Día 10. ¿De dónde venimos?
Estos días algunos amigos y colaboradores nos preguntan por qué se nos ocurrió Salvaje, o si alguna vez hemos hecho algo parecido. Sobre las razones, confiamos en que se vayan explicando en las propias acciones o en este efímero blog. Pero la cuestión sobre el pasado, la verdad es que siempre nos ha inquietado.
Nos da pena, cuando hacemos nuevos amigos, no poder explicar nuestro trabajo de un forma en la que nos quedemos satisfechos. Porque su esencia nunca queda registrada. Podemos dar un Pliego con alguno de nuestros textos o compartir un pequeño vídeo, pero en nuestro corazón, sabemos que no podemos explicar bien lo que ocurre en esas pocas noches al año en las que intentamos que todo se ponga a arder.
Ginebra, una de las niñas de Materia Prima, se sorprendía a sí misma en la película sobe el proceso, dándose cuenta, cinco minutos antes de que entrara el público, de lo loco que era trabajar durante más de un año, como hicimos con ellos, para que la gente viera simplemente una hora y cuarto de escenario. Realmente es extraño y escucharlo en ella, con esa espontaneidad, nos hizo recordarlo.
Por eso algún día nos pasaremos al cine, porque siempre se quiere lo que no se tiene. Pero eso es otra historia.
Así que cuando nos preguntan qué es lo más parecido a Salvaje que hemos hecho en nuestra vida, pensamos en la Gran Convocatoria Mundial. Afortunadamente Juan Rayos hizo una bonita aportación a esa noche, documentando muchas de las cosas que allí pasaron. Recoge el trabajo de más de 100 personas en 8 minutos.
Visto con distancia, este fue uno de nuestros últimos intentos desesperados por encontrar otra forma de relacionarnos con el mundo. Con la gente que teníamos alrededor, con artistas, activistas o programadores culturales. Siempre sentimos que siendo una de las noches más importantes de nuestra vida, fue también íntimamente un profundo fracaso. No conseguimos lo que deseábamos. No conseguimos transformar la realidad, al menos no más allá de esa noche. Y eso fue un golpe muy duro. Un golpe que unimos, más tarde, a la sensación que tuvimos aquellos días de mayo en la Plaza del Sol apenas un año más tarde. Un sí pero no. Una gran alegría y una gran soledad. La sensación de que no fuimos capaces de ir más allá, de aprovechar la situación hasta el final.
Pero tenemos claro que lo más importante en la vida de un hombre son el resto de los hombres. Y aunque el infierno son los otros, como decía Sartre, preferimos quedarnos esta vez con Beckett, con otra cita celebérrima y pensar: «Jamás fracasar. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.» Y que viva Salvaje.
En la Gran Convocatoria Mundial, además de los nombres que aparecen en el vídeo, estuvieron presentes de una forma u otra, estas personas. Leemos los nombres, sonreímos y recordamos de dónde venimos.