nada más pensar que podría intervenir con un pensamiento o duda mía, me empieza a latir el corazón muy fuerte, así que prefiero quedarme en silencio, con la esperanza de que alguien más tenga las mismas preguntas o comentarios que yo y se anime a hacerlo.
El tema se desvió a hablar más sobre ellos, sobre sus trabajos anteriores, sobre ciertas posturas: desnudo, política, romper estructuras, libertad; en vez de profundizar sobre este nuevo proceso en sí mismo, lo cual no estuvo mal, pero me quedé con ganas de conocer un poco más sobre la metodología que habían encontrado, la cual entendí fue: Toparse con un título muy potente, (para algunos una casualidad, para otros no), y a partir de éste rellenar la pieza.
El centro en el que hicieron la residencia está ubicado en la calle, El Triunfo de la Libertad, una calle muy cortita y claro, así se llamará la obra. El título lo tiene todo, “el resto pareciera tarea fácil.”
Para terminar leyeron un poema, existe una búsqueda poética en este proceso, comentó Juan Domínguez en algún momento. Durante toda la charla uno podía observar en la escena un bote de miel, el cual creía que era un error en la situación. Pero finalmente, éste tomó protagonismo; les habían comentado que poniéndose miel en los labios las palabras serían más dulces. Así lo hicieron, los tres se colocaron una gota con el dedo en el labio inferior y Domínguez se encargo de compartir este poema, el cual surgió de las lecturas de tarot amateurs que practicaron durante los ensayos.
El conversatorio así, llego a su fin.