Acerca de Karaoke, por Sleepwalk Collective
Este texto ha sido escrito para la presentación de nuestro nuevo espectáculo en Warwick Arts Centre y Battersea Arts Centre, en el Reino Unido, el pasado mes de Febrero.
Desde que tenemos uso de razón como compañía, nuestro principal interés al crear espectáculos está en jugar con los mecanismos -las redes de imágenes e ideas, cuerpos e interfaces- a través de los cuales entendemos y experimentamos el mundo y nuestras vidas dentro de él. Y a medida que nuestras vidas cambian, creemos, cada vez más rápido, esta labor -la de re-imaginar el mundo construido a nuestro alrededor, la de sacar de contexto todos los códigos y lenguajes que nos guían a través de él y colocarlos sobre el escenario, recortados y reorganizados formando algo fresco y nuevo y extraño, para que podamos verlo de nuevo con una claridad repentina- parece cada vez más urgente, necesaria. Hay política en todo esto, claro, pero más que nada hay alegría, alegría de transformación, de incertidumbre y de re-descubrimiento.
Karaoke es un espectáculo acerca de la música pop, y todo lo que esta contiene e implica. Es un espectáculo estructurado como si fuera una pieza musical, con “estrofas” y “estribillos” y “secciones instrumentales”, y con hilos de pensamiento y narrativa que se cuelan rítmicamente -como en una canción- dentro y fuera de su estructura. El espectáculo también, y crucialmente, funciona exactamente como un karaoke real, con todo el texto que decimos y las acciones que realizamos dictadas por una pantalla frente a nosotros (la música, e incluso los cambios de luz están también cuidadosamente pre-programados, ejecutándose de forma autómata y a su ritmo, independientemente de nosotros o de un técnico). El texto que aparece en la pantalla, y que vamos siguiendo, está proyectado al fondo del escenario para que el público vaya leyendo simultáneamente todo lo que oye, con las instrucciones de acción apareciendo, desde el punto de vista del público, como etiquetas que describen lo que hacemos. Así que es un espectáculo donde “todo es exactamente lo que dice que es”, hecho para una época que demanda cada vez más exposición, donde el mundo entero está disponible -en alta definición y explícito detalle- al alcance de un botón; excepto que claramente no es así, en realidad no -y lo que más nos esforzamos por capturar y describir, más se nos escapa de las manos. Y es en este juego -entre ver y escuchar, lo que se describe y lo que en realidad es– donde el espectáculo funciona, encuentra su movimiento y propósito.
El texto y la música -todo compuesto por la compañía, de manera simultánea, durante los procesos de ensayo- son el eje de la pieza, el primero más aun de lo que normalmente acostumbramos en nuestra área de trabajo, el “devised theatre”. Hay mucho texto en este espectáculo, densamente empaquetado, pero juguetonamente, esperamos, en la forma que hace uso del lenguaje. Escribir, para nosotros, no ha sido nunca acerca de contar historias, o de re-presentar “la realidad”, sino más bien de usar el lenguaje para que haga algo, para subrayar o transformar una cosa o una posibilidad ya presente en el aquí y el ahora del teatro, algo latente entre nosotros y vosotros, vosotros, el público. Y a veces es también acerca de la apropiación, de coger algo familiar del mundo exterior y darle un nuevo uso. En este caso: algo que amamos, descaradamente, acerca de la música pop, es el modo en que coge la copla más simple e insípida y le da la vuelta -con la voz adecuada, y el sonido adecuado por debajo -para crear algo que parece (mientras dura) que lo significatodo. Que te deja sin respiración. Y hemos intentado capturar algo de esto, en el espectáculo, tratando de introducir una obviedad frágil e irónica en el texto para después ajustarle capas y texturas y ritmos y composiciones de sonido e imágenes para que, ahí fuera en el escenario, mientras todo ello quede suspendido en el aire, cante. Hay también cierto humor astuto, creemos, en ver estas palabras flotando en el aire sabiendo que al final todo caerá, torpemente, de vuelta a tierra, cuando acabe el espectáculo, o la canción. Hay también cierta tristeza, claro.
Pero todo esto es lo que nosotros pensamos. Como todo lo que alguna vez hemos hecho, este es un espectáculo creado para que el público lo complete, para que encuentren su propio camino. Hemos intentado componer para vosotros una experiencia que es compleja, delicada, sensual, hipnótica, que esperamos sea placentera en modos nuevos e inesperados. Y es un espectáculo que viene de un amor absoluto por -y fascinación con- lo que significa ser un espectador, sentarse en la oscuridad rodeado de extraños, una experiencia que puede ser (si es buena) a ratos jubilosamente colectiva y a ratos extremadamente solitaria. Te invitamos a sumergirte en ella y ver qué puedes encontrar ahí, para ti.
Estas actuaciones en Febrero no solo suponen la presentación del trabajo en Reino Unido, sino la primera vez que lo hacemos en Inglés: aunque generalmente seguimos creando y trabajando en Inglés, tendemos a testar material primero en Castellano, en España, para públicos Españoles. Creemos que este es el espectáculo más “español” que hemos creado -llevamos viviendo en España unos 6 años y esta es la cultura y el lenguaje por el que nos guiamos más directamente y al que respondemos, nos guste o no- y estamos algo nerviosos y con ganas de ver cómo funciona, y qué hace, contigo, allí.