Entrevista a Ferran. Viernes 28 de septiembre de 2012. Restaurante Matsuri. Barcelona.
Ferran es violagambista. Vive en Utrecht pero nació y vivió en Santa Coloma de Gramenet hasta los dieciocho años. Fue compañero de Master durante sus primeros años de formación.
Master me dijo una vez que a él lo único que le gustaba era la música y follar. Me lo dijo en este orden. La música y follar. Pasábamos mucho tiempo escuchando discos. En mi casa. También tocábamos mucho. Nos enseñábamos lo que estuviésemos trabajando en ese momento o algún descubrimiento reciente. A veces tocábamos juntos. Vivíamos muy cerca. A la mínima nos pegábamos un toque por teléfono y Master se venía a pasar la tarde. Yo tenía en casa una mesa de ping-pong y también una canasta, en el patio. No necesitábamos más. Vivíamos en una burbuja. A veces nos fumábamos un porro con el vecino de arriba, que estaba suscrito a una revista militar y se había aficionado a disparar a las palomas desde su terraza con una escopeta de balines. Estaba un poco colgado pero era bueno jugando a básket, igual que Master. Prácticamente sólo vivíamos para la música. Pero lo de follar apenas lo habíamos catado. Aunque éramos hormona pura. La verdad es que, a parte de la música y del baloncesto, sólo hablábamos de tías. Y en eso Master era muy bueno. En contar historias, de tías y de lo que fuese. Y en filosofar. Master era un filósofo. Y un charlatán. Pero molaba. Un día le dije que por qué no escribía un diario. Todas esas historias, da igual si eran verdad o mentira, nos hacían pasar muy buenos ratos. Yo creía que era una lástima que se perdieran. Cuando se lo dije Master se puso muy serio. Me miró a los ojos, hizo una pausa muy forzada (muy de Master, por cierto) y me dijo que él no necesitaba escribir ningún diario porque todo eso estaba en su cabeza. Y eso me lo decía mientras se tocaba la sien con un dedo. Así. A Master lo que le pasaba es que era bastante perro para algunas cosas.
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