de JOAN M. MINGUET..
http://pensacions.blogspot.com.es/2014/07/barcelona-y-la-cultura-mis-respuestas.html
1. ¿Qué papel considera que juega Barcelona en el mapa cultural global?
Un papel fundamental como referente, pero sólo del arte del pasado, no del actual. El románico, el barrio gótico, el modernismo, Gaudí, Picasso, Miró, Dalí, Tàpies más lejos… son reclamos turísticos, pero no se están planteando para generar conocimiento, para dialogar con la cultura del presente, la autóctona y la exterior. La creación y el pensamiento en Cataluña son fuertes, pero no se les ofrecen estrategias para comunicarse con los centros de decisión y con los discursos del mundo global.
2. ¿Qué carencias detecta?
Los responsables de la Generalitat hablan mucho de la cultura catalana como elemento vertebrador, pero les interesa poco (el presupuesto tan bajo que el Govern le dedica a la Cultura lo confirma) y confían muy poco en el tejido cultural existente. Parece que han optado por la banalización, por el aterrizaje de personajes mediáticos en el campo de la cultura y por desatender a los profesionales del sector. En fin, mucho aparador, el conseller Mascarell en rueda de prensa permanente, reclamando foco y oscureciendo, por tanto, a los verdaderos protagonistas, los creadores y los pensadores del país. Además, siempre está refiriéndose a presuntos grandes proyectos para los que, inmediatamente, anuncia que no hay dotación presupuestaria; un juego de pura retórica, especialmente con esa obsesión por hablar de las industrias culturales sin haber leído antes a Adorno. O habiéndolo leído, lo que aún resultaría más demoledor.
3. ¿Son subsanables? ¿Cómo? ¿Qué medidas cabría tomar?
Menos dirigismo político. Que los partidos no tomen a la cultura como la parte débil de la política. Y que se establezcan estrategias en la educación y en la cultura para fomentar el diálogo, el conocimiento crítico. Un NO rotundo a la frivolidad, a la cultura entendida como mero entretenimiento o como aglomeración de turistas. En tiempos de crisis tan agudas como la actual, son los artistas, los críticos y los teóricos del momento los que deberían discutir la cultura y el arte de una posible Cataluña independiente. ¡Deben hacer oír su voz y abandonar ese silencio generalizado! Sin confianza en la capacidad creativa del tejido cultural del presente, siempre volveremos a las alabanzas del arte del pasado; por tanto, a la cultura sin criterio, a la banalización. Y, si eso discurre así, el futuro es desalentador.
(La Vanguardia, 21/07/2014)