BREXIT Aperitif

Solo para romper con un aperitif. O un Apetizer como diría Owen Jones, y lo que pensaría Owen… “Lo bueno de estar rodeado de cerdos es que puedes echar mierdas de ahí”. La última mejor pr4mance que he visto fue ayer en la Sky, creo que ya ha viralizado. Se puede ver en cualquier lado, aquí:

Owen adelanta signos con esta performance 23 J.  En plena campaña pro con post pre Brexit, Owen, comentarista del día a día británico, europeo, gran seguidor de la política diaria en España, sale del plató, se sale del marco y juega con el poder vibracional que tiene la acción de irse . Lo ultra tectónico de su performance tiene que ver con el contexto, y si el contexto es una isla, en este caso el contexto  se vierte sobre la materia, puesto que el contexto lo delimitan unas cuantas rocas:  Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda del Norte, Gibraltar.

Mientras, las figuras dominantes del plató quedan expuestas en su coitus interruptus a medio camino de su “corrida heteropatriarcal” (Garzón, A dixit):

 

Tratando Owen de enmarcar el ataque de Orlando como un ataque homófobo, luchando contra el marco ISIS, marco Mundo Islámico, marco Terrorismo o marco la mierda que te cuenten, que es que todo eso da igual cochino vale – Venía a decir Owen, lo parafraseo – Lo importante cochino es que había cientos, miles, mundos desnormativizados sean del tipo que sean, intersecciones infinitas, sexualidades moleculares (Deleuze dixit), esto no era un ataque a las buenas gentes del oeste, era un ataque a la interrupción heteronormativa . Y los otros dos venga y dale  – Parafraseo, paso de traducir, nunca en la vida una traducción es una traducción de cualquier forma, cualquier cosa dicha es un parafraseo, cualquier cosa hecha es una paracción, cualquier pensamiento una conjugación (Sontag dixit). Bueno, al tema, los dos cochinos pijos propatriarcado, clasistas de género, número, color, dinero, agenda y felaciones, empeñados en que eso que decía Owen era una conspiración narcisista. Owen no podía estar quieto en el sofá-plató, había ya en ese momento dos platós, el sofá sobre el que bailaba Owen y el supra plató de 4 metros cuadrados lleno de marcos terroristas, marcos fundamentalistas, marcos extremistas, marcos grupos organizados, marcos kétchup, marcos mostaza, marcos dos hotdogs con mucha cebolla please y toda esa patraña mediática.

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Breivik, por poner un ejemplo que rime con Brexit, no era un fundamentalista católico cuando asesinó a 78 personas en Noruega. Los medios lo definieron como Neo Nazi psicópata, pero qué Neo Nazi ni que zurullos en vinagre, ¿qué va a ser Neo Nazi si era cristiano fundamentalista? Pero el marco cristiano fundamentalista no era vaselina conveniente. Sin embargo a este homófobo estadounidense  se le llena de adjetivos medio-orientalizantes –Parafraseo a Owen – que ante todo si acaso es un producto estadounidense, si acaso una membrana americana, si acaso una célula cultivada por el organismo americano, un máximo exponente de la cultura occidentalizante, si acaso. Y los otros venga a tirarse pedos heteroparanoides.

En biomecánica, lo que performa Owen se le llama Otkas, que no es más que la contracción del recto, no, quería decir que no es más que la contracción o la acción contraria a una acción. Si pensamos en vectores, el Otkas es un vector que va en dirección opuesta a la acción que pretende. Es fácil imaginar esto en 2 dimensiones, es toda una técnica performarla, que es al final llevarla al 3D. Pero ese es uno de los grandes secretos de cualquier acción ejecutada: entender su contracción. Subir para bajar, tirar para empujar, o en rollo más nacional, salirse de Europa bajo título de referéndum para reavivar la flama colonialista.  En el plató, en plena tele en directo (no hay nada más live en el mundo que la tele en directo), Owen desarrolla todo un Otkas de varios minutos para finalmente ejecutar la acción última que no es más que largarse echando mierdas de aquella pocilga.

En una tentativa más poética, lo que Owen performa es una acción de salida en pleno momento en que UK va a preguntarse si sale de EU. Un referéndum lícito pero cochino, movimiento lobbyeado por un pequeño grupo selecto de extrema derecha parlamentaria. Cada realidad folla con su contexto y en este caso, hablamos de una superpotencia mundial echando leches de una Europa podrida. No nene, tu te quedas a limpiar la mierda. No es lo mismo que UK se plantee salir de EU a que Grecia se lo plantee o España, o Portugal o Rumanía. No hay nada más asqueroso que una potencia saliendo del barrizal. Pero Owen no es una superpotencia,  Owen es como tú. Owen, en esta performance, es una 4ª dimensión, un vector fantasmático que corre en ángulo recto a los tres vectores clásicos. Un espacio-tiempo que se desplaza paralelo a ese chorro mediático que se ocupa de hacer realidades físicas en forma de zurullos.

Owen entiende en ese plató, ese plató de barro que se va formando, que la mejor cosa que puede hacer es salirse de ahí. Salirse de ahí no ya por él, sino como reivindicación a esa otra realidad fantasmática. La realidad que hace figura en la cabeza de los telespectadores. La salida que Owen performa en ese plató, el EXIT que performa Owen, la huida molecular que desarrolla en esos pocos minutos, abre un subsiguiente micro espacio en forma de cesura espectatorial. Un lugar de reposo para el ojo del que mira. En medio de tanta obscenidad, implosiona una cavidad en donde el ojo del que mira puede recluirse de aquel plató del mal. Un giro de cabeza que inmediatamente hace que baje el pico de audiencia. Unos monigotes quedan solos retumbando en el plató, y en momento post a la subida adrenalínica, siempre llega el temblor de piernas, el shaky shaky. Ya nadie los escucha y ellos pierden gas ignorando la acción principal que se saca el pinganillo y desaparece de pantalla. Otro universo toma forma en las cabezas de los espectadores.

Últimamente observo en el transcurrir de esta ciudad, como comienza a fermentar la idea de irse. Cuando dejas una discusión a medias y te vas, se te queda el cuerpo raro. Pero cuando detectas que te estás moviendo en realidades paralelas respecto al entorno, continuar discutiendo, luchar por un espacio, salir a la calle a pegarse, gritar más alto, tratar de convencer, se convierte en una pila de reflejos mainstream pater escaparater nostrum. Por contra, irse, callarse, borrar las huellas, desaparecer, asimilar el anonimato, hacerse amalgama de rocas y corales, formar nuevas geografías, deshacerse  en el aire  y salir volando, es al final llegar a términos con tu realidad fantasmática.

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